MORELIA

“La verdad es que las cosas están peladas (difíciles), pero en cada trabajo hay un riesgo”, dice José, mando medio de la policía en un municipio aledaño a Morelia.

Huraño, a bordo de una patrulla y sin soltar el volante, el comandante accede a una breve entrevista. Antes, advierte que no dará su nombre, quiere aparecer como José.

—¿Está enterado de las recientes ejecuciones contra directores y agentes municipales?

—Pues de algunos que salen en los periódicos sí, pero cada pueblo tiene sus propios problemas.

—¿Le genera algún miedo su puesto en la corporación?

—En cada trabajo hay un riesgo y ni modo de negar que uno siente algo, pero es parte de este trabajo. Uno trata de no meterse en cosas malas, para que luego no haya reclamos.

La ejecución del director de Seguridad Pública en La Piedad, José Luis Guerrero Morales, la noche del martes, causó temor entre agentes estatales y municipales. Guerrero tenía tres meses de haber tomado posesión como director de Seguridad Pública de esa localidad. Fue ultimado por un comando que le disparó en más de 50 ocasiones con fusiles de asalto al interceptarlo cuando llegaba a su domicilio, al filo de las 23:00 horas.

El funcionario salió de trabajar y abordó una patrulla conducida por uno de sus escoltas, cuando llegaba a su departamento en la esquina que forman las calles de Francisco Zarco y Álvaro Obregón le cerró el paso una camioneta en la que viajaba un comando.

El jefe policiaco trató de repeler la agresión bajando de su patrulla, pero no logró su objetivo y cayó abatido.

En lo que va del año suman cuatro directores de Seguridad Pública ejecutados. El 6 de enero, Francisco Aparicio Méndez de Taretan; el 1 de marzo, José Gómez Basurto de Tanhuato; 10 días después, Jorge Hernández Espinosa de Santiago Tangamandapio y José Luis Guerrero Morales, de La Piedad.

Durante 2010 sólo ocurrieron tres homicidios de mandos en Quiroga, Benito Juárez y Ciudad Hidalgo.

Circunstancias adversas

Diputados locales alertaron sobre la vulnerabilidad de las policías municipales, “empezando porque no tienen facultad de operar”.

Señalaron que la muerte de mandos policiacos no es por una lucha frontal con la delincuencia organizada, se debe a que “ningún municipio se puede oponer al crimen organizado”, aseveró el legislador priísta Juan Carlos Campos, presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Congreso local.

Añadió que son desconocidos los motivos de los recientes ataques a mandos; “tal vez se les haya pactado algo prometido y hubo algún incumplimiento, pero eso sería especular”.

Campos advirtió otra circunstancia adversa para los mandos policiales: bajos sueldos y disparidad de los mismos. En promedio, un policía municipal en Michoacán gana 5 mil 500 pesos, como lo reportan los sitios de transparencia de los portales web de algunos ayuntamientos como Pátzcuaro, Uruapan, La Piedad y Apatzingán.

En La Piedad, el recién asesinado comandante José Luis Guerrero percibía 32 mil 571 pesos de sueldo mensual, mientras que en un municipio que reporta mayor índice de violencia por el crimen organizado como lo es Apatzingán, el director de Seguridad Pública gana 7 mil 672 pesos.

El diputado Sergio Solís, coordinador de la bancada del PAN y presidente de la Comisión de Fortalecimiento Municipal, dijo que “están rebasados los municipios. No se están metiendo muchos de ellos y el área mejor la descargan en la Federación. Morelia es un ejemplo, pues nunca quiso tener seguridad pública a su cargo”.

Ambos legisladores coincidieron en que estos homicidios afectan el clima de estabilidad política. En dos meses arrancan las campañas para las elecciones en que se renovará la gubernatura, 40 diputaciones locales y las 113 alcaldías.

“Habrá aspirantes que prefieran declinar a participar. Yo he conocido gente que ha tenido que renunciar a alguna candidatura por amenaza o porque les quieran imponer determinada persona en algún puesto, como los son los de seguridad”, sintetizó Solis.