Un espacio súper exclusivo
Las nuevas generaciones buscan conjugar lo útil con lo agradable. En este sentido, han dado lugar a un nuevo tipo de clubes urbanos donde los jóvenes profesionistas combinan los negocios con la vida social y el gimnasio.
Un detalle a resaltar: ellos sí admiten mujeres.
En México, se acaba de abrir el primero de estos clubes exclusivos.
Un club de altura
En los últimos cinco pisos del edificio más alto de la capital, la Torre Mayor, se encuentra mucho más que una vista impresionante. Se trata de Piso 51, como se denomina este club que, según los cuatro jóvenes emprendedores que le dieron vida (Alberto Cinta, Eduardo Solórzano, Fernando Aramburu y Sergio Berger), viene a llenar un vacío en esta urbe, donde no existía un club para empresarios de alto nivel.
Alberto Cinta (quien también es político y fue candidato a la jefatura de gobierno del Distrito Federal), dice que en esta ciudad hay una tradición importante de clubes de negocios, pero los que hay se han quedado atrás en cuanto a su tipo de servicios.
Este negocio agrega se empezó a gestar hace aproximadamente año y medio; nos tardamos seis meses en desarrollar el concepto y negociar con los dueños de la Torre Mayor. Seguimos otros tres o cuatro meses más en el proceso de juntar el capital y ver la construcción. La obra tomó otros seis meses y abrimos, finalmente, hace tres.
Alberto, Eduardo, Fernando y Sergio están contentos y orgullosos de su logro: Este es un lugar ideal para fraguar negocios, para descansar, relajarse, hacer deporte o una fiesta, entre otras actividades, dicen. Asimismo, resaltan: Somos una comunidad plural, aquí hay hombres y mujeres jóvenes que son banqueros, arquitectos, abogados, periodistas, empresarios o políticos.
En nuestro recorrido comprobamos que el lujo y el confort son dos de sus características. Hay restaurante, lounge, bar, salones multieventos, un auditorio para conferencias, proyecciones de películas, salas de juntas, un business center, cuartos de hotel y gimnasio con spa (vapor, sauna, jacuzzi, más cuartos de bronceado).
En un mismo piso se integran los servicios de negocios, salud y vida social.
Alberto Cinta dice que eligieron la Torre Mayor porque buscaban un lugar súper exclusivo, espectacular, que diferenciara al club de otros.
Lo primero que tuvimos en mente fue conseguir el mejor sitio de toda la ciudad; esta vista no la tiene nadie, comenta muy satisfecho.
El costo de la membresía es de 14 mil dólares (unos 154 mil pesos) y se paga una cuota de mantenimiento de 2 mil 500 pesos mensuales. Los servicios de spa y bar se pagan por separado y, para preservar la exclusividad, el número de socios está limitado a mil 500, hasta ahora tienen cubierta la tercera parte.
Según Aramburu, los jóvenes que se hacen socios del Piso 51 buscan un estilo de vida de alto nivel. Quieren formar parte de una comunidad empresarial, compartir experiencias de negocios, planear proyectos juntos, hacer viajes e intercambiar opiniones.
Un aire fresco
Dicen los que saben que el nombre del club al que se pertenece con frecuencia es más importante que los méritos profesionales o los títulos académicos. Y que el apoyo recíproco que se ofrecen entre sí los miembros de los clubes con renombre, a menudo es el trampolín para el éxito profesional y social. No sólo es importante lo que sabes o tienes, sino a quién conoces.
En este sentido, hay otro tipo de clubes para jóvenes exitosos, hermanados por sus aficiones. Así, en Barcelona opera el GentlemenDrive, exclusivo para 150 personas, que ofrece una flota de vehículos de alto standing para que los alquilen los socios a voluntad y según la ocasión.
Los administradores tientan a sus afiliados con autos como un Ferrari 360 Módena F1 o un Porsche 911 turbo. Con un sistema operativo basado en puntos, la persona puede canjearlos por distintas experiencias al volante, eligiendo el vehículo de su preferencia.
Los servicios de GentlemenDrive son perfectos para quienes no se conforman con un solo automóvil y quieren probar todos los de súper lujo.
Para formar parte de este club hay que pagar una cuota de acceso de hasta 8 mil 500 euros (unos 136 mil pesos) y otra anual de hasta 29 mil euros (unos 464 mil pesos).
Uno de los socios es el piloto español de Fórmula 1 Marc Gené.
Oriel Vilanova, dueño del club, dice que se le ocurrió crearlo cuando vio que en Inglaterra se habían puesto de moda este tipo de empresas. Hasta julio pasado, ya tenía unos 30 socios.
Cada cliente tiene derecho a usar determinado automóvil en cierto tiempo. Los precios que se pagan dependen de si el vehículo se utiliza entre semana o en el fin de ésta; en invierno o en verano.
Los socios del GentlemenDrive pueden acceder, además, a servicios exclusivos como horas de vuelo en jets privados, semanas en yates de lujo de todo tipo (velero, catamaranes), si bien, esto implica gastar más puntos y una cantidad de dinero extra.
De prosapia
Como sea, en el mundo se conservan algunos clubes privados exclusivos que agrupan a la gente que llegó a la cumbre más alta. En este caso, son empresarios y financieros multimillonarios.
En ese campo, los nombres más venerados son el Clubino, de Milán, que rebasa los cien años de vida. El Boodles de Londres, frecuentado por el actor David Niven y por Ian Fleming, creador del agente 007; el Knickerbocker de Nueva York; y el Nouveau Cercle, de París.