Con humo de leña: Susana Casarín
Originaria de la ciudad de México, Susana Casarín es una mujer sencilla y divertida. Enamorada de su profesión y del estado de Veracruz, al que define como una región muy sensual, su plática está cuajada de anécdotas. Sentada en la sala de su casa, una construcción tipo colonial en la que destaca una puerta de madera del siglo XIX, nos explica, con lujo de detalle, los pormenores de su más reciente publicación. "Como cualquier otro fotógrafo soy metiche y curiosa por lo que siempre estoy metiendo las narices donde nadie me llama. Ésta pudo ser una de las razones por las que hice Humo de leña ; sin embargo, debo admitir que un hecho importante fue el haber conocido, a través de un amigo de Coscomatepec, una pequeña población en la sierra veracruzana, el ambiente de las panaderías y el compromiso tan serio de los panaderos con su trabajo. En un viaje que hizo por el estado, este amigo la invitó a visitar la panadería del pueblo, por cierto de su tía. "Aquel lugar oscuro y con las paredes negras por el humo de la leña me llamó enormemente la atención porque, entre otras cosas, me di cuenta que estas familias pese a la modernidad, no han dejado que se extinga una tradición tan antigua como la panadería en horno de leña". Con su cámara al hombro empezó a tomar fotografías y desde entonces visitar las panaderías de la región formó parte de su trabajo diario. Ya con un buen número de rollos acumulados pensó en que su material lo podría publicar en una revista, pero conforme fue conociendo el oficio y vio a los panaderos trabajar con el torso desnudo por el calor, frente a una gran mesa de madera y metiendo y sacando pan de su horno de leña, tomó la decisión de agrupar todo el material en un libro, el primero que hace como autora única. "Me llamó la atención esta señora, esposa de un panadero del pueblo, quien jalaba una bicicleta con un gran canasto de pan, al tiempo que cantaba su mercancía. Las imágenes de la repartidora aparecen varias veces en la obra, vendiendo, pero sobre todo platicando, con los clientes. "Doña Maura es una especie de doctora corazón del pueblo. Las mujeres y los hombres están muy al pendiente de que aparezca para contarle sus problemas. Es una mujer que se ha ganado el cariño de todos por su capacidad de escuchar", dice sonriendo. "Una de las historias que más me impresionó fue la de su casa. La recuerdo frente a una canasta de pan recién horneado cuando me dijo: `Mi casa la pagué con pan. Cuando ya no tuve para las letras, hablé con el dueño y él me dijo que se la terminara de pagar de esta manera. Durante dos años fui todos los días a llevarle su pan`", relata. Durante el tiempo en que Susana preparó su libro, viajaba de la ciudad de México al estado de Veracruz entre tres y cuatro veces al mes, "por eso me tardé más de dos años en terminarlo". En la actualidad, el pueblo de Tlacotalpan la considera como la fotógrafa oficial del lugar. "Cuando llego a visitarlos, muchos de mis amigos panaderos salen a recibirme. El día de la presentación de Humo de leña se me acercó el hijo de una de las señoras que fotografié y me dijo que quería platicar conmigo. Llorando me comentó que su madre acababa de morir, pero que gracias a mí había sido feliz porque su fotografía aparecía en el libro." "En este estado he encontrado cosas maravillosas. Un día me metí a una cantina en Tlacotalpan y vi algo sorprendente: un grupo de rancheros de esos que tienen facha de muy machos, bailaban con unos travestis. Eso sólo se puede ver en Veracruz." Como era de esperarse, tomó varias fotografías que ahora forman parte de su proyecto en color: Veracruz, dentro y fuera , mismo que ya se expuso en el Museo Santa Catalina, en Cádiz, España, junto con una colección de Diego Rivera que el estado de Veracruz prestó. "El hecho de exponer al lado de este gran muralista, ha sido uno de los privilegios más grandes de mi carrera", comenta Casarín. "Las fotos que componen este proyecto tienen una temática muy distinta a la de Humo de leña . "En ellas capté la sensualidad y lo lúdico del estado. Son como pequeños fragmentos de la cotidianeidad de los veracruzanos: hay personas, arquitectura, historias humanas de la zona del puerto y de las cantinas. Es un trabajo colorido, surrealista." Además de su trabajo como fotógrafa, cuida de su familia, la cual conforman sus hijos, Javier, estudiante de cine; Diego, músico, y su esposo Javier Solórzano. Javier es mi segundo marido y lo conocí cuando estaba estudiando en la UAM, era mi maestro. Se acomoda en el sillón y nos relata el inicio de su relación. "Javier fue como mi paño de lágrimas cuando me estaba divorciando. Cuando por cuestiones propias del proceso tenía que acercarme a él para avisarle que no podría ir a su clase, le contaba lo mal que la pasaba y siempre me aconsejaba. "Pasado algún tiempo todo terminó con el que era mi esposo y él y yo iniciamos una relación que concluyó en matrimonio". Los dos conforman una sólida pareja desde hace 24 años.
La influencia de doña Maura
A su llegada a Tlacotalpan, población donde tomó gran parte de las fotografías que integran la publicación, se encontró con otro personaje clave para este trabajo: doña Maura.
La casa de pan
Pero así como a doña Maura le platican, ella también platica y Susana fue su paño de lágrimas.
De México a España
Viajera incansable, ha estado en España, Turquía, Colombia, La Habana y en casi todos los estados de la República mexicana, y aunque encuentra encantos en muchos de estos lugares, Veracruz es su lugar favorito.
También es ama de casa
Susana es egresada de la carrera de Comunicación, la cual cursó en la UAM Xochimilco.





