CUERNAVACA, Mor.? Al homicidio del ayudante municipal de Tehuixtla, Roberto Benítez Figueroa le antecede su denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) de una banda de narcotraficantes que transportaba cocaína de Morelos a Chicago, Illinois, por lo que el caso fue atraído por la Fiscalía Especializada para la atención de delitos contra la Salud (FEADS) de la PGR en coordinación con la DEA. El caso obligó a una reunión entre el gobernador Jorge Morales Barud y la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) porque el victimado también era militante de ese partido en la zona sur morelense.

Los vínculos del asesinato, ocurrido el miércoles pasado, con la denuncia ?confidencial? que hizo el funcionario regional al gobernador en relación con las actividades de narcotraficantes en la zona turística de Tehuixtla, se fortalecieron este día al darse a conocer la declaración de uno de los narcos evidenciados quien a su vez relató la complicidad de la Policía Judicial Federal.

En septiembre de 1998 el ayudante municipal y secretario de Organización del PRD en Jojutla Benítez Figueroa, entregó una carta al gobernador y reveló que Evaristo Ríos Castillo, propietario del hotel-posada Tehuixtla y su cómplice Hidelberto Padilla Vázquez se dedicaban a la venta y distribución de cocaína. La misiva fue turnada a la PGR y un mes después se cateó el hotel y detuvieron a tres presuntos responsables. Los principales jefes de la organización fueron sentenciados apenas en febrero pasado a 20 y 24 años de prisión.

Casi un mes después el ayudante municipal que había denunciado los ilícitos fue acribillado de seis disparos de arma de fuego en pleno centro de este poblado, distante 60 minutos de Cuernavaca. Uno de las balas, según testigos, se alojó en la boca del funcionario municipal.

La hipótesis de una narco-venganza cobró fuerza, ya que en la declaración ministerial que rindió Hidelberto Padilla ante un agente de la FEADS en octubre de 1998 señala que junto con Evaristo Ríos Castillo se asociaron con un sujeto de nacionalidad estadounidense para pasar la droga a Chicago a través de mujeres extranjeras que se adherían los paquetes de cocaína al cuerpo.

Luego adquirieron varios vehículos para acondicionarlos para esconder la droga y de esta manera continuaron traficando hacia Estados Unidos. Algunas de sus cómplices son las ?gringas? Tany y Beky con domicilio en calle Sur Sacramento número 6124 de Chicago.

Fue en este proceso, según la PGR, que la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Salud dio parte a la DEA para que continuara las investigaciones en lado estadounidense.

Hidelberto Padilla también declaró para la averiguación previa 1257/FEADS/98 que el 15 de septiembre de 1998 fue detenido por ocho agentes federales en Tehuixtla con dos kilos de cocaína cuando iba a bordo de un Lincoln color gris, pero fue liberado por 195 mil dólares que entregó al agente federal de la PGR Alvaro René Pastrana .