Miden 25 centímetros de largo por 20 de ancho, están formadas por cuatro hojas de fina cartulina color crema, con sólo una cara impresa, en la que Marcos Fastlicht Sackler, Stephanie Kurian de Fastlicht, Emilio Azcárraga Milmo y Nadine Jean de Sánchez-Juárez "participan el matrimonio de sus hijos Sharon y Emilio y tienen el gusto de invitarlo a la recepción que con este motivo se llevará a cabo el sábado 28 del presente a las 14:30 horas..." . Se solicita vestuario formal y la confirmación de la asistencia.

Para la alta y espigada Sharon, de 23 años de edad, éste será su primer matrimonio. Para Azcárraga Jean, de 35, el segundo, después de haber estado casado con Alejandra de Cima.

Según han comentado personas muy cercanas a los novios, la ceremonia sólo será por lo civil, si bien cuando se difundió el compromiso formal de los jóvenes, se afirmó que Emilio se convertiría al judaismo. Un miembro de esta comunidad religiosa, que pidió el anonimato, nos comentó que efectivamente, Azcárraga Jean sostuvo pláticas con un rabino que lo instruiría en la religión de Jehová. Pero que al final interrumpió su preparación y decidió casarse sólo por lo civil. Sharon estuvo de acuerdo.

Una novia inesperada

Licenciada en Ciencias de la Comunicación y luego estudiante de cine en la Universidad de Columbia (su familia es propietaria, entre otros negocios, de la revista Cinemanía ), en Nueva York, Sharon Fastlicht tenía 13 años cuando conoció a Emilio Azcárraga Jean, gran amigo de Adolfo, el mayor de sus cuatro hermanos.

Con esporádicos encuentros en reuniones sociales, ambos siguieron su camino, pero volvieron a encontrarse casualmente el 14 de febrero del 2003 en Miami.

Emilio, amante de las embarcaciones como su padre (el que fuera por tantos años alma de Televisa) asistió en aquella ciudad a la exposición de yates The Boat Show . Sharon había viajado desde Nueva York (donde estudiaba) a la misma localidad de la Florida para encontrarse allí con sus padres y disfrutar juntos unos días.

Los Fastlicht y el joven Azcárraga y sus amigos coincidieron en algún lugar y allí comenzó la historia entre Sharon y Emilio.

Sharon eligió a la venezolana radicada en Nueva York, Carolina Herrera, para que le diseñe el vestido de nupcial, que será tan sencillo y elegante como ella.