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Torito de Petate, fiesta que anuncia la Cuaresma

Dalia Martínez / Corresponsal| El Universal
Viernes 02 de marzo de 2012
Torito de Petate, fiesta que anuncia la Cuaresma

TRADICIÓN. El Torito de Petate es la celebración que realizan grupos organizados que llevan sobre sus hombros un armazón cubierto con esteras, hojas, cuero de vaca, papel, coronada por una cabeza de toro de madera, para anunciar el inicio de Cuaresma. (Foto: RAÚL TINOCO )

Al ritmo de latambora anuncian el fin del carnaval y los deseos de la carne

MORELIA

En Michoacán se conoce como Torito de Petate a la celebración popular de danza y música que realizan por las calles grupos organizados que llevan sobre sus hombros un armazón recubierto con esteras, hojas, cuero de vaca, papel o cartón, coronada por una cabeza de toro tallada en madera, que bailan al ritmo de la tambora para anunciar que el carnaval terminó y se acerca la Cuaresma.

Dos días antes de la Cuaresma, esta figura del toro danza por cada rincón de los pueblos de Michoacán, divirtiendo a la gente que participa en primera fila con ellos, volcando sus desventuras en ellos pero que al mismo tiempo los venera, convirtiéndose todo aquello en un amasijo multicolor, de ruidos y gritos que anuncian, paradójicamente el fin de la fiesta y los deseos de la carne.

En Michoacán destaca la celebración de los toritos de petate del municipio de Tarímbaro, a escasos 15 minutos de Morelia y célebre por la altura (esqueleto) y riqueza ornamental de ellos, pero también son reconocidas las fiestas de toritos de la ribera del lago de Pátzcuaro, las de Tuxpan, Charo y la Estación en Queréndaro, así como en el municipio de Zinapécuaro y los de algunas viejas colonias de la ciudad de Morelia.

Todo buen torito de petate que se precie de serlo se compone del toro, el caporal, “la macha” —mezcla de hombre-mujer—, que representa a un garrotero sobre una mula, y un bufón o patiño, seguidos todos (ahora) por una banda de viento que recorre la calle. Originalmente los toritos danzaban a ritmo de tambores, trompetas y chirimías.

Hoy en día la tradición ha mutado y las trompetas son bandas de viento que tocan música popular que suena en las radios comerciales y se ha incluido a las “maringuías” (hombres vestidos de mujer) que bailan con maquillajes exagerados, mientras se sueltan además fuegos de artificio en el trayecto.

El historiador Jorge Amós Martínez Ayala, destaca en su libro ¡Epa! ¡Epa! Toro prieto, toro prieto toro prieto ¡Epa!, editado por el Instituto Michoacano de Cultura en 2001, que la danza de los toritos de petate en el estado, “…viene a representar a un grupo dentro de la comunidad o a toda ella. En poblaciones grandes, cada barrio tiene el suyo, en las pequeñas sólo uno. Pero en ambos casos siempre está presente la competencia entre barrios o entre comunidades, llegando a la riña ritual”.

Tradición milenaria

El origen del Torito de Petate está en disputa pero la versión más aceptada revela que la tradición viene del Siglo XVII y que no sólo está presente en Michoacán, sino que se celebra en México y Latinoamérica, desde Humahuaca, en el norte de Argentina, hasta Sonora.

“Por la disparidad de los sitios donde se encuentra no se le puede atribuir un origen indígena”, menciona Martínez Ayala, pero la mayoría de los investigadores esgrimen el totemismo bantú como fuente originaria de los toros de petate, aunque otros consideran que esto “es aún un punto oscuro”.

No obstante “el bumba-meu-boi de Pernambuco, en el norte brasileño, importador de esclavos bantú de las posesiones portuguesas del Congo, Angola y Mozambique, mantiene muchas coincidencias con el Toro de Petate de Morelia”, sostiene Martínez Ayala.

La gracia del Torito de Petate en Michoacán es sin duda sus ornamentos, que año con año evolucionan haciéndose cada vez más complejos y elaborados, tanto en sus materiales y en la altura, por lo que aquí, el dicho popular es que “quien tiene el torito más grande se le ve con asombro, veneración y respeto”.

Este año, un torito del municipio de Tarímbaro que muchos consideran como “cuna y origen del Torito de Petate” llegó a medir más de cuatro metros de altura por tres de ancho, con un peso aproximado de 130 kilos, que sostiene y “los baila” una sola persona.

Según estimaciones del cronista de Tarímbaro, José Manuel Lara Martínez, cada uno de los toritos elaborados por los tres barrios de Tarímbaro requiere de una inversión aproximada de 120 mil pesos, que incluye básicamente el material de la figura, pero también se solventan los gastos de la banda de música que acompaña al torito a cada barrio y otros gastos menores.

Los tres barrios principales de Tarímbaro que elaboran toritos son: San Marcos, La Doctrina y La Cruz, y cada uno de ellos construye el torito, compitiendo en la ornamentación, la altura y la originalidad del tema que enarbola y que muchas veces bautiza al toro y envuelve su colorido y el motivo de su danza.

El tema que escoge cada torito se mantiene en secreto hasta el día de la fiesta. A principios de enero cada barrio se organiza para reunir el dinero necesario para cubrir los gastos de la fiesta que implica.

En esta colecta participan no sólo las pobladores, sino también las autoridades municipales y el gobierno estatal a últimas fechas a través de dependencias como la Casa de las Artesanías, la Secretaría de Gobierno y la Secretaría de Turismo.

Piezas de arte

Los toros “se bailan” el fin de semana previo a la fiesta principal y el martes de carnaval se desmantela en parte y se distribuyen entre los habitantes del pueblo, que los guardan como piezas de arte porque reconocen y valoran el detalle manual que lleva cada uno de los segmentos que integran la figura monumental.

Se han llegado a hacer toros de cinco metros de altura con un peso superior a los 150 kilos, pero no deja de sorprender que es un solo hombre el que los baila, los carga y los sufre.

No obstante varias personas participan a su lado como apoyo, para cubrir el recorrido de todo el día, ya que cada danzante no soporta más de cinco minutos o dos cuadras con el torito a cuestas.

Por eso, generalmente hay cuatro personas custodiando a los danzantes para ayudar a sostener el toro por si se llega a ladear, a caer o a tropezar porque dice, don Ángel Ramírez, elaborador de toritos en Tarímbaro, “el toro se admira, es el orgullo de cada barrio, lo que representa a los hombres y la fuerza de esa comunidad”.



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