aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Omar Arvayo Castro, ejecutivo motociclista

Arturo Reyes Fragoso| El Universal
Domingo 20 de marzo de 2005
Trabajando descubrió su pasión por las motos y hoy pertenece a una comunidad con la que recorre México

El estruendo del motor al acelerar el vehículo hace que la actitud y semblante del vicepresidente de Operaciones Comerciales de Nextel de México se transformen: no le importa que el polvo se adhiera al traje de fino corte que viste en ese momento, mientras el sol pega con fuerza en La Marquesa, paraje que suele atravesar montado en su poderosa motocicleta, solo o con sus amigos.

Su nombre es Omar Arvayo Castro, tienen 34 años y pese a radicar los últimos siete en la ciudad de México, todavía conserva el gusto por la carne asada, el acento característico de los norteños (en este caso, de Ciudad Obregón, Sonora) y la pasión por el motociclismo adquirida en Monterrey, donde estudió Ingeniería Civil y desempeñó su primer trabajo como supervisor de la obras de introducción de servicios básicos en asentamientos irregulares ubicados en la periferia de la ciudad regiomontana.

"Todo mi trabajo lo hacía a bordo de una cuatrimoto, en la que me movía de un lugar a otro para supervisar los avances de la maquinaria, lo que implicaba jornadas de 12 horas a bordo del vehículo, a veces de día a veces de noche. Ahí fue donde empecé a agarrarle el gusto al motociclismo", nos dice.

En ocasiones, mientras se encontraba en plena faena, Omar veía pasar frente a él a grupos de motociclistas; no tardó en descubrir que aquel lugar formaba parte de la ruta habitual de sus recorridos. "En algunas ocasiones, se paraban a descansar o comer donde yo estaba; entonces me ponía a platicar con ellos, hasta que me hice su amigo y me invitaron a acompañarlos."



Del deber al placer

Omar practica el motociclismo enduro, que se realiza en rutas que pueden alargarse por cientos de kilómetros, a través de toda clase de terrenos irregulares (a diferencia de la modalidad de motocross, desarrollada dentro de un circuito de terracería).

Adrenalina es la palabra que puede definir su afición, donde las sorpresas se presentan a la vuelta del camino: "De repente puede salirte un marrano sin verlo? y te lo llevas. Otras veces, al pasar por caminos muy espinosos, se te poncha una llanta (sobre todo la delantera), sin darte cuenta por el mismo zangoloteo. Eso puede ser muy peligroso, porque al momento de librar una zanja, la motocicleta no te responde".

Todavía en Monterrey, Omar ingresó a Alestra ATT la primera compañía del área laboral en la que, a la fecha, se desenvuelve, donde descubrió que varios de sus compañeros de trabajo compartían su afición deportiva, luego de encontrárselos fuera de la oficina, en alguna pista de competencia o a mitad de algún recorrido por el campo.



Avecindado en el DF

Fue su ingreso a Nextel lo que lo llevó a residir en la ciudad de México, así como a descubrir, para su regocijo, la existencia de una "comunidad" de motociclistas dentro del área de la empresa donde, a la fecha, labora.

"Nuestro grupo abarca una decena de personas, con cuatrimotos y motocicletas enduro. Por lo menos una vez al mes salimos juntos. Nuestras zonas habituales son Puebla, hacia la zona del Popocatépetl; La Marquesa, el Ajusco, Chiluca, Valle de Bravo y el Nevado de Toluca", refiere. "También he hecho el recorrido de Ensenada a Guerrero Negro, siguiendo la ruta de la famosa carrera de la Baja Mil. Es totalmente desértico y terminas en la playa."

Un recorrido habitual puede empezar al pie del Ajusco, donde se encuentra el albergue alpino; luego de un par de horas de campo traviesa, salen a la autopista a Toluca, a la altura de La Marquesa, donde desayunan, para luego continuar a las faldas del Nevado de Toluca y, en algunas ocasiones, hasta Valle de Bravo, a donde arriban después de ocho o nueve horas de recorrido entre bosques, valles y hasta sembradíos.



Monterrey-Real de Catorce, este fin de semana

La distancia y obligaciones laborales no son obstáculo para que el ejecutivo motociclista continúe en contacto con su "tribu" de Monterrey, a donde, casi todos los fines de semana se desplaza para visitar a sus hijos (Tristán, de ocho años de edad; Fiona, de cinco, y Milán, de cuatro) y recorrer la campiña norteña en compañía de varios de sus clientes, conformando un grupo que alcanza la treintena de motos.



Ver más @Univ_Estilos
comentarios
0