Había una vez... un hermoso arco iris que se formó de una sola gota de agua y un rayo que se fundieron en el cielo y por el cual el Dios Oro, rey de la paz y la fertilidad, bajó a la Tierra, trayendo consigo a Te Ufi o perla negra, una preciosa ostra de labios negros cuyo molusco segrega sustancias nacaradas de mágicas tonalidades que van del gris al negro. Se la ofreció a la bella princesa Bora Bora como prenda de su amor, al tiempo que Okana y Uaru, espíritus de la arena y del coral, adornaban a Te Ufi con un manto que brillaba con los colores de todos los peces que surcan las profundas aguas de la Polinesia francesa.

A partir de ese momento, en el extremo opuesto del mundo, en las lagunas de la Polinesia francesa, un auténtico tesoro duerme profundamente en estas apacibles aguas. Antes de que se empezara a cultivar, la perla negra era considerada muy valiosa y rara. Era el secreto de las islas de coral, que fue durante mucho tiempo un símbolo real. Su acrecentada reputación, por su us|o en las joyas de la realeza de todo el mundo, le valió el reconocimiento de "perla de reinas" o "reina de las perlas". La más famosa de estas perlas negras naturales se llama Azra, pieza central de un collar que formaba parte de las joyas de la corona rusa.

El cultivo de las perlas

En la década de los 60 la sobreexplotación de los bancos de perlas hizo que se agotara el suministro de perlas naturales de la Polinesia francesa. Se crearon varias granjas de perlas en las islas de Manihi, Marutea y Mangreva.

El proceso de criar una ostra perlífera es largo y requiere considerables cuidados y atención, puesto que la especie es muy delicada. En determinadas épocas del año la ostra perlífera de labios negros, que vive junto al coral que se encuentra en las lagunas de Polinesia, produce huevas que luego son fertilizadas en el agua. Después de estar flotando durante un mes, las crías de ostrad se adhieren al coral o mueren enterradas en la arena.

El cultivador de perlas recoge las crías, sumergiendo colectores artificiales en la laguna, que luego se colocan en líneas bajo el agua durante más de tres años. Durante ese tiempo, se vigilan cuidadosamente las ostras y se limpian varias veces.

Cuando la ostra alcanza la madurez, está lista para el injerto, un proceso que estimula la secreción de nácar y la eventual formación de una perla.Durante el periodo de crecimiento, la formación de la perla puede verse afectada por variaciones en las condiciones climáticas y acuáticas, como ciclones o un aumento en la temperatura del agua. Son estas variaciones las que producen la formación de perlas barrocas, semibarrocas y circulares. También son el motivo de que las perlas perfectas sean tan raras.

A pesar de su nombre, la perla negra de Tahití es rara vez negra y es encontrada solamente en los atolones polinesios. Puede adoptar todos los colores del borde de la concha de la ostra que la produce. La extraordinaria paleta de colores de la perla tahitiana oscila desde el gris lunar, con graduaciones de los tonos más sorprendentes como el azul, rosa, oro, púrpura y verde pavo real. Este último es el más buscado de los colores. Los polinesios denominan a sus perlas Poe Rava, que significa "negro con reflejos verdes". No son cultivadas en aguas tahitianas, sino en atolones alejados a un millar de millas de Papeete, la capital. Según los expertos, las islas que producen las perlas más hermosas con las formas más diversas son las islas Tuamotu y Gambier.

Clasificación de las perlas

Las perlas están clasificadas por diámetro, que es generalmente de entre 8 y 18mm. Asimismo, la producción se clasifica según su forma como redondas o semirredondas, semibarrocas, circuladas y barrocas. Las redondas tienen una esfera casi perfecta, con una variación de diámetro inferior a 2 por ciento . Las semirredondas tienen esferas ligeramente imperfectas, con una variación de diámetro superior a 2 por ciento , pero inferior a 5 por ciento . Las semibarrocas presentan por lo menos un eje de rotación, y se clasifican como gota, botón, ovalada y pera. Las perlas circuladas presentan estrías o círculos regulares, perpendiculares a un eje de rotación, en más de un tercio de su superficie; y las perlas barrocas no presentan ningún eje de rotación.

La calidad de la superficie de las perlas negras es esencial para su valoración. Esta se juzga por los defectos de la capa perlífera, perceptibles a simple vista como ralladuras, manchas, arrugas e incrustaciones. El lustre se juzga por su capacidad, más o menos perfecta, de reflejar la luz en la superficie de la perla.

La clasificación técnica de los productos se establece únicamente a partir del diámetro, la forma y la calidad. Sin embargo, en el valor comercial de las perlas intervienen criterios suplementarios como el gusto de los consumidores, la rareza de algunas perlas o la destinación de estos productos.

Granjas de cultivos

Gran cantidad de gente continúa cometiendo el error de pensar que las perlas cultivadas son falsas o son imitaciones. Una perla natural es producto de la casualidad, su origen es un grano de arena, una larva o una pizca de coral. La perla cultivada es el resultado del mismo fenómeno, pero provocado por un injerto realizado por las manos del agricultor. Esto es tan simple como luego de que un núcleo se introduce dentro del cuerpo del animal y se comprueba que éste no sea expulsado, el nácar empieza a cubrirlo de capas para formar la perla.

Las perlas de la Polinesia se cultivan en cooperativas o granjas privadas como la empresa Tahití Perl", una de las 14 mayores empresas que producen 60 por ciento de las perlas. El señor Robert Wan, propietario de esta empresa, reconocida por la altísima calidad de sus perlas, posee la perla natural más grande jamás hallada en la Polinesia francesa, de forma barroca con un diámetro de casi 26 mm.

Promoción de la "gema del Edén"

El aumento de la promoción de las perlas negras en todo el mundo ha llevado a un mayor conocimiento por parte del público. El grupo que se ha dedicado a la promoción de estas maravillosas gemas es precisamente Perles de Tahití, GIE, organización no lucrativa de Pepeete, la capital, auspiciada por el gobierno y los productores locales que cuenta con filiales en Japón, Suiza, Italia, Alemania y Estados Unidos. Los esfuerzos promocionales llevados a cabo por GIE, en cuatro años de trabajo, han ayudado a fomentar el prestigio de la perla negra, reclutando a personalidades que luzcan joyería con perlas negras (o, como suelen llamarlas los expertos: "gemas del Edén").

En Estados Unidos de América la manía por las perlas negras fue impulsada por tres grandes eventos: el primero fue el lanzamiento del perfume Black Pearls, de Liz Taylor; más tarde la inauguración de la promoción, durante un año, de la perla de los mares del Sur por parte de la Casa Tiffany, y por último la actriz Sharon Stone dio renombre a las perlas negras en Estados Unidos y en Europa cuando fue vista con una creación de Van Cleef & Arpels de París. Catherine Deneuve se exhibió en un programa de televisión con aretes de perlas de Tahití, y ¿sería posible olvidar a "Cruella" ?Glen Close?, en la película 101 Dálmatas, quien eligió un "collar de perro" de perlas negras para combinar con su curioso abrigo blanco y negro en el film de Walt Disney?

El nombre de esta campaña lanzada a finales de abril es: "Circle of Love" (Círculo del Amor) y destaca por promover las categorías más populares de perlas cultivadas cosechadas en Tahití y en sus islas, como la perla circular o semibarroca, caracterizada por anillos perpendiculares al eje de simetría que cubren más de la tercera parte de su superficie.

"Circle of Love" es una forma de decirle a alguien te quiero...