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Antonio Ariza lleva a México en el alma

El Universal
Viernes 15 de octubre de 1999
Antonio Ariza lleva a Mxico en el alma

El lema de Antonio Ariza: \"Mientras más trabajo, más suerte tengo\" . (Foto: ARCHIVO/El Universal )


Lo vi por primera vez en las canchas de polo de Echegaray, cuando México jugaba un partido amistoso contra la cuarteta de Inglaterra capitaneada por el príncipe Felipe de Edimburgo, enamorado de este deporte y amigo de polistas del nivel de los hermanos Gracida y de la familia Rincón Gallardo. Me refiero a mi gran amigo y consejero ?en momentos muy difíciles para mí? don Antonio Ariza Cañadilla, quien habiendo nacido en el puerto de Santa María, España, muy cerca de Jerez de la Frontera, adoptó a México como su segunda patria. Ariza es bien conocido en todo el país. Principiaban los años setenta y mi tío el torero Chucho Solórzano me lo presentó en el Club de Polo. Desde ese día, don Antonio ?Antonio, como le digo? no sólo ha sido un gran amigo sino que también me asesoró en muchas situaciones adversas para mí, además de que en muchas ocasiones contrató los servicios de mi compañía de publicidad y relaciones públicas en la que también alternó el doctor Joffre de la Fontaine, compañero en El Universal.

Antonio Ariza nace en 1921 y desde muy joven ingresa a la Casa Domecq. Fue en 1947 cuando este singular hombre pisó suelo mexicano, entrando por su querido Veracruz en el barco Nacala. Hombre inteligente, inquieto, deportista ?amante de los caballos y la fiesta brava?, generoso, espiritual y, sobre todo, ser humano consciente de las necesidades del prójimo. Es amigo a morir. Desde su llegada al país recorrió toda la República Mexicana dando un tremendo impulso a los vinos Domecq "hasta que en México se cierran las importaciones de vinos y licores, entre otros productos, en 1948". En 1950 contrae matrimonio con una mujer que es una joya: Lourdes Alduncin. De esta unión andaluza y veracruzana nacen sus hijos Marianela, Antonio, José Manuel y Lourdes Ariza Alduncin.

En muchas de mis conversaciones con Antonio, noté siempre su deseo de sumar y agradar al prójimo. La palabra "No" no va con sus ideales. Pero es una personalidad fuerte que ha amado mucho a nuestro México y le preocupa la actual situación de incertidumbre económica y de inseguridad que ha aflorado por el territorio nacional. En el área de la comunicación, don Antonio Ariza destaca por sus extraordinarios nexos con los líderes de la media mexicana. En cualquier situación, decisión y visión futurística, estaba siempre Antonio Ariza. Empresario imprescindible en el desarrollo de México.

Al principio de los cincuenta, para reactivar operaciones, infunde en otro gran hombre, don Pedro Domecq ("yo le llamaba de cariño Perico"), la idea de intentar la producción vinícola Domecq en México y juntos recorren diferentes zonas de la República, "encontrando amplias posibilidades para el desarrollo de una gran industria". Esta nueva empresa le deparaba la presidencia y tiene un excelente despegue, integrando un extraordinario equipo humano que logró un crecimiento sin precedentes, creando lo que se conoció como "La familia Domecq de trabajo". "Establecimos ?dice? nueve plantas de producción en las zonas vinícolas del país."

En la hacienda San Juan Tlacatelpan de su gran amigo Juan Sánchez Navarro Peón, me relató: "Desde los cincuentas me apoyé en lo más avanzado de la tecnología mundial, contratando a técnicos de reconocido prestigio de Francia, España y Alemania que supieron sumar al colaborar con cariño con el equipo mexicano de producción, lográndose un magnífico desarrollo de viñedos y productos mexicanos de verdadera calidad internacional, adquiriendo una tremenda demanda." A mi mente vienen gratos recuerdos cuando don Antonio Ariza consigue traer a suelo mexicano el Congreso Mundial de la OIV (Oficina Internacional de la Vid) que constituyó una consagración a la producción vinícola mexicana que fue rigurosamente juzgada y reconocida por los más notables enólogos del orbe. A Ariza nunca se le puede ver quieto. Su cúmulo de inquietudes lo llevaron por muchos caminos y doblando la hoja, también tuvo ?y tiene? inclinaciones por el turismo en México, un "Volcán de Oro" (así lo llama), cuya actividad apoya decididamente en gran número de conferencias universitarias y de otro tipo. Por eso se entienden sus inversiones en los hoteles Presidente Intercontinental con su amigo don Antonio Gutiérrez Prieto.

Se da el tiempo de fundar el Instituto Cultural Domecq, que ha brindado un fortísimo apoyo a la vida cultural de los mexicanos, "con bienales de pintura, edición de libros y promociones a la zona arqueológica de Teotihuacán, promoviendo y edificando un nuevo museo de sitio, bajo un proyecto que le encomendé a un gran mexicano, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez".

En su rancho San Antonio, ubicado en Texcoco, de gran apoyo a las tradiciones y aficiones de México. Es ahí y en sus reflexiones cuando empieza a desarrollar la idea de crear una nueva raza de caballos para la charrería y otros deportes hípicos, denominada "Caballos Aztecas", creando también una escuela gratuita para la formación de jóvenes jinetes, con espectacular desarrollo. También se da el lujo de sugerir cómo deben ser los comerciales en televisión de La Casa Pedro Domecq, que son premiados por la Asociación Nacional de la Publicidad. a mí me gustaba mucho el comercial que realizó la bella caballista Deena Morrison en el que cabalgando a pelo entra con todo éxito e impulsa fuertemente ("creando un patronato") la popular Feria Internacional del Caballo de Texcoco de éxito anual.

Don Antonio me invitó a acompañarlo cuando recibió el nombramiento de presidente del Consejo Nacional de la Publicidad, ideando originales campañas de impacto como la de "México es... ¡Mucho México!" Este amigo de todos los que le han tratado de cerca o de lejos, recibió distintas preseas internacionales y nacionales; entre otras la de Ejecutivo del Año; la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio; la Presea de Oro de la Confederación Obrera; la Medalla al Mérito Turístico de Concanaco; así como condecoraciones de España, Polonia, Francia e Iberoamérica, y la especial condecoración "Águila Azteca" que le otorgó recientemente el gobierno mexicano.

También estuve con él en mayo de 1997 cuando ingresó como miembro de número en el Instituto Mexicano de Cultura, cuya ceremonia fue presidida por el ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado. Don Antonio ha sumado con ahínco en las décadas que ha vivido en el país, proyectando siempre su sencillez y su amor por un México progresista. "Estoy plenamente identificado con los valores de México. Me fascina su historia, su música, su gastronomía." Y claro: nadie olvida su lema: "Mientras más trabajo, más suerte tengo."

No olvido tampoco su lealtad y el apoyo que ha dado a muchas personalidades: Juan Francisco Ealy Ortiz (presidente de El Universal), Eulalio Ferrer, Pedro Vargas, Agustín Lara, Enrique Figueroa (su amigo del alma), Silvia Sánchez Alcántara, Antonio Camacho, Jacobo Zabludovsky, Miguel Alemán Velasco, Pepe Guindi, los Solórzano, y a muchísimos más que nos llevaría más cuartillas para nombrarlos.

Cuando fui objeto de una cobarde campaña de anónimos contra mi persona, tanto el pastor Mario de los Ríos como don Antonio Ariza me señalaron: "Debes continuar trabajando con la cabeza en alto sin contestar calumnias. No debes amargarte, ya que Dios se encarga de tu fama y de tu camino." ¡Qué bello que ya estaba yo en Jesús, cuando vinieron todas estas pruebas que maduran al hombre! ¡Comprendí también que el que tiene una relación directa con el creador ?Dios todopoderoso, Jehová de los Ejércitos y Rey de Gloria? no podrá entrar por la puerta estrecha hacia la vida eterna que nos regaló Cristo al morir en la cruz! También aprendí a perdonarme y a perdonar a mis hermanos en el camino. A Antonio Ariza le dio una gran satisfacción el que continuara por el camino del trabajo y de la sana amistad con mis semejantes. Le gustaba mucho estar presente cuando entregamos ?en nombre de Domecq? los diplomas gastronómicos de la Excelencia Europea y Universal a los mejores restaurantes y hoteles de México, España y Francia.

Gracias a este hombre continuó sumando puntos con Jaime Costa Lavin en diversas áreas de la Casa Pedro Domecq. Yo sólo le digo a don Antonio Ariza: "¿Quién entenderá sus propios errores? ¡Dios mío, líbranos de los que no son ocultos!" (Salmo 1912, Antiguo Testamento). ¡Gracias, Antonio Ariza!



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