Conocidos como derivados de la madera maciza, los sustitutos de este material constituyen una opción económica y resistente para la elaboración de muebles y otros objetos. También se fabrican con ellos revestimientos y elementos decorativos. Los más comunes son los contrachapados, los aglomerados y los de fibra.

El contrachapado

La madera tiene un gran inconveniente: es vulnerable a los cambios atmosféricos, sobre todo de humedad.

Para evitar las modificaciones en su estructura y aumentar su resistencia, algunos carpinteros comenzaron a elaborar tableros formados por varias chapas de madera, que se encolan y se prensan para otorgarles mayor resistencia. Esto dio lugar a la industria del contrachapado.

Las maderas más utilizadas en este tipo de paneles son el pino, haya y álamo.

El contrachapado más común, formado por cinco chapas, es el que se destina a los interiores, aunque hay paneles especiales adaptados a exteriores.

Asimismo, hoy en día disponemos de otras variedades revestidas de maderas más nobles (como el roble), muy ornamentales, para decorar salones y dormitorios, y otras revestidas de PVC, muy recomendables por su impermeabilidad, en el baño y la cocina.

El aglomerado

Cuando restos de madera (tales como virutas, aserrines y ramas) se trituran, se mezclan y se calientan, para convertirse en paneles rígidos, nos hallamos ante los tableros de aglomerado. Este sistema es un buen método para aprovechar al máximo todos los residuos de carpintería que antaño se desperdiciaban.

Muy barato y fácil de trabajar, el aglomerado tiene una textura irregular y porosa muy característica. Es un material básico para elaborar parqués y tarimas flotantes, así como todo tipo de tableros que se utilizan en carpintería para conformar muebles o piezas modulares no demasiado complejos. Asimismo, hay variedades especiales de aglomerados para exteriores.

Fibras

Los paneles de fibra son tableros elaborados con material provenientes de la pasta de madera que se unen con cola y se prensan.

Existen dos variedades: los páneles HDF (alta densidad de fibra, o de fibras duras) y MDF (densidad media de fibra), que se diferencian por la dureza y densidad de las fibras con las que están fabricados.

Se recurre a los paneles más duros para confeccionar revestimientos, mientras que los tableros de fibra de densidad media son más versátiles y se trabajan fácilmente en carpintería como si fuera cartón. Estos últimos tienen un solo inconveniente: son muy sensibles a la humedad, por lo que se recomienda darles una primera capa de impermeabilización que les permita soportar las inclemencias del tiempo.

Estas opciones, además de dar un toque elegante a los muebles y acabados de pisos, son mucho más baratas que la madera original, por lo que actualmente permanecen en boga dentro del mercado de la construcción.