Lee Yoon-Hyung podía obtener lo que quisiera. Con sólo 26 años, la hija del presidente de la compañía de tecnología surcoreana Samsung, era la menor de cuatro hermanos y reconocida por su belleza. La joven poseía una fortuna personal de 192 millones de dólares, y heredaría parte del imperio de su padre, valuado en 4 mil 300 millones.

Pero, a pesar de tener una vida que parecería perfecta, la joven decidió suicidarse, ahorcándose con un cordón eléctrico en su departamento de Manhattan, en Nueva York.

Una vida de ensueño

La hija del magnate llevaba, hasta hace relativamente poco tiempo, una vida de ensueño. Compraba autos caros para satisfacer su gusto por las carreras y adquiría finísimas obras de arte. Hace algún tiempo, viajó a La Gran Manzana para estudiar arte en la Universidad de Nueva York, ya que en un futuro se haría cargo de la fundación cultural apoyada por la empresa de su padre. En esa ciudad, su coche era una limusina que la llevaba a todas partes.

En 2003, la joven creó un blog (un diario personal en la web) donde relataba cómo era la vida de la hija del empresario más rico de su país.

Sin embargo, la vida de Lee cambió radicalmente cuando apareció Soobin Shin, de quien se enamoró profundamente. Cuando decidieron casarse, los padres de Lee se opusieron al compromiso, pues ambos profesaban religiones diferentes. Ella era budista.

La tragedia

Ante la negativa de sus suegros, Soobin decidió terminar con el noviazgo y la joven cayó en una profunda depresión. Según afirmaron amigos de la chica, ella no salió de su departamento en semanas y se volvió muy solitaria. Finalmente, su tristeza se hizo tan profunda que la condujo a la muerte.

El mismo Soobin encontró, a las tres de la mañana del 19 de noviembre pasado, el cuerpo de su amada Lee, en Manhattan.

En un principio, la empresa de su padre difundió que Lee había muerto en un accidente automovilístico. Sin embargo, algunos reporteros realizaron una investigación y descubrieron que la muchacha se había suicidado. El portavoz de Samsung en Seúl, Corea, Junseok Yim, explicó después que la compañía no quiso hablar del suicidio de Lee "para no deshonrar su memoria y para no hacer sufrir más a su familia".

Otra desgracia familiar

Las cosas no han sido fáciles para la familia de Lee. El padre de la joven padece de cáncer y se está tratando en la ciudad estadounidense de Houston.

Sin embargo, en Corea del Sur afirman que él podría estar huyendo de la justicia. En 1996, dos ejecutivos fueron detenidos por vender a la ahora fallecida joven y a sus hermanos, bonos de la empresa a menor precio.

Gracias a eso, la familia se habría adjudicado alrededor de 93 millones de dólares de forma ilegal.

El cuerpo de Lee fue cremado en un funeral budista el 22 de noviembre. Sus padres no asistieron, ya que según el diario coreano The Seoul Times la tradición coreana dice que los progenitores no pueden ir al entierro de un hijo cuando muere sin haberse casado.

Pérdidas sentimentales

Existen ciertos tipos de carácter que pueden provocar que un individuo reaccione en forma negativa ante el rompimiento de una relación amorosa: los narcisistas, que no toleran el rechazo; los dependientes emocionales, que viven en función de sus parejas, y los que no saben qué hacer frente a la tristeza.

1. Los dependientes extremos. "Viven en función de las decisiones tomadas con su pareja y no son capaces de planificar a largo plazo por sí mismos. Cuando termina su relación, se sienten desamparados, como si hubiesen perdido la base que les daba sustento y sentido a su vida y pueden experimentar episodios de angustia profunda", indica el siquiatra Hernán Elzo, del Instituto Neuropsiquiátrico de Chile (INC).

2. Los depresivos. Las personas con una visión más gris y triste de la realidad, que han tenido antecedentes de depresión en su familia, pueden vivir, ante una ruptura con su pareja, una descompensación emocional que provoque depresión. "En personas vulnerables, pero que aún no han vivido esta enfermedad, el fracaso amoroso puede ser el factor detonante", explica el doctor Elzo.

3. Perfiles narcisistas. Este tipo de personas suelen necesitar permanentemente admiración y sentirse necesitados por los demás, en particular por su pareja. No toleran el rechazo y, cuando viven una ruptura, se angustian porque no logran comprender cómo pudieron descartarlos como compañeros.

4. La marca del abandono. "Quienes han vivido una infancia solitaria, como los que fueron abandonados por sus padres o que vivieron relaciones frías y distantes con ellos, suelen revivir el trauma del dolor y la soledad ante una ruptura brusca. Se deprimen y descompensan, sintiendo que siempre estarán solos y desamparados", explica el siquiatra.

5. Al límite de la personalidad. Las personalidades limítrofes no cuentan con recursos emocionales como para hacer frente a situaciones de estrés, de demanda o de pérdida y suelen reaccionar de maneras extremas ante situaciones que escapan a su control. En algunos casos, recurren a mutilaciones; en otros, a medidas más extremas, como un intento de suicidio, ya que no ven salida a su dolor.