Conforme avanzan los meses y los días la expectación por el arribo del año 2000 crece paulatinamente y los preparativos para recibirlo se manifiestan cada vez con mayor entusiasmo. ¿Es un número clave? ¿Es una cifra cabalística? ¿Es el inicio del nuevo milenio? Muchas personas consideran que el nuevo milenio comienza con el año 2222, pero la historia y las matemáticas nos muestran lo equívoco de esta aseveración.

Carlos Prieto, investigador en el Instituto de Matemáticas de la UNAM y autor de varios libros, demuestra en un interesante artículo publicado en la revista "¿Cómo Ves?", que edita la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, que el siglo XXI y con él, el tercer milenio, comienzan con el año 2001, precisamente el 1 de enero del 2001. Al hacer un poco de historia explica que nuestro calendario tiene sus orígenes en el primitivo calendario romano de 304 días, herencia del egipcio que data tal vez del siglo XXX antes de nuestra era.

En el año 45 antes de nuestra era, -que según con el recuento que se llevaba le correspondió ser el 709 del tiempo transcurrido desde la fundación de Roma, surgió el calendario Juliano, en el que se ajusta el calendario a los 365 días 6 horas que desde tiempos antiguos se consideraba como la duración de un año. Este sistema de división de tiempo siguió en uso en el mundo europeo hasta casi seis siglos después del nacimiento de Cristo.

En el siglo VI, específicamente en el año 525, un monje escita proveniente de Ucrania, abad de un monasterio de gran cultura, tuvo la idea de señalar como punto de partida para el cómputo de los años, el nacimiento de Cristo y contabilizó el año 754 de la fundación de Roma, como el año 1 de nuestra era. El monje se llamaba Dionisio "El Exiguo" o el "Pequeño", por su complexión física.

Dionisio calculó, si bien erróneamente, que Jesucristo nació el año 753 de la fundación de Roma y al año siguiente lo llamó el año 1, que correspondió ya propiamente a lo que ahora llamamos la era cristiana. Nuevos ajustes realizados en el siglo XVI de nuestra era, dieron lugar al calendario Gregoriano. Dichas reformas han sido adoptadas por casi todos los países del mundo.

De acuerdo con lo expuesto, la era cristiana comienza el año 1; así, el siglo 1, que dura 100 años, termina con el año 100: el primer milenio, que dura mil años, acaba con el año 1000, que es también el último del siglo XI y del segundo milenio. Si seguimos contando, ya no deberá ser difícil concluir que nuestro siglo, el XX, comenzó con el año 1901 y terminará con el 2001, precisamente 1000 años después de haber terminado el siglo X y el primer milenio. Es entonces que el siglo XXI y con él, el tercer milenio, comienzan con el año 2001, precisamente el 1 de enero del 2000.

Que el nuevo milenio empiece con el año 2000 sólo sería posible en dos casos: o la era cristiana comenzó el año 1 antes de nuestra era, es decir, el 753 de la fundación de Roma, o hubo un año cero entre el año 1 antes de nuestra era y el año 1 de nuestra era, lo cual es absurdo.

Además, la cuenta de los años como la de los siglos y los milenios, pero también la de los días y meses, es por ordinales; es decir, por números que nos permiten ordenarlos para, con ello, contarlos. De este modo no puede ser un año cero el primero de la era cristiana.

Por otro lado, el que Dionisio "El Exiguo" al hacer el recuento de los años haya comenzado con el 1, no pudo ser de otra forma: en el siglo VI no se conocía el cero en Europa: no se conoció sino hasta el siglo XII, ¡600 años después!