Mariana Tort de Peralta el glamur hecho madre
Guapa como siempre, sin que su segunda maternidad haya alterado en un milímetro su espléndida silueta, Mariana de Peralta cuenta que el yate que lleva su nombre los lllevará a tocar varios puertos de Europa durante cuatro meses. La familia Peralta creció con la llegada al mundo de la pequeña Mariana el pasado 13 de enero, en el hospital Cedar`s Sinai, de Los Ángeles, California. Y el día que conversamos con la señora de Peralta, su primogénito, Nicolás, estaba festejando su segundo cumpleaños. "Como cualquier niño de su edad, él ha resentido la llegada de la hermanita", dice. "Hace unas semanas, pasábamos unos días en nuestro barco, anclado en Acapulco, y de pronto me dijo: `Oye mami, ¿por qué no se van tú y Marianita a nadar con los tiburones?". Su papá y yo nos reímos de la ocurrencia, que seguramente, reflejaba muy bien lo que sentía". "Yo quería algo muy cursi, femenino y rosa, rosa", confiesa. Tanto los sillones, de toalla afelpada, como la cama de la mesa lateral, rematada con una boa de plumas de avestruz, y las cortinas, son de ese tono, lo mismo que la original cortinilla de cristales de Swarovski que colocó a manera de galería en los muros de la habitación. A un costado de la ventana que da al jardín queda el moisés, vestido en organza blanca sobre fondo rosa. Todo estuvo listo antes de partir hacia Los Ángeles , el 25 de diciembre pasado, en compañía de su esposo e hijo, para esperar la llegada de la pequeña. El ingeniero Peralta rentó una silla de ruedas eléctrica para facilitar a su esposa los traslados, y juntos disfrutaron el show de Celine Dion, su estrella favorita. Por último, asistieron a la fiesta que les ofreció un jeque árabe, amigo suyo.
CUARTO DE PRINCESITA
Mariana dice que en el embarazo de su hija se sintió cansada y con menos ganas de arreglarse y salir, a diferencia de lo que le ocurrió con Nicolás. No obstante, sacó fuerzas para decorar ella misma el cuarto de la bebé.
LAS VEGAS, PASEO PREVIO
Instalados en el hotel Península de la ciudad californiana y en vista de que el parto no parecía inminente, los Peralta en pleno decidieron trasladarse hasta Las Vegas para recibir allá el Año Nuevo.





