Un día en la vida de una modelo
Alejandra Delint, de 16 años, es una de las nuevas figuras del modelaje en México. Se le ve en comerciales, portadas de revistas, pasarelas, catálogos e incluso programas de TV. De piel morena clara, ojos verdes, cabello oscuro y 1.74 metros de estatura, cada día debe trabajar para mantenerse en forma, tanto física como mental, y competir con otras jóvenes para obtener un contrato. La siguiente es la crónica de un día normal en su vida. Las 8 am de una mañana fría. Alejandra, que se ha levantado a las siete, comienza la jornada con un paseo por el parque México, de la Condesa, con su mamá y sus dos perros. Este no pinta para ser un día tan ajetreado como el que vivió cuando grabó un comercial de los desodorantes Rexona con Moderatto. Esa ocasión trabajó 24 horas seguidas, hasta que escuchó la orden de corte. Como adolescente, Alejandra ansía a ratos llevar la despreocupada vida de sus amigas, pues muchas veces el café, las fiestas y el novio tienen que esperar frente a sus compromisos de estudiante y modelo. Cuando era una niña, el destino la acercó al aparador de Lorenburrg, una marca de moda infantil exclusiva de El Palacio de Hierro. Ahí, llenó un cupón con sus datos para participar en un concurso que buscaba modelo. La pequeña quedó entre las 20 finalistas. Para la última ronda, desfiló por primera vez en la pasarela, lo que marcó su debut. El modelaje la había conquistado, así que decidió tomar un curso de pasarela, fotografía y maquillaje en la agencia Glenda Modelos, impartido por Glenda Reyna. La ex modelo y ahora representante le dijo a Alejandra que en ese entonces podía aceptarla en su catálogo, pero que no le ofrecía un comienzo brillante pues se encontraba en plena pubertad: sus rasgos no estaban definidos y su cuerpo, poco desarrollado, así que le aconsejaba regresar más adelante.





