Identificaba la vestimenta a las clases en el antiguo Egipto
Según el Diccionario Dual Sopena Ilustrado, moda significa "uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo". Modas van y modas vienen; sin embargo, ¿alguna vez se ha preguntado cuál es el origen de ella?, ¿se preocupaban en la antigüedad por "estar a la moda"? Más que una corriente a seguir, en el antiguo Egipto, cuna de una de las culturas más ricas y poderosas de todos los tiempos, las telas que cubrían los cuerpos eran consideradas símbolos religiosos y míticos. Aún antes de Cristo, la creencia en la vida después de la muerte y en la innegable inmortalidad del alma se pone de manifiesto en los tejidos, las formas y colores de lo que se puede considerar "moda de la época". Más que simples trajes, la forma de vestir era el resultado de una compleja mentalidad que definía la condición social y la función que cada persona cumplía en la sociedad. Como hoy, una de las diferencias entre clases era la presencia o no de adornos y joyas en las telas. Los amuletos protegían del mal y aportaban a aquellos que los poseían energía y poderes mágicos. Como no había prejuicios sobre la desnudez corporal, los tejidos eran transparentes. La forma de vestir respondía a un sentido estético en todos los sentidos, y en ningún momento moralista. El traje por excelencia es el que cubría el cuerpo del Faraón, ser mítico y descendiente directo del dios del sol Ra, el más poderoso de todas las deidades. Su significado, mágico y divino, lo elevaba por encima de cualquier otra indumentaria y protegía a su portador con una fuerza y una energía sobrehumana. Para la confección de los trajes, el lino era el tejido más común por ser fresco, fácil de procesar y de abundante cantidad. Las clases altas lo llamaban lino real y era de color blanco (transparente), plisado y almidonado. Para confeccionar el calzado utilizaban el papiro, un junco que crece de manera natural en las orillas del río Nilo. El Calasiris se usaba como un pareo sujetado sobre las caderas, corto a la rodilla o largo al tobillo. El Shenti era un faldellín o taparrabos usado como ropa íntima; y el Neket, una especie de cinturón que sujeta al Calasiris que podía ser de lino plisado o de cuero repujado con un diseño triangular. El traje lo complementaban la Esclavina y el Manto, igual que las mujeres. Además se usaban el bonete, una especie de mitra truncada; el klaft, un tocado masculino que constaba de cuadrado de tela a rayas que cubría un poco la frente y caía en pliegues sobre las sienes. Los soldados usaban cascos de cuero con forma anatómica. Las mujeres usaban cofias, un paño de lino cuadrado en la cabeza. Finalmente, las clases altas utilizaban calzado muy sencillo. Unas sandalias de suela fina con correas que sujetaban el pie. Había diademas, que se usaban solas sobre las pelucas o para sujetar el klaft y las cofias. Los collares articulados cubrían el pecho y la parte alta de la espalda. Eran de láminas de oro con esmalte por medio de pequeños aros. Ya había brazaletes, ajustados al brazo sobre las muñecas y en ambas manos. Las ahorcas eran pulseras con la forma del aspic, colocadas a nivel de las axilas. Finalmente, los pectorales eran placas de oro repujado o labrado de forma rectangular que cubrían el pecho. Sobresalían el azul, el verde y el negro. Por otro lado, ¿se ha preguntado alguna vez si todas las imágenes que nos han mostrado de Jesús son falsas? La Primera Epístola del Apóstol San Pablo a los Corintios (11:14) dice: "La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Agrega: "Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios". Sin embargo, todas las imágenes nos enseñan a Jesús con el cabello largo. Estas no se derivan de una descripción física que se haga de él en la Biblia, porque no hay tal. La imagen básica viene de una larga tradición artística e iconográfica.
El traje masculino
Estaba compuesto por Calasiris, Shenti y Neket.
Las prendas propias de la mujer
Las mujeres formaban su atuendo con el Calasiris, un traje rectangular anudado sobre el pecho en forma de pareo, y que generalmente llegaba a los tobillos. También era muy común la Loriga, vestimenta en forma de tubo elaborada con un tejido de malla y ajustada completamente al cuerpo que cubría la parte inferior de éste hasta los tobillos, dejando el pecho al descubierto y unos tirantes la sujetaban a los hombros. Para cubrir la zona que dejaba a la vista la Loriga, se usaba una capa corta llamada Esclavina, de contorno redondeado que se posaba sobre los hombros y se sujetaba con un broche sobre el pecho. El Manto era un paño rectangular muy grande y grueso que se utilizaba como abrigo en las épocas de frío.
Colores y simbolismo
Algunos de los colores más utilizados respondían a una simbología específica: El amarillo era el símbolo del dios Ra y, por lo tanto, del faraón. El color azul representaba a la verdad. Con el blanco se demostraba la pureza de las almas. Los tonos verdes simbolizaban la abundancia del río Nilo. El color que definía a la mujer y al hombre era el rojo.
Los accesorios
Como en la actualidad, los accesorios eran parte fundamental del atuendo. Por higiene, pues se depilaban todo el vello corporal, hombres y mujeres usaban pelucas de corte redondo o largas como melenas y rematadas en las puntas con cuentas de oro. El faraón usaba barba postiza como símbolo de poder y una mitra, tocada en forma ovoidal.
Joyería
Algunas más sencillas y otras más elaboradas, pero las joyas eran parte de la moda.
El maquillaje
El maquillaje también representaba un rol importante en ambos sexos. Los ojos se delineaban por completo con negro, alargando las líneas que bajan del lagrimal y de la parte externa del ojo. En ocasiones se maquillaban los labios.