El mundo al revés en un restaurante
Dicen que el mundo del revés sólo existe en la fantasía, pero el diseño de un nuevo lugar en la zona de Polanco desmiente esta vieja idea.
Y es que al entrar a este espacio por un momento no sabemos si estamos sobre el piso o en el techo, ya que al volver la vista hacia arriba, podemos observar una gran variedad de objetos: sofás, mesas, lámparas, y hasta animales disecados, suspendidos de cabeza.
Se trata del restaurante bar Revés, que hace honor a su nombre con un concepto que sorprende a sus visitantes. "Te invita a entrar a un ambiente elegante, pero accesible, concebido como un mundo surrealista y poético", describe el francés Emmanuel Picault, importante coleccionista de piezas del siglo XX, y creador del diseño del restaurante.
La estancia principal del lugar se define por una atmósfera basada en tonalidades negro y blanco, tanto en muros como en el mobiliaro.
Algunas piezas fueron fabricadas por el mismo Picault, como los sillones individuales para los comensales. Estos son de formas curvas y están inspirados en el art deco de los años 20 y 30.
Están tapizados en terciopelo jaspeado negro (también empleado para cubrir los muros del restaurante) y llevan un bies blanco que acentúa su influencia de la época del jazz y las flappers. Estos elementos hacen juego con detalles curiosos como cajas de acrílico que encierran en su interior objetos de la época como lámparas de metal en forma de hoja y otras curiosidades.
Pero mientras observamos todo lo que nos rodea, sobre nuestra cabeza hay más sorpresas que penden de lo alto del recinto.
Tal es el caso de uno de los salones lounge, llamado la Alberca. Aquí, el techo está cubierto por mosaico veneciano color turquesa como el fondo de una gran piscina en la que se encuentra un armadillo dorado disecado como parte de la decoración.
"Todo lo que conforma esta área privada logra que la mirada del visitante comparta la sorpresa con el humor. El cliente curioso descubrirá en las mesas de espejo cómo se vería el techo convertido en piso", comenta el anticuario.
La Alberca, separada del área principal por cortinas beige, está amueblada con sofás color arena que destacan por sus cojines en tonos turquesa, negro y beige; un conjunto de ideas que contrastan con el colorido neutro y la oscuridad del resto de esa estancia.
Otro lounge está ubicado en uno de los rincones; éste lleva por nombre Coliflor y ahí vemos camas tapizadas en terciopelo negro resguardadas por una enorme sombrilla que cuelga del techo como si fuera un gran candil. Destacan los arbotantes con forma de hojas de coliflor que dan su nombre al salón.
La superficie de la barra es negra con detalles en blanco, al estilo de la década de los 40, y el resto está cubierto de espejo.
En el techo, arriba de ésta, vemos una mesa puesta, con pequeños sillones a su alrededor y en medio de la misma, una lámpara elaborada con tubos de acero inoxidable.
"No hay ningún riesgo de que algo caiga súbitamente. Todo está muy bien sujetado con sistemas especiales que se ocultan con discreción para evitar que sean descubiertos por el comensal", explica Picault.
Música al revés
Revés cuenta con diversas propuestas musicales de DJ, además de un grupo de jazz que ambienta las noches algunos días por semana.
Este singular sitio tiene todo para compartir una agradable velada en un ambiente chic y lleno de sorpresas que harán que el visitante mantenga la vista fija hacia arriba la mayor parte del tiempo.