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Mujer de buena crianza

El Universal
Domingo 14 de marzo de 2004

Según comenta Beatriz Pasquel de Moctezuma, es tal la manía por este pasatiempo en Estados Unidos, que existen varias revistas especializadas en el tema; numerosas tiendas que ofrecen servicios tan curiosos como: sesiones para después del trabajo (de 6 a 12 de la noche), o bien tipo "pijamada", para practicar scrapbooking durante toda la noche y hasta la mañana siguiente; convenciones, e incluso ¡cruceros!, en los que sólo viajan "adictos" a esta actividad.

Pero, ¿cuál es la causa de la scrapbooking-manía ? De acuerdo con Melanie Nerenberg, de la firma Kate`s Paperie`s, posiblemente las novias tengan mucho que ver con ello, porque les encanta incluir en sus álbumes de boda muestras de sus invitaciones, del menú de su recepción, listas de invitados y de sus regalos y hasta trozos de la tela de su vestido de novia.



Sus otras pasiones

Alta, de ojos de un azul intenso y dueña de una figura envidiable, Beatriz Pasquel está casada con el hombre de negocios Pablo Moctezuma, con quien ha procreado dos hijos: Natasha (ahora de seis años) y Emiliano (de cuatro).

Hija del empresario Bernardo Pasquel y de la diseñadora Jana Jaffe, tiene una hermana menor, Jana, "su orgullo", y quien estudia una especialización en arte islámico en la afamada casa de subastas Christie`s en París, donde reside habitualmente.

Del matrimonio de su madre con Guillermo Rossell de la Lama, Beatriz tiene dos hermanos más: Natasha (que estudia medicina en Nueva York) y Guillermo (estudiante de negocios en la misma ciudad). A Daniela Rossell, pese a no ser su hermana, la considera como tal por haberse criado juntas. En cuanto a su padre, también se volvió a casar y tiene dos hijos: Bernardo (de 17 años) y Berna (13).

Desde muy pequeña, Beatriz Pasquel ha tenido la oportunidad de recorrer el mundo con sus padres y de vivir en distintos países. Cursó la secundaria en el colegio americano Tasis en Lugano (Suiza), del que guarda especial recuerdo no sólo por la acogedora villa rodeada de bellísimos paisajes naturales en la que residía, sino porque cada vez que le enseñaban un determinado periodo de la historia, viajaba con sus compañeras y profesor hasta el escenario mismo de los acontecimientos.

Así por ejemplo, se trasladó a Turquía para aprender todo acerca del Imperio Otomano, y posteriormente hasta Polonia para enterarse de los horrores del holocausto, visitando lo que en su día fueron campos de concentración.

Posteriormente viajó a Atenas para continuar (también en el colegio Tasis) con sus estudios.

Durante su estancia en Grecia, tuvo la suerte de contar con el apoyo de Dimitri, un acaudalado amigo de su madre que cada fin de semana la llevaba (junto con Jana su hermana) a recorrer las islas griegas en su imponente barco.

Fue así como conoció Mykonos, la isla que más la ha impresionado y en la que participó en más de una ocasión en divertidas y singulares fiestas en la playa, que según la usanza del lugar, solían durar hasta tres días.

Al término de ese año escolar, la crisis en el Golfo Pérsico estalló y su madre decidió llevar a sus niñas de regreso a San Antonio, donde residía con sus dos hijos menores. Una vez ahí, Beatriz y Jana ingresaron a estudiar en el Texas Military Institute.



¿Disciplina militar?



Según la señora de Moctezuma, aunque la disciplina colegial era estricta, en ningún momento la recuerda como algo pesado o insoportable. De hecho, sus vivencias en un colegio militar le fueron de gran ayuda poco después, cuando a los 17 años, de regreso en México, decidió vivir sola.

En ese momento su padre, Bernardo Pasquel, le puso un departamento y la animó a decorarlo ella misma, pero al final fue enfático: "No te faltará nada pero no tendrás ninguna persona de servicio para ayudarte en las cosas de la casa. Debes aprender a valerte por ti misma". "En aquel momento me pareció tremendo, pero hoy se lo agradezco porque sé llevar una casa y arreglármelas con los quehaceres domésticos sin ninguna dificultad", reconoce.

Muy útil sin duda fue también la experiencia que vivió junto a su madre a fines de los 90 en Bucarest, Rumania, hasta donde Jana Jaffe se trasladó para dirigir una fábrica de pantimedias. Durante la estancia en aquel país, Beatriz no sólo la ayudó en la compra de maquinaria, sino también fungió como modelo de los catálogos. "¡Mi mamá me hace hacer cada cosa!", exclama divertida la entrevistada.

En México concluyó sus estudios de preparatoria en el Colegio Americano y posteriormente se trasladó a Nueva York, para estudiar diseño de interiores en el New York School of Interior Design.



Una mujer de ¡10!

En la actualidad, además de encargarse de su negocio y de sus hijos, Beatriz Pasquel colabora con su marido en el bar Taj que él inauguró recientemente en Polanco.

Los fines de semana le gusta enfilar con su familia hacia Acapulco, para visitar a su mamá en Villa Arabesque. Jana reside buena parte del año en esa mansión con su marido, el empresario texano Greg Hovas.

Finalmente, nos cuenta una anécdota: "En diciembre pasado le llevé de regalo a mi mamá material para que hiciera scrapbooking y le enseñé a hacerlo. Tanto le gustó, que hizo un álbum con las fotos que tomó al rey Mohammed de Marruecos, durante las dos semanas que el monarca pasó, en visita privada, en su residencia de Acapulco el pasado septiembre. Luego mi mamá se lo llevó de regalo el fin de año de 2003, el que pasó en el palacio de Marraquech invitada por el rey y su familia".



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