Emblemas de la arquitectura francesa
Francia rinde homenaje este año a dos de sus arquitectos más emblemáticos, quienes ocuparon un lugar muy importante en la historia de la disciplina durante el siglo XX, aunque con destinos muy distintos. El primero es Le Corbusier (1887-1965), cuya primera obra de arte sacro, que se convertiría en la más controvertida, la capilla de Ronchamp, celebra su 50 aniversario. El otro es Robert Mallet-Stevens (1886-1945), arquitecto y decorador muy apreciado durante el periodo de entreguerras, quien ordenó la destrucción de sus archivos luego de su muerte y cayó en un injusto olvido, y que ve hoy reparada la injusticia con una retrospectiva de su trabajo en el Centro Pompidou de París, la primera que se le dedica en Francia. Le Corbusier Nacido en Chaux-de-Fonds, Suiza, naturalizado francés en 1930, Charles-Edouard Jeanneret, pintor, arquitecto, decorador, teórico y escritor, adoptó el nombre de Le Corbusier en 1920, donde había publicado con su amigo el pintor Amédée Ozenfant, Après le Cubisme (Después del cubismo), manifiesto sobre el purismo, y donde colaboró con la revista L´Esprit nouveau (El nuevo espíritu). Apasionado por la arquitectura desde su adolescencia, gran viajero y urbanista visionario, "propagandista de la modernidad", militó por una arquitectura nueva "a escala humana", en un contexto en el que el hombre se encontrara "en armonía con las condiciones de la naturaleza: sol, espacio, verdor". A él debemos la construcción de varios edificios públicos y privados como algunas célebres villas de volúmenes abstractos, donde practicó "los cinco puntos de una arquitectura nueva": pilotis, planta libre, fachada libre con paneles de vidrio, ventanas alargadas y tejado-terraza. También diseñó el plano maestro y construyó los principales edificios administrativos de la ciudad de Chandigarh, en India y realizó en Francia sus famosas "unidades habitacionales", de las que la más célebre es la Cité Radieuse, en Marsella, con 350 alojamientos repartidos en ocho pisos. La capilla En Ronchamp, en la cumbre de una colina, la capilla de Notre-Dame-du-Haut (Nuestra Señora de lo Alto), lugar de peregrinaje desde la Edad Media y destruida por bombardeos en 1944, esperaba una renovación. Cuando la Comisión de Arte Sagrado de Besançon decidió llamar a Le Corbusier, quien entonces era "el gran nombre de la arquitectura", para que se encargara de este trabajo, el artista, quien era ateo e hijo de madre protestante, se negó. La insistencia de personajes políticos, religiosos y artísticos le llevó a visitar la capilla por primera vez en 1950. "Nunca había hecho nada religioso, pero cuando me encontré delante de aquellos cuatro horizontes, ya no dudé", dijo entonces. El 25 de junio de 1955, se abrió otra vez al público la capilla. "Quise crear un lugar de silencio, de plegaria, de paz, de alegría interior". El resultado fue una sorprendente estructura de cemento armado blanco, con velas blancas, audaces juegos de luz y aperturas que esculpen el espacio, elegantes vitrales, una monumental puerta pivotante de 2.5 toneladas pintada por ambos lados, y sobre todo un impresionante techo. En forma crítica, se ha comparado la capilla con un trampolín de ski, pero en realidad lo que inspiró al arquitecto fue una concha de cangrejo recogida en una playa: la estructura se compone de dos membranas de cemento; un rayo de luz horizontal pasa entre la concha y la parte alta de los muros con toda precisión. "La clave es la luz" dijo, "la idea de la capilla es poder encontrarte dentro, cara a cara contigo mismo mientras fuera hay 10 mil peregrinos". El proyecto generó poco entusiasmo en un entorno rural insensible al arte, e incluso se envió al Vaticano una petición contra el extraño edificio. Sin embargo, hoy, Ronchamp es una referencia obligada para el turismo cultural y espiritual, 100 mil visitantes suben hasta ella cada año. Mallet-Stevens Una calle de París, en el distrito 16, lleva el nombre de Mallet-Stevens. No fue bautizada sino hasta después de la muerte del arquitecto que la creó y construyó cuando disfrutaba de mayor éxito. Ésta fue inaugurada el 20 de julio de 1927 y admirada como "una manifestación del arte arquitectónico moderno". En ella se albergan cinco mansiones, todas cubistas, una de ellas destinada a la agencia del arquitecto y a su familia. Rob Mallet-Stevens (acortó su nombre) explicó durante mucho tiempo la idea y filosofía de "su calle: casas entre jardines" que privilegian el aprovechamiento de la luz y la utilización de cemento armado y de la piedra. Aun cuando cada mansión tiene características particulares fueron, "creadas en un mismo prisma para formar una unidad, pues un cuerpo de arquitectura es uno e indivisible" a decir del creativo. Sólo una de estas mansiones, la que fuera el taller de los escultores Joël y Jean Martel, quienes trabajaron en la decoración interior de las obras del arquitecto, ha permanecido igual, ya que las demás han sufrido modificaciones. Mallet-Stevens, para quien "la arquitectura es un arte esencialmente geométrico", estructura sus edificios a partir de un elemento vertical (una escalera, una balaustrada). La mayor parte de su obra fue realizada para clientes privados. El único encargo público de toda su carrera, y todo un éxito, fue una central de bomberos en París, que también incluye apartamentos para las familias. Sus trabajos más conocidos -además de numerosos decorados para películas-, son las villas que llevan el nombre de quienes las encargaron: Villa Noailles en Hyères (sur de Francia), un extraño castillo que sirvió para una película surrealista de Man Ray; la Villa Poiret, construida para el modisto Paul Poiret en Mézy (afueras de París) y la Villa Cavrois, cerca de Lille, misma que sufrió un abandono total antes de ser comprada por el Estado. En París sobrevive la casa y taller construida por el arquitecto para su maestro cristalero Louis Barillet, la única obra de Mallet-Stevens abierta al público, y cuyo mayor atractivo es una estrecha vidriera que ocupa toda la parte superior de la puerta de entrada. El mobiliario funcional que también diseñó, como una silla de cuero y tubo metálico, hoy hace las delicias de los coleccionistas. Capilla de Ronchamp: www.chapellederonchamp.com. Centro Pompidou: www.centrepompidou.fr





