Son 5 síntomas que presentamos en estos días de descanso que fomentan el descontrol en nuestra dieta. Es cierto que necesitamos a diario más que fuerza de voluntad para seguir un régimen, ahora imagínate los fines de semana que que son unas mini vacaciones que ocurren 54 veces al año. Por eso se debe estar consciente de qué es lo que pasa y cómo controlar el daño.

Llegó el viernes, a beber y a comer

Ya son las 6 de la tarde del viernes, ha llegado la hora feliz. Entre tragos y comida podrías consumir unas mil calorías. El alcohol estimula el apetito y disminuye tus inhibiciones, por eso debes tener cuidado. Recopila por medio de los pitillos o las conchas de limón el número de cocteles o tragos que vayas bebiendo, así podrás reducir la medida de lo que tomas.

Si vas a beber debes medir lo que tomas y así calcular las calorías:

Vinos y cervezas light, equivalen a 100 y 125 calorías.
Un Manhattan, equivale a 130 calorías.
Un mojito, equivale a 150 calorías.
Un Vodka tonic, equivale a 170 calorías.

Elige opciones de bocadillos más ligeros que frituras, por ejemplo:

Un cóctel de camarones equivale a 153 calorías por 12 camarones, acompañado con un cuarto de taza de salsa.
Los mejillones al vapor equivalen a 150 calorías por docena.
Está bien... pide una pizza, pero que sea vegetariana y cómetela compartida.

El rico amanecer del sábado y el salto del desayuno

Llega el sábado y no hay que salir corriendo para ir al trabajo, llevar a los niños o ir al gimnasio. Simplemente te provoca dormir, esto conlleva a saltarse el desayuno a la hora habitual, pero en lo que pegue el hambre será terrible.

El desayuno a la hora adecuada es la comida con menos calorías, así que saltarte 300 calorías y luego comer 600 extra no te ayudará . Por eso no importa a la hora que te pares, debes salir corriendo a la cocina a desayunar, así lo asegura la nutricionista Susan Bowerman.

Puedes acompañarlo con una taza de café o de té verde, ya que acelera la quema de calorías. Según la especialista, puedes acompañar con un postre, ya que disminuye la germina que es la hormona del hambre y así evitas los antojos futuros.

Un día de paseo con snacks

Esto puede alterar las horas en las que comes de lunes a viernes. Pero si sabes que estarás fuera de casa por varias horas, asegúrate de llevar un snack adecuado y saludable, para no antojarte en el camino de un perro caliente.

Nueces.
Zanahorias bebé.
Galletas saladas integrales.
Manzana.
Un envase que tenga la cantidad de una lata de atún.

Típica noche de cine sin refresco

Entre el entusiasmo de ver la película que tanto querías y tener tantas opciones para elegir antes de entrar al cine, pierdes el control. Es cuestión de un poquito más de voluntad. Según un estudio publicado por Consumer Reports, la porción más grande de palomitas puede tener mil 269 calorías y 81 gramos de grasa y el terrible envase de refresco unas 700.

Por eso, pide palomitas pequeñas, sin mantequilla y acompaña con agua saborizada. Y si te gusta lo dulce, una cajita de pasas con chocolate equivalen a 200 calorías.

El síndrome "no quiero cocinar"

Un estudio realizado por el Servicio de Investigación Económica de la USDA, instancia gubernamental en Estados Unidos, reveló que los fines de semana son los días más populares para salir a restaurantes.

Al comer fuera de casa añades unas 144 calorías a tu consumo diario. Si vas a un restaurante es recomendable pedir una ensalada con el aderezo aparte o cualquier tipo de sopa con base de caldo. Así te llenarás y ahorrarás calorías con el plato principal.

Si sigues estos consejos verás que no será tan trágico mantenerte y no dejarás de disfrutar de tus días de descanso.

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