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Mademoiselle Chanel rompió esquemas

Claudia Ramírez| El Universal
Martes 30 de enero de 2007
Ella deseaba escapar de la mediocridad y su intuición decía que podía hacerlo; decidió probar suerte en los Café-Concierto, donde cantaba el éxito del momento KY-cpu´a-vu-Coco

"La verdadera finalidad del maquillaje no es adornar, sino embellecer y, cada vez que se consigue este objetivo, el rostro parece más joven", decía Gabrielle Coco Chanel, una mujer que, a pesar de una dura infancia y de haber sido testigo de dos guerras mundiales, logró plasmar una imborrable huella en el mundo de la cosmética y la moda.

Mademoiselle Chanel, cuyo verdadero nombre era Gabrielle Bonheur, nació el 19 de agosto en 1883 en un pequeño pueblo francés. Ella deseaba escapar de la mediocridad y su intuición decía que podía hacerlo; decidió probar suerte en los Café-Concierto, donde cantaba el éxito del momento KY-cpu´a-vu-Coco. Este es posiblemente el origen de su apodo, aunque algunos creen que viene de su infancia pues, se dice, que su padre la consolaba llamándola "petit coco".

Rompe esquemas

En 1914 comenzó su trayectoria profesional con el diseño de sombreros en París. Con sus colecciones, Coco cambió radicalmente la apariencia de la mujer y sentó las bases de la moda moderna, defendió los trajes de chaqueta así como sus "masculinos" y funcionales pantalones. Fue pionera de una manera de vestir más cómoda y una concepción de la "mujer libre".

Dentro del ámbito de la moda ofreció muchas innovaciones: las camisas blancas de líneas rectas, olvidarse de los rígidos corsés, acortar las faldas, llevar el pelo corto... sus vanguardistas propuestas se extendieron al uso de colores "prohibidos": El negro, que antes sólo era utilizado para el luto y la viudez, en manos de Coco se convirtió en el tono más exquisito. La leyenda Chanel comenzaba.

Mademoiselle Chanel

Su credo siempre fue: "Sé tú misma, usa lo que te siente mejor", por lo que sus propuestas no se quedaron en la moda, sino que trascendieron a la cosmética.

La barra de labios era su arma de seducción preferida. A ella le gustaba el bermellón profundo, color que resaltaba con su obscura cabellera. Como perfeccionista que era, se elaboró un labial exclusivo, sobre el cual aplicaba un poco de polvo traslucido para que durara más. Este tono fue redescubierto y en 1974 se le bautizó como "Rojo CHANEL".

En 1924 ya comercializaba productos para el cuidado de la piel, maquillaje y fragancias. Dos años después su propuesta incluía barras de labios, polvo compacto, cremas, jabones, talco... Gracias a un catálogo fechado el 1 de mayo de 1929 se supo que mademoiselle también tenía entre sus productos un tónico reafirmante, un ungüento antiarrugas y una pasta para manos.

Sus maquillajes constaban de "Base para una velada" en seis diferentes tonalidades, labiales en estuches de esmalte negro, rubor compacto (que tenía tips de aplicación), así como un equipo para manicure.

La leyenda Chanel N°5

En 1920, en Grasse, Francia, Mademoiselle Chanel conoció a Ernest Beaux, un fabricante de perfumes que recientemente había regresado de Moscú. Ella soñaba con una fragancia revolucionaria: un perfume para la mujer, que oliera como una mujer.

Algunos señalan que el nombre se debe a que era muy supersticiosa y siempre asociaba la buena suerte con el número cinco, así que la fragancia fue presentada en el quinto día del quinto mes, de 1921.

Otros dicen que provino de las botellas en las que Ernest Beaux le mostró a mademoiselle las diferentes propuestas que había elaborado. A ella le gustó la que estaba marcada con ese número e insistió que se le agregara jazmín, para lograr una fragancia más suntuosa, sin importar el precio.

Este perfume fue el primero que contenía una gran cantidad de aldehídos, ingredientes sintéticos que le daban gran poder de difusión a la materia prima. Su fortuna se multiplicó con este perfume que hasta la fecha es uno de los más vendidos en todo el mundo. Marylin Monroe contribuyó a su éxito al comentar en una entrevista que, para dormir, sólo usaba cinco gotas de este aroma.

Con Ernest Beaux, mademoiselle lanzó otras fragancias: N°22 y Gardenia, en 1925; Bois des Iles, en 1926; Cuir de Russie, en 1927; todas ellas aromas originales que expresaban su espíritu de libertad.

Coco dedicó parte de su fortuna a financiar ballets rusos, pintores y escritores. Fue amiga del jet-set artístico y cultural de la época. Entre sus íntimos se encontraban Salvador Dalí, Pablo Picasso, Pierre Reverdy, Cocteau, entre otras celebridades.

Perfumes entrañables

Después del éxito del N°5, Coco presentó otras fragancias memorables: N°19, lanzado en 1970 con referencia a su fecha de cumpleaños, una explosión floral con un fondo amanerado; en 1974, Cristalle, que combinaba la frescura del eau de toilette con el aura de un perfume; Coco, que simbolizaba una nueva generación; Allure, lanzado en 1996, fresco y sofisticado; Chance, que se presentó en 2002.

Mademoiselle Chanel no ignoró a los caballeros: en 1955 creó Pour Monsieur, fragancia intensamente vital; Antaeus, en 1981, que representaba el misticismo masculino; en 1990, Egoiste, armonía donde el sándalo predominaba; Allure, para un caballero pleno de carisma, fuerza interior, serenidad y confianza. Cada una de las fragancias, tanto femeninas como masculinas, es creada por su "nariz" exclusiva: Jacques Polge.

Chanel por siempre

La gran mademoiselle murió en 1971, a los 88 años, cuando se encontraba embarcada en la preparación de su nueva colección. A los funerales asistieron Dalí, Yves Saint Laurent y Paco Rabanne, entre otros.

En Estados Unidos, en 1979, se estrenó una obra de teatro basada en su vida, la cual fue protagonizada por Katherine Hepburn.

Hoy, la Casa Chanel continúa trayendo lo mejor de la moda francesa en cuanto a ropa, fragancias, tratamientos para la piel y maquillaje.



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