Recuerdos de un grato viaje
Tuve la oportunidad de ser invitada al vuelo 1777 que efectuaron apenas hace unos días a Acapulco para celebrar la compra del bellísimo Boeing 777, parte de Aeroméxico, y según me explicó Gemma Liébanas, RRPP de la aerolínea, la razón por la que se voló a Acapulco y no a otro destino, es que el primer vuelo comercial de la empresa hace muchos años fue precisamente al bello puerto. En fin, el tema es que el grupo de Estilo México estuvo encargado de organizar la piñata de celebración de tan importante acontecimiento antes de que este sábado se inaugure oficialmente el vuelo comercial, y así un grupo de aproximadamente 150 personas fuimos citadas muy temprano en el aeropuerto. A nuestra llegada al mismo, nos encontramos con Alonso y Diego Taladrid. Jerome Seignon, director de Moët Chandon se encargó que la champagne no faltara desde muy temprano en la mañana; Marion Lanz Duret, Marinés y Fernando Botero, Marcela ex de Rivero Lake con sus dos hijos y su ex, Panchito y Ana María Álvarez. Werner Krauss, quien por cierto dice se casa con una nieta del mismísimo Bing Crosby en unos meses, y Américo Circuit. Justo enfrente de mí Patricio Guasch y Denise Casanova, hermana de Genoveva -el romance va muy en serio. Claudia Azpiri, Ana Laura y José Domingo Pérez Aristi, papá Pérez Aristi también, Johnny Jacquier, de Rolex, el polista Diego Solórzano y Miguel Ortiz Monasterio. Mi compañero de viaje, Rafael Micha: ¡¡¡inmejorable!!! Puntualmente el avión despegó a las 10 am rumbo a Acapulco. Mi asiento en primera clase y ventanilla fue el lugar perfecto para realizar este primer vuelo histórico, (interminable la lista de gadgets y accesorios a mi disposición, desde la comodidad del mismo) el comandante McGregor me explicó que el avión puede y de hecho lo hizo, alcanzar velocidades de hasta más de 800 kilómetros por hora, así que en menos de 40 minutos llegamos a nuestro destino, no sin antes dar una vuelta espectacular desde Barra Vieja hasta Barra de Coyuca con la vista de toda la Bahía. Al aterrizar la cabina de pasajeros prorrumpimos en un sonoro aplauso de lo emocionados que nos sentimos de estar ahí en ese momento. A nuestro ingreso a plataforma dos camiones de bomberos nos esperaban para rociarnos con sus mangueras y así, bautizar oficialmente al avión. Ya en Acapulco nos trasladamos a Casa del Mar, la propiedad de Susana Palazuelos en Playa Revolcadero en donde pasamos el día disfrutando de unas deliciosas margaritas de tamarindo y comimos paella. Demasiado rápido se pasó el día y antes de lo deseado ya era hora de regresar a México; algunos amenazaron con quedarse, después tuve oportunidad de hablar con Alejandro Cosío Seifer, director de Mercadotecnia (quien por cierto vuela este sábado a Madrid en el primer viaje comercial) claramente entusiasmado con la llegada del nuevo bebé. ¿Quién no?





