El reto de ser una mamá sola
Mamá sola, es el término propuesto por la comunicadora Julieta Lujambio, para definir al cada vez mayor número de mujeres que enfrentan el reto de criar a sus hijos sin el apoyo del padre biológico. Esto no sólo abarca a las madres solteras, también a las divorciadas, abandonadas, viudas y a aquellas mujeres que, por decisión propia, optaron por vivir la maternidad sin pareja. Mamá sola es también el título del libro publicado por la conductora de la emisión nocturna del noticiario Panorama Informativo, de Grupo Acir, en el que aborda a profundidad este tema, como un apoyo a las incontables mujeres mexicanas que, al igual que ella, enfrentan solas todas las implicaciones de ser madre. Las familias monoparentales es el grupo de más amplio crecimiento, con cinco millones y medio de mujeres en el país en esta situación, según las estadísticas oficiales, comenta la entrevistada, madre de Sofía, de 15 años de edad, a quien ha criado sola desde que tenía dos años. En su libro incluye otras cifras alarmantes: de acuerdo con el INEGI, en 2005 se registraron en México más de 70 mil divorcios, casi 18 mil más de los ocurridos cinco años atrás. El promedio de edad en que se da la ruptura matrimonial es, para las mujeres, de 34. 7 años, mientras que en los hombres es de 37. 4 años. Durante su infancia, nos cuenta Julieta, los casos de niños con padres divorciados o ausentes eran excepcionales. Actualmente, dicen las estadísticas, en un salón de 20 niños, entre cinco y ochos de ellos están en ese caso, lo que hace que empiece a verse más natural. El fenómeno, sin embargo, aclara, no implica el desentendimiento del padre. Puede haber un papá ausente de la casa, pero presente en la educación de sus hijos, al asistir a las juntas de padres y festivales escolares. Con los avances tecnológicos (celulares, internet) ya no hay justificación para que el padre no mantenga contacto con sus hijos. Un nuevo significado Según Julieta, hay que darle un nuevo significado a la maternidad sin pareja, la cual puede ser muy disfrutable. La actitud que tenga la mamá arrastrará a los hijos: si se siente la víctima, frustrada, desamparada y abandonada, eso también sentirán sus hijos. Si se propone salir adelante a pesar de todo, también se los transmitirá. Ésto, aclara con énfasis, no menoscaba la importancia de la figura paterna en la formación de los hijos, la cual no duda en señalar como insustituible y de importancia capital para la existencia del ambiente familiar ideal. Así haya sido un desliz de una noche; ese hijo vino al mundo como producto de un amor fugaz o una entrega puramente erótica, pero con la bendición del cielo. Para una mamá sola, agrega la ex conductora de Diálogos en confianza, ya no resulta prioritario tener una familia, lo cual, por otra parte, no anula la posibilidad de que aparezca una persona con quien compartir su proyecto de vida. Muchas mujeres, agrega, tratan de conseguir otra pareja lo más pronto posible para subsanar el abandono, para que les ayude a compartir la carga económica del hogar. O simplemente por venganza, lo cual suele propiciar un nuevo y más acelerado fracaso en la nueva relación. Creo que la primera etapa de esa relación con una nueva persona debe hacerse de forma discreta, sin involucrar de entrada a los hijos, lo cual no implica ocultarla. Más adelante, si la evolución es positiva, permitirá involucrarlos en la convivencia. Timón firme El hecho que una madre se quede sin pareja, nos dice Julieta, no significa el resquebrajamiento de su familia, sino su redefinición. En este caso, nosotras somos quienes llevamos el timón del barco: no hay que abdicar a esta autoridad. Hay cosas que no deben perderse, como el respeto y la obediencia. Nosotras imponemos disciplina y límites, y determinamos hacia dónde vamos. Dependerá de la seguridad que tú les infundas a tus hijos el que ellos se sientan confiados, tranquilos. Esto lo aplica cotidianamente Julieta Lujambio en su relación con Sofía, quien, como toda adolescente, atraviesa por la inestabilidad emocional que experimentan las jóvenes de su edad, y las consecuentes turbulencias en la relación con su madre. Yo soy la bruja porque pongo los límites, expresa con una sonrisa la entrevistada. Es una doble tarea: ser firmes, pero con cercanía y cariño. Es todo un reto. La experiencia de Sofía Para mí tener una mamá que me ha criado sola no es nada fácil, ya que a veces no entiendes porqué estás en esta situación. No te explicas porqué no puedes estar con tus dos padres. Al cabo de un tiempo acabas comprendiendo que es por el bien de los tres. Así ya no hay conflictos y aunque tus padres no estén juntos, los dos te quieren. Yo me siento muy orgullosa de mi mamá porque ha logrado salir adelante junto conmigo. Ella es una persona muy importante en mi vida, ya que me ayuda a superar mis problemas y me apoya en mis decisiones. Me escucha y me brinda la confianza necesaria. Aprecio todo lo que hace: su trabajo en los medios, las clases que da y sobre todo el tiempo que tiene para mí. Cuando mi mamá no está en casa ya sea por trabajo o por otro motivo, la verdad sí la extraño pero entiendo que tiene que hacer otras cosas. Antes de que ella se vaya a trabajar yo acabo mi tarea para que no se vaya con el pendiente. Entiendo que tiene que trabajar para que podamos tener todo lo que necesitamos y para que ella pueda aportar también algo de sí misma a la sociedad, porque en su momento yo también lo haré. Valoro y reconozco mucho su esfuerzo de todos los días. Cuando yo era pequeña no entendía por qué mi mamá tenía que ir a trabajar, pero conforme fui creciendo fui comprendiéndolo más y doy gracias de que mi mamá tenga un empleo y haga cosas. Sofía Martínez Lujambio, tomado de Mamá sola (Planeta, 2007) Julieta Lujambio ha creado un portal con el fin de intercambiar ideas, expresar sentimientos y emociones, consultar especialistas, y para que te enteres cómo formar tu propio grupo de autoayuda: Círculo de encuentro de mamás solas. Su dirección es www.mamasola.com