Miguel Bosé: Quiero hacer de mi vida una feria
Reservado, Miguel Bosé no solía compartir nada de su vida privada, ni siquiera en sus canciones porque "son pura fantasía literaria y no tienen nada que ver conmigo". Fuera de su círculo de familia y amigos, el intérprete ha manejado una ambigüedad, fríamente calculada, que lo mantiene oculto y sujeto a especulaciones... hasta ahora, que decidió romper el silencio y compartir con Quién algunas experiencias personales. Miguel Bosé nació el 3 de abril de 1956 en Panamá, durante una gira taurina de su padre, el inolvidable matador Luis Miguel Dominguín. Fue el primero de los tres hijos que tuvo el matrimonio formado por Dominguín y la actriz italiana Lucía Bosé; después vinieron Lucía y Paola. Por cierto, su padrino de bautizo fue le cineasta italiano Luchino Visconti. En su infancia fue gordo. "Pues en efecto", confiesa, "era como un budita; comía todo lo que pillaba". La transformación ocurrió cuando "me llegó la pubertad y me estilicé. Claro que me llené de granos y más granos; creo que por ahí salió toda la grasa. Eso sí, conservo el apetito voraz y engordo con facilidad". Miguel pasó los primeros veranos de su niñez en Cannes, Francia, en la finca La California, propiedad del célebre Pablo Picasso. Creció rodeado de artistas y desde muy pequeño desarrolló una sensibilidad e inclinación especial por el arte, que más tarde -siendo un adolescente de 16 años- se manifestaría a través de estudios de danza, en el Dance Centre, y teatro en el Lindsey Kemp, ambos en Londres. Debutó en el cine en 1972, en la coproducción italiana francesa-española Eroi, Gli . Al año siguiente hizo otra cinta, Vera , un cuento cruel, pero sus estudios lo mantuvieron alejado de las pantallas por tres años. A su regreso de Inglaterra, Bosé estudió Mercadotecnia en el centro Español de Nuevas Profesiones, pero su vocación no estaba ahí. En 1975, en su cumpleaños número 19, el cantautor Camilo Sesto le propuso grabar un sencillo bajo su producción. Si bien tuvieron que pasar dos años para que Miguel grabara un disco completo, éste fue el inicio de su idilio con la música, que a la fecha cuenta con 15 discos y una larga lista de éxitos. El artista regresó al cine en 1976 y desde entonces ha participado en 25 películas, entre las que destacan: Tacones lejanos (1991), de Pedro Almodóvar, y La reina Margot (1994), de Patrice Chéreau. El español no tiene muy clara la razón por la que por fin decidió hablar de sí mismo, a través de su música: "no me lo propuse. Quise contarme más en mis canciones y así surgió, a lo mejor me traicioné", nos comenta con una sonrisa enigmática que revela que no se toma la vida demasiado en serio. "Me la paso pipa" asegura, "no quiero pasarla mal en la vida, no quiero que me duela; gozo, no aprendo nada del dolor, por eso quiero hacer de mi vida una feria. Es más, todas las mañanas me levanto con buenas intenciones y luego las cosas me van cambiando, pero no me gusta sufrir, tal vez porque en el fondo soy muy cobarde". Y después nos confesó qué es lo que le asusta: "los espejos por la mañana y las entrevistas". En éstas Miguel se siente un poco como en un examen: "llegas con una serie de respuestas más o menso preparadas para lo que crees que te van a preguntar, y resulta que te terminan preguntando otra cosa". El hispano comparte otros de sus miedos con el resto de los mortales: "el salón de espera del dentista y más cuando tienen música enlatada, es horrible". Para sus sensibles oídos musicales, este tipo de música es una verdadera tortura. "También alucino la de los aeropuertos, especialmente la del programador musical de Iberia; es como para matarlo, es un terrorista del oído. Cuando viajo me dan ganas de buscarlo y ¡pumba! pegarle tres hostias". O sea que el "sereno" Bosé no siempre está en estado de beatitud. Si hay algo que lo saque de sus casillas es "¡que pierda el Real Madrid! No se toca a los dioses", y es que para Miguel el futbol "más que una religión es un órgano como el hígado y duele ¡Joder! Mira que duele, y cuánto. Cuando pierde el Real caigo en un estado profundo de depresión... hasta que pierde el Barza". Miguel comenta que es un excelente anfitrión y le fascina cocinar para su familia y amigos; de hecho, las paellas que cocina son de antología y las invitaciones muy peleadas. "Me gusta mucho cocinar y me invento las recetas. Creo que nunca he preparado dos platillos iguales en la vida. Abro la nevera y con lo que hay improviso, tengo muy buena relación con la comida y disfruto compartiéndola con mi gente. Hay dos sitios en donde estoy por completo fuera de mí de felicidad: el escenario y la cocina". Y concluye la entrevista con una declaración de principios: "soy carnívoro y latino". SUS SECRETOS El nombre verdadero de su papá era Miguel González Lucas, que después cambió por Luis Miguel Dominguín Su madre fue Miss Italia en 1947 Consejo de su padrino Lucino Visconti: "Las cosas que uno aprecia son las que se ganan a pulso" Inicios bilingües: los primeros sencillos que grabó Bosé incluían dos canciones en inglés "Forever You" y "Who" Atuendo polémico: una falda tipo Samural que usó en sus presentaciones en la década de los 80
Se descorre el velo del misterio
En 2001, por primera vez, Bosé se atrevió a contar pasajes de su vida privada, aunque fuera a través de sus canciones, y con ello descorre un poco la cortina del misterio que pende sobre sus amores y sus gustos: "por primera vez hablo de mí. Los temas de Sereno tienen protagonistas y lugares con nombre y apellido: Morena mía trata de una relación especial y apasionada que tuve; la canción El hijo del capitán Trueno es la historia de mi vida, y Sereno soy yo".
Le asustan los espejos y las entrevistas
Hace dos años, Miguel tuvo un accidente automovilístico: viajaba con su amiga Rebecca de Alba y el coche iba a 200 kilómetros por hora cuando se estrellaron. Ella salió casi ilesa, pero Miguel pasó una larga temporada de recuperación, con sesiones de fisioterapia incluidas. A pesar de ello, y en otra fina ironía de su personalidad, el intérprete nos confesó que no le dio miedo, "me dio mucha rabia porque manejar rápido me provoca mucho placer; es más, a los tres días ya estaba trabajando: desde la cama revisé la portada de mi disco Lo mejor de Bosé ".
La cocina y el escenario lo transforman
La casa de Miguel Bosé, localizada a las afueras de Madrid, en Somosaguas, es su santuario, "es como mi alma, mi caparazón, mi corazón, mi piel, mis humores; es la suma de mi vida, amigos, libros, árboles, animales y mi cocina". Y ahora también se convirtió en el estudio de grabación de Sereno : "lo hice todo en mi casa, en pijama y a deshoras. Nunca antes lo había hecho así. Por ejemplo, de repente me fluía una canción a borbotones y no lo podía parar".





