VERACRUZ, Ver.- Ni los fuertes vientos que trajo consigo el norte que azotó el puerto de Veracruz el sábado 18 de mayo, ni la pertinaz lluvia de arena que golpeaba suavemente los rostros, fueron obstáculo para que Vanessa Serrano Cuevas y Miguel Alemán Magnani contrajeran nupcias en una velada que fue realmente inolvidable.

Horas antes del enlace, en el estado no se hablaba de otra cosa que de la boda del hijo del gobernador, la cual, como era de esperarse, no podía pasar desapercibida.

La atención que se dio a los invitados fue de primera, ya que desde su llegada al aeropuerto bellas edecanes les daban la bienvenida y los acompañaban a abordar el transporte que los trasladaría al hotel que con anticipación se había reservado.

Los convidados que llegaron sin reservación realmente sufrieron, ya que debido a este acontecimiento había un sobrecupo en casi todos los hoteles de gran turismo y cinco estrellas del puerto.

La ceremonia civil se llevó a cabo en la terraza del hotel Mocambo, el cual desde temprano era custodiado por elementos de seguridad. La mayoría de los invitados hizo caso omiso de la hora citada (18:00 horas) y lo hicieron más tarde.

Un desfile de elegantes automóviles y camionetas se prolongó por más de cuatro horas, de los cuales descendían intelectuales, políticos, artistas y empresarios.

Cabe mencionar, sin embargo, que algunos convidados al evento llegaron a bordo de autobuses turísticos o de taxis, lo que definitivamente restó glamur a su aparición.

De entre los primeros que arribaron podemos mencionar a: Justo Fernández, empresario de Jalapa; Rafael Grajales Sansores, director del DIF estatal; Juan Maldonado, secretario de Educación y Cultura; Raúl Peimbert y Juan Amieba, secretario de Finanzas; Patricia Manterola y Xavier Ortiz, así como Fela Fábregas.

Para esta ocasión las damas optaron por vestidos de telas vaporosas y transparentes y para hacer juego llevaban escotadas sandalias.

Las mamás de los novios; María Josefa Cuevas de Serrano, a quien sus seres más cercanos llaman Pepita Serrano, y Christiane Magnani de Alemán se veían guapísimas.

Por su parte, los caballeros portaron traje claro, aunque algunos prefirieron el color azul marino como fue el caso de los papás de los novios, José Francisco Serrano y Miguel Alemán Velasco. A pesar de que todo Veracruz sabía de la boda, había muy pocos curiosos, lo que si sobraban eran reporteros, camarógrafos y fotógrafos de medios de comunicación tanto nacionales como locales.

A su llegada al hotel Toño Mauri comentó sobre la pareja: "Que bueno que cumplan el sueño de casarse, que sean muy felices, que siempre haya en ellos respeto y amor que es lo importante".

Por su parte, la hermana del novio dijo: "Todo lo mejor".

Seguía y seguía llegando gente, y de pronto alguien gritó "ahí vienen los novios" y efectivamente en ese momento apareció un automóvil Mercedes Benz color azul marino del que descendieron Vanessa y Miguel. Lo curioso es que a ellos no les importó ni el viento ni la arena ni la prensa y caminaron tranquilamente varios metros hasta llegar a la entrada, dando ejemplo de sencillez a muchos de sus invitados, en especial a áquel que al bajarse de su automóvil se tapó la cara con su saco.

El novio portó un elegante traje color azul marino elaborado por el sastre italiano Antonio Solito, camisa blanca y corbata azul claro. La novia lució un sencillo pero elegante vestido color azul claro del diseñador mexicano Macario Jiménez. Tanto su maquillaje como su peinado fueron muy sencillos. El novio amablemente habló con la prensa: "Muchas gracias por acompañarnos en esta ocasión. Nos sentimos muy orgullosos de este estado por eso venimos a casarnos aquí". Ya adentro del hotel fueron recibidos por bellas chicas que lucían vestidos veracruzanos. Emmanuel y Mercedes Alemán, su esposa, también desearon felicidades a los novios: "Que sean felices, que la pasen muy bien, que tengan muchos hijos, que Dios los acompañe y que tengan un lindo matrimonio". Su consejo fue: "Que se quieran mucho, que se respeten y que siempre se tengan ilusión". También Joaquín López Dóriga les deseó a los novios: "Que sean muy felices".

Otros de los invitados fueron: Víctor Lichtinger, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Alejandro González Iñárritu, Adrián Vargas y Rebeca de Alba.

Pero sin duda el que provocó el mayor tumulto a su llegada fue Emilio Azcárraga Jean, quien bajó de su vehículo en medio de apretujones, gritos y aventones, incluso hubo quien terminó en el suelo al intentar entrevistarlo.

Ricardo Rocha también deseó parabienes a los novios: "Muchisísimas felicidades para Vanessa y para Miguel... los quiero mucho a los dos". Por su parte, Santiago Creel, secretario de Gobernación, comentó: "Estoy muy contento de estar en este glorioso estado de Veracruz. Asisto acompañando al señor gobernador y a los señores Serrano, y lo hago con mucho gusto". Y agregó: "La mejor de las felicidades para los novios". El que prefirió no decir nada fue Ricardo Salinas Pliego, quien a toda prisa entró al hotel.

La que si habló fue Graciela Mauri: "Les deseo toda la felicidad del mundo, los quiero muchísimo y se lo merecen. Les aconsejo tolerancia, paciencia y amor. Les regalamos una escultura muy bonita. Llegamos tarde porque tengo una bebita de apenas ocho meses, le tocó comer y yo le doy". En total fueron 800 invitados , entre los que podemos mencionar a: Luis Téllez, ex secretario de Energía; el periodista y escritor Germán Dehesa, Shanik Berman, Carlos Slim y Carlos Ruiz Sacristán, ex secretario de Transportes. Rafael Valverde, juez encargado del Registro Civil en el estado, fue quien los casó y durante el acto se leyó la Epístola de Melchor Ocampo. Al terminar la ceremonia, los ya esposos, bailaron "Nadie", de Agustín Lara, la cual fue interpretada por la cantante cubana Ranchel, quien a su vez estuvo acompañada al piano por el maestro Memo Salamanca, quien tuvo el privilegio de ser músico en la orquesta de Agustín Lara. Otras de las canciones que cantó fueron: "Mujer", "Veracruz", "Noche criolla" y "Palabras de mujer".

Cabe mencionar, que siguiendo la tradición, la fiesta fue ofrecida por los papas de la novia. El hotel, estilo colonial, fue decorado logrando un ambiente de remembranza de la época dorada de los 50. Los adornos eran de flores blancas, conocidas como "casablancas" y en las escaleras se colocaron caracoles. En la terraza fueron dispuestas mesas de fierro forjado elegantemente ataviadas con manteles de Tlacotalpan. En el centro lucían una pequeña palmera.

La cena que se sirvió fue preparada por el chef veracruzano Ángel Peralta, incluyó: Langosta París, sorbete de mandarina, crepas de morillas, róbalo al Acuyo y merengue con salsa de mango. La orquesta Universitaria de Música Popular que dirige el maestro Rodolfo "Popo" Sánchez amenizó la cena. Ya entrada la madrugada se sirvió café típico del tradicional restaurante Parroquia, amenizado el desayuno por el grupo Pasión Jarocha.

La alberca fue cubierta con acrílico para convertirse en una gran pista de baile. Los encargados de armar el ambiente fueron los famosos grupos: Los Joao, Excellence y la danzonera La Playa quienes interpretaron música tradicional jarocha, además de boleros y danzones. La noche fue enmarcada por una lluvia de fuegos artificiales que iluminaron el cielo.

Miguel y Vanessa unieron sus vidas después de dos años de noviazgo. Los hoy recién casados eligieron para su luna de miel las tranquilas playas de La Paz, Baja California, Sur.