Dormir en la misma cama y sin intimidad
Para Maddie Weinreich, el sexo siempre había sido algo divertido, al hacerlo recuperaba energía y la comunicación con su esposo, Roger. Pero enseñar yoga, criar a dos niños y comenzar un negocio propio la dejaba exhausta. Generalmente se iba a la cama antes que su esposo, y cuando él llegaba, ella ya estaba dormida. Su amor se enfrió poco a poco. Cuando Roger quería tener sexo, ella estaba demasiado cansada. Él trataba de ser romántico: encendía una vela en el dormitorio para crear la atmósfera romántica. "Yo la veía y decía, `Dios, la vela no`", recuerda Maddie. Parece que últimamente nadie tiene ganas. Trabajamos demasiado, estamos preocupados por la economía y tenemos que llevar a los niños a todas partes. Nos molestamos con los cónyuges que no hacen las compras ni levantan su ropa sucia. Y si descubrimos que al final del día tenemos 20 minutos libres, preferimos ver algo relajante en la televisión que tener sexo. Es difícil decir con precisión cuántos de los 113 millones de estadounidenses casados están demasiado cansados o molestos como para tener ganas, pero los sicólogos calculan que entre 15 y 20 por ciento de las parejas no tienen sexo más de 10 veces al año, que es el estándar para definir a los matrimonios sin sexo. Incluso las parejas que no entran en esa categoría sienten que no tienen sexo tan frecuentemente como antes. Las parejas mexicanas no están exentas de ser "matrimonios sin sexo", o bien parejas que caen en la rutina y finalmente rechazan hacer el amor con sus parejas por circunstancias que explican los sexólogos Anabel Ochoa y Rubén Carbajal. En opinión de estos dos expertos, los mexicanos tiene pocas relaciones sexuales, para Rubén Carbajal, el promedio es de dos veces por mes; mientras que coincide con Anabel Ochoa al señalar que el promedio es de dos veces por semana, en los recién casados. A pesar del estereotipo de que son las mujeres quienes rechazan el sexo, con frecuencia son los hombres quienes lo hacen. Las estadísticas sobre matrimonios sin sexo son "extremadamente inexactas", afirma el terapeuta Michele Weiner Davis, autor de The Sex Starved Marriage . De ser así, el problema debe ser realmente enorme, y se extiende a todo tipo de parejas y relaciones amorosas. Los consejeros matrimoniales no pueden decirle a una pareja cuánto sexo debería tener, pero la mayoría concuerda en que al menos debería tener algo. El sexo es sólo una parte de una buena unión, pero los matrimonios felices por lo regular lo incluyen. La frecuencia del sexo puede ser una medida de la salud de un matrimonio a largo plazo; si de pronto comienza a disminuir, puede ser un importante indicador de que hay problemas mayores, según el sicólogo John Gottman, quien maneja el Laboratorio de Investigaciones Familiares (comúnmente llamado el Laboratorio del Amor) de la Universidad de Washington. Para Rubén Carbajal, conductor de La ciudad con sexo , la relación del matrimonio se basa en convivencia, comunicación e intimidad, si alguno de los dos primeros factores falla, esto se reflejará en la intimidad, donde la rutina puede causar muchos problemas. "Lo que antes resultaba novedoso, atractivo para la pareja, pasa a ser rutinario, tedioso, aburrido, incluso las viejas rencillas o los errores del otro que siempre tenemos guardados y que no son aclaradas salen a flote", señala Carbajal. En EU, las estadísticas parecieran mostrar que todo está bien. Según un estudio del Centro Nacional de Investigaciones de Opinión de la Universidad de Chicago, las parejas casadas dicen que tienen sexo 68.5 veces al año, o poco más de una vez por semana, y la cifra no ha cambiado mucho en los últimos 10 años. Y la gente casada tiene 6.9 encuentros sexuales anuales más que la gente que nunca ha estado casada. En algunas ocasiones, asegura el sexólogo mexicano, en las parejas se presenta lo que se conoce como el síndrome de "soledad de dos en compañía", es decir que aunque duermen bajo el mismo techo, en la misma cama, ya no se presenta intimidad, ya sea de común acuerdo o porque alguno de los dos no quiere". De hecho, el problema puede ser una cuestión de percepción: como hay tantas películas y series con personajes que tienen mejor sexo que nosotros, es fácil pensar que todo el mundo, menos uno, se divierte. Rubén Carbajal también señala que, el sometimiento, la represión y los prejuicios que hay en nuestra sociedad con respecto al sexo, especialmente en las mujeres, hacen que las parejas no sean creativas y no se permitan buscar alternativas que den nuevos bríos a la relación. "En general las parejas se limitan a realizar el amor en la posición del misionero y algunos otros practican sexo oral, especialmente de la mujer al hombre, pero la gran mayoría no se atreve a salir de esta rutina", afirma el sexólogo. En opinión de Anabel Ochoa, el deseo de mantener relaciones sexuales disminuye también porque al contraer matrimonio, alguno de los dos integrantes del matrimonio piensa "ya te tengo, ya eres mío", y a su parecer, y según el sicoanálisis, todo lo que no se tiene es lo que sigue causando deseo. Para Ochoa, a la vez es una contradicción pues en su parecer, "el buen sexo, con creatividad, erotismo y experimentos, se logra con una pareja a la que se le tiene confianza para poder comunicarle deseos y fantasías." Mientras que en el vecino país del norte se afirma que, como nunca antes, las mujeres tienen la libertad financiera para dejar a sus esposos si así lo desean, incluso el sociólogo Andrew Hacker dice que las mujeres cada vez son menos propensas a seguir casadas cuando no se sienten emocionalmente satisfechas, el panorama cambia en nuestro país. Para Anabel Ochoa la educación sexual mexicana es contradictoria, porque cuando eres niño te inculcan algo que cuando llegas a experimentar tu sexualidad resulta contradictorio. "A las niñas se les compran muñecas y carriolas, y cuando crecen se les dice: no tengas sexo, porque puedes quedar embarazada; en cuanto al hombre, convierten a su esposa en figura maternal y piensan: cómo voy a experimentar sexualmente con ella, si es mi esposa, si es la madre de mis hijos, y muchas veces recurren a otras mujeres no tan veneradas para satisfacer su sexualidad", afirma la ex conductora de Voces en la intimidad . * (c) 2000 Newsweek, Inc. 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