La Madame, historia de corrupción en Yucatán

JUICIO. Keysi Johana González Corrales, La Madame Yucateca, es la primera procesada en la entidad por este delito. (Foto: YAZMÍN RODRÍGUEZ EL UNIVERSAL )
MÉRIDA
De gustos exóticos y una vida llena de lujos, Keisy Johana González Corrales, de 40 años de edad y nacida en Costa Rica, es para la Procuraduría General de Justicia de Yucatán (PGJY) una de las más importantes operadores de trata de mujeres de Centroamérica y la región del sureste mexicano.
Identificada por las autoridades como La Madame, esta mujer presumía tener influencia y poder en los círculos político y empresarial pero hoy detenida y sujeta a proceso penal, su vida de fiesta permanente quedó atrás.
Aficionada a la langosta, al caviar y a las fresas con champagne como comida diaria, González Corrales, era ampliamente conocida entre sus “clientes” por sus gustos culinarios y difícilmente pasaba desapercibida entre las personas que la conocieron o trataron mientras estuvo en libertad.
La mujer, quien fue vinculada al delito de trata de personas desde hace por lo menos tres años, vivió en Mérida en uno de los barrios más exclusivos donde llevó una vida totalmente abierta y pública, no obstante los señalamientos que se hacían hacia ella tanto a nivel nacional e internacional.
De tez blanca y cabello largo, ondulado y rojizo oscuro, Keisy habría resguardado en su mansión a varias jóvenes centroamericanas para obligarlas a prostituirse por fuertes sumas de dinero, de acuerdo con el expediente 562/2010 de la PGJY al que tuvo acceso EKL UNIVERSAL.
Las investigaciones contenidas en el documento establecen que la acusada reclutaba a mujeres, principalmente menores de edad, quienes entraban de forma ilegal al país y ella les ofrecía trabajo, pero finalmente terminaban ejerciendo la prostitución entre presuntos amigos de la costarricense, entre quienes se encontraban funcionarios, deportistas y turistas.
Según las indagatorias, las casas donde organizaba grandes fiestas que duraban hasta dos días, contaban con toda clase de lujos. Desde piscina, área de bar, jacuzzi, jardines, música en vivo y todo duraba hasta que los “clientes” lo desearan o tuvieran para pagar.
Los documentos de la PGJY dicen que Keisy Johana realizaba por celular las contrataciones de las jóvenes, a quienes, cuando no tenía a quién “venderlas”, las ofrecía en discotecas del Paseo de Montejo en Mérida.
Pero ahora Keisy Johana es una de las primeras personas en ser detenidas en la entidad para ser procesada por el delito de trata de personas, luego de que el 11 de marzo pasado esta figura jurídica se aprobó y quedó como ley dentro del Código Penal local.
Detenida el 1 de septiembre pasado, La Madame fue consignada ante el Juzgado Séptimo Penal, cuyo titular Jorge Andrés Vázquez Juan, encontró pruebas suficientes de su probable responsabilidad en el delito de trata de personas y por el cual la declaró formalmente presa y sujeta a proceso penal.
Perseguida desde 2009
Desde 2009, Keisy Johana fue acusada públicamente de secuestrar a dos jóvenes de Costa Rica, identificadas como Yoheny Ch. y Raquel I., a quienes presuntamente prostituyó. En esa ocasión, la mujer fue vinculada con el entonces delegado del Instituto Nacional de Migración (INM) en el estado, Hernán Vega Burgos, quien por presiones de la propia dependencia al ser hecha pública la investigación y el escándalo, se vio obligado a renunciar a su cargo dentro de ese instituto.
Si bien en aquella ocasión González Corrales libró la investigación en su contra, otra mujer que trabajaba en su residencia, de nombre Rosa María Casanova May, fue detenida hace más de un año y condenada posteriormente a 10 años por el Juzgado Segundo de Distrito por los delitos de trata de personas y delincuencia organizada, además de que se le impuso una multa de 64 mil 937 pesos.
En ese año además de lograr evitar que fuera detenida, Keisy Johana huyó a Costa Rica, donde permaneció hasta 2010, cuando reingresó a territorio mexicano para dedicarse nuevamente a presuntas actividades ilícitas, de acuerdo con informes de la PGJY.
En la investigación realizada por las autoridades locales, las víctimas aseguraron que en mayo de 2009 fueron engañadas al ser supuestamente contratadas desde su país como modelos para trabajar en México, pero al llegar al país se encontraron con una realidad distinta.
Bajo esas promesas y con el envío de un boleto de avión para trasladarse a México, ambas jóvenes llegaron al país donde fueron recibidas, según sus propias versiones, por un hombre que las llevó a la casa de la mujer a quienes identificaron como La Madame en la colonia México, al norte de Mérida. Ahí, dijeron, bajo amenazas de muerte fueron privadas por meses de su libertad bajo la custodia de Rosa María Casanova May, quien ya fue sentenciada.
En las indagatorias se menciona que las únicas veces que las víctimas salían del hotel era para ser llevadas a hoteles o casas particulares, para que tuvieran encuentros sexuales.
Niega cargos
Tras ser sujeta a proceso penal, la mujer dijo que su caso “es un circo político para perjudicar al ex delegado del INM, Hernán Vega Burgos, quien se separó del cargo al haber sido señalado como “cliente” de ella.
“Él (Hernán Vega) está libre y yo ahora estoy presa”, dijo la costarricense. Cuando recibió la notificación del actuario Pedro Chan la mujer negó los cargos que señalan que en su domicilio en la calle 50-B número 409, colonia Nuevo Yucatán, y en el de la colonia México Norte, se realizaran actos de prostitución y trata de personas.





