El fin del exilio
E l 5 de febrero pasado se cumplieron cinco años de que el Senado de Italia aprobó la reforma constitucional que acabó con 55 años de exilio de la última familia real de ese país: los Saboya, hijos del último rey italiano, Humberto, y de la reina María José. En 1946, Humberto, que sólo reinó 27 días antes de ser depuesto, había partido hacia Portugal en compañía de la reina y sus hijos: Víctor Manuel, el mayor, por entonces de nueve años; María Gabriela, María Pía y María Beatriz, la menor, nacida en 1943. En Portugal eran vecinos de las familias reales de Francia y España. Los Saboya están emparentados con el actual rey Juan Carlos. Con el tiempo, María Beatriz o Titi, como la llaman sus íntimos, contrajo matrimonio con Luis Reyna-Corvalá y en 1972, recién casados, llegaron a la ciudad de México, donde pensaban residir. Pero el gigantismo de la metrópoli desagradó a la princesa y se trasladaron a Cuernavaca, donde adquirieron una propiedad en un barrio muy exclusivo. Allí crecieron sus tres hijos, Rafaello (1970-1994), Patrizio (1971), quien falleció el mismo año de su nacimiento, y Assaea (1973). A la muerte de la reina María José, ocurrida en Suiza en 2001, cuando ella tenía 94 años, empezó a fluir el complejo proceso oficial para permitir que los descendientes de Humberto regresaran a Italia. Finalmente, el 23 de diciembre de 2002, tras comprometerse a acatar las instituciones republicanas, Víctor Manuel de Saboya llegó a su patria y fue recibido por el papa Juan Pablo II. En marzo del año siguiente se instaló definitivamente en Italia, con su esposa, Marina Doria, quien fuera patinadora artística, y su único hijo, Manuel Filiberto. Para entonces, varios sucesos habían ensombrecido la vida de los Saboya, incluido el propio príncipe Víctor Manuel. Suicidio y asesinato La princesa María Beatriz, por ejemplo, había resentido, primero, la inexplicable ruptura matrimonial de su hija, Assaea, cuyo enlace con Arturo Pando Díaz, hijo de una acaudalada familia mexicana, había sido más que efímero. La joven pareja tuvo una hija que lleva el nombre de María José. Luego vino la muerte de Rafaello en 1995, a los 21 años, en circunstancias por demás oscuras y trágicas: el chico cayó desde el balcón del edificio donde vivía en Estados Unidos, a donde había ido a estudiar. Se sospecha que se suicidó. Tres años después, el jueves 18 de febrero de 1999, se dio a conocer el asesinato de Luis Reyna Corvalán, de 60 años. Se le encontró en el baño de la casa del fraccionamiento Palmira que seguía ocupando junto a su esposa, la princesa María Beatriz, aunque se sabía que llevaban vidas separadas desde hacía tiempo. Catedrático de Derecho Internacional de la Universidad de Morelos, había sido ahorcado con el cinturón de una bata de baño. El motivo real de su muerte jamás se difundió. Al poco tiempo, Beatriz de Saboya abandonó nuestro país. Los problemas de Víctor Manuel Por su parte, la vida de Víctor Manuel de Saboya, el hermano mayor de Titi, tampoco ha sido tersa. Él estudió Finanzas en Suiza y tuvo una juventud de playboy. Además, según la prensa europea, es pendenciero y dado a los negocios turbios. En los años 70, lo investigó la fiscalía de Venecia por tráfico internacional de armas. En agosto del 78, participó en un dramático incidente en la isla de Cavallo, al sur de Córcega: durante una pelea con el millonario Niky Pende, sacó una escopeta para la que no tenía licencia y una de las balas hirió al estudiante alemán Dirk Jeerd Hame, de 19 años, que estaba en una barca cercana. El joven murió cinco meses más tarde. Los jueces lo absolvieron de homicidio involuntario y fue condenado a seis meses de cárcel por tenencia ilícita de armas. En 2002 fue demandado por sus tres hermanas, por apropiarse indebidamente de la herencia de su madre, fallecida un año antes, entre la que se cuentan un palacio a las afueras de Ginebra, joyas, muebles, libros, plata y más de nueve millones de euros que la reina María José guardaba en una cuenta en Suiza, compartida con su hija María Gabriela. En la actualidad, continúan los problemas para el hijo mayor del rey Humberto, hoy de 69 años: en junio del año pasado, fue arrestado en la localidad de Varenna, junto al lago de Como, al norte de Italia, luego de haber donado una campana con la efigie de la casa de los Saboya. Víctor Manuel debía trasladarse esa noche al casino de Campione donde asistiría a una cena de beneficencia en favor del Instituto de Oncología de Europa. En vez de ello, fue encerrado en la cárcel de Potenza, tras dos años de investigarlo por un caso de corrupción y proxenetismo. Se le acusó de ser miembro de red involucrada en la emisión de certificados para máquinas de juegos de azar y por su presunta participación en la llamada "banda de las estafas", una organización especializada en engañar a empresarios de varias regiones italianas a los que robaron varios cientos de miles de euros. También se le relacionó con la supuesta captación de prostitutas para los clientes del casino Campione de Italia, ubicado en un enclave italiano en territorio suizo y cercano a la ciudad suiza de Lugano. Su estancia en la cárcel no fue larga, porque se le concedió el arresto domiciliario durante varios meses, hasta que le fue concedida la libertad con la prohibición de abandonar el país. Junto con él, hubo otros 20 detenidos, entre ellos, Gianfranco Fini, presidente de Alianza Nacional y ex viceprimer ministro en el gobierno que presidió Silvio Berlusconi. Manuel Filiberto La más nueva generación de los Saboya busca su lugar en la vida. Assaea, hija de la princesa María Beatriz y del extinto Luis Reyna, regresó a México, con su hija María José, en 2005, luego de pasar casi tres años viviendo entre Milán y París, "dedicada en cuerpo y alma a la educación de su joven hija, que está por cumplir nueve años", según consignó en su columna periodística el desaparecido Nicolás Sánchez Osorio, a quien la misma Assaea declaró: "Pero la niña está creciendo y ya no es una carga. Hoy tengo más tiempo libre y más libertad para desenvolverme y hacer muchas cosas". Sánchez Osorio comentó: "Después de muchos meses de reflexión, durante los cuales ha reordenado sus ideas y tomado decisiones , y habiendo dejado las experiencias no siempre gratas de un divorcio y de una relación amorosa interrumpida, Assaea se prepara para afrontar nuevas responsabilidades y una nueva disciplina para trabajar en lo que piensa estar más preparada: servir de puente y contacto entre México e Italia, para la importación y exportación de productos y proyectos. La moda, los textiles, las artesanías y la joyería. En particular promoviendo la colección de joyas diseñada por su primo el príncipe Dimitri de Yugoslavia. Con Assaea y todo un grupo de sus amigos hemos pasado este fin de semana en Cuernavaca, momentos en los que nos ha confiado sueños y proyectos...". En cuanto a su primo Manuel Filiberto, hijo de Víctor Manuel, éste se casó en Roma el 25 de septiembre de 2003 con la actriz francesa Clotilde Coreau Guerlain, y tienen una hija, la princesa Victoria Cristina Adelaida Clara María. Él es un hombre de negocios. En 2002 se dedicaba a realizar comerciales; en 2005, él y su esposa abrieron un salón de belleza en los Campos Elíseos de París, Francia. Quienes aprecian a los Saboya, esperan que esta nueva generación tenga mejor suerte que sus antecesores.