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Las masacres mancharon la historia de Juárez

Juan Manuel Cruz/ Corresponsal| El Universal
Domingo 02 de enero de 2011
Las masacres mancharon la historia de Jurez

TRAGEDIA. La madrugada del 31 de enero de 2010 quedó para siempre en la memoria de los habitantes de la colonia Villas de Salvárcar, donde un comando acribilló a 16 jóvenes e hirió a otros 14 mientras cuando estaban en una fiesta. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

En los últimos días de enero de 2010 un comando asesinó a 16 jóvenes en Villas de Salvárcar mientras convivían en una fiesta; a casi un año, la herido aún no sana

La masacre perpetrada los últimos minutos del sábado 30 de enero y los primeros del domingo 31 de 2010 en una vivienda ubicada en la colonia Villas de Salvárcar, en la que murieron 16 estudiantes de preparatoria y universidad, y 14 más resultaron lesionados, sacudió las estructuras sociales y gubernamentales de esta frontera y de todo el país y atrajo la atención de la comunidad internacional.

Los momentos de terror que vivieron los estudiantes, sus amigos, vecinos y familiares, impregnaron las paredes y calles de esa colonia ubicada al suroriente de la ciudad, y que aún permanecen en la mente de quienes sobrevivieron a la barbarie.

El hecho todavía lástima a los vecinos cuando recuerdan las declaraciones que hizo el presidente Felipe Calderón Hinojosa en su gira por Japón, en aquellos días, cuando pretendió minimizar el ataque a un simple “ajuste entre pandilleros”.

La matanza generó una ola de reclamos por parte de los familiares, las organizaciones civiles, empresariales y profesionales que pidieron a gritos que no se manchara la memoria de los adolescentes caídos.

Los reclamos encontraron eco a nivel nacional e internacional, por lo que ante el alud de críticas, Felipe Calderón claudicó y aceptó que no bastaba con realizar acciones policiacas para recuperar la seguridad en Juárez, por lo que anunció una serie de inversiones sociales para contrarrestar la embestida del crimen organizado.

Ante la presión, el Presidente anunció su primera visita para el 11 de febrero a la ciudad, luego de que por dos años los fronterizos reclamaron una y otra vez su presencia para atender la problemática que enfrentaba Juárez.

Fue el 9 de febrero cuando el, en ese entonces, secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, el ahora ex gobernador José Reyes Baeza y el ex alcalde José Reyes Ferriz visitaron a las familias de las víctimas como preparación de la visita presidencial.

Dos días después, el Ejecutivo federal arribó a Juárez y pidió perdón por las declaraciones en las que simplificó el ataque a una disputa entre pandillas y posteriormente se reunió con los sectores de la sociedad en un diálogo que se extendió todo el día.

Un hecho inusitado

Ese día, en un hecho inusitado, la madre de familia Luz María Dávila, quien perdió a sus dos hijos, Marcos y José Luis Piña, de 19 y 17 años de edad, respectivamente, burló el cerco de seguridad implementado en torno al Presidente y lo increpó frente a cientos de juarenses, en un hecho que repercutió en todo el mundo.

La afligida mujer le expresó: “Discúlpeme, señor Presidente, pero no le doy la mano porque usted no es mi amigo. Yo no le puedo dar la bienvenida, porque para mí usted no es bienvenido... nadie lo es... el Ferriz y el Baeza siempre dicen lo mismo, pero no hacen nada señor Presidente y yo no tengo justicia, tengo muertos a mis dos hijos, quiero que se ponga en mi lugar... no es justo que mis muchachitos estaban en una fiesta y los mataran; quiero que usted se disculpe por lo que dijo, que eran pandilleros, es mentira uno estaba en la prepa y otro en la UACH; no estaban en la calle, estudiaban y trabajaban”.

Fue una larga y ríspida jornada de reclamos y discusión, al término de la cual el Presidente se comprometió a recuperar la seguridad de Juárez.

Asimismo, giró instrucciones a su gabinete para que se apersonara en esta frontera y junto con las organizaciones civiles, empresariales y particulares, instrumentaran un plan integral de combate de la delincuencia y reconstrucción del tejido social, comprometiéndose a regresar para darle seguimiento a las estrategias que se definieran de manera conjunta.

El mandatario regresó e instrumentó el programa Todos Somos Juárez, Reconstruyamos la Ciudad, en el que se establecieron 160 compromisos y a cada uno se le estableció plazo para su cumplimiento.

En las siguientes semanas, prácticamente todo el gabinete presidencial visitó esta frontera para instrumentar el programa llevándose a cabo durante este lapso, la adaptación de un predio como campo de futbol americano en el Cbtis 128, el arranque de la construcción del Centro Deportivo Villas de Salvárcar, inicio de dos preparatorias en el poniente de la ciudad. También se implementó un programa de regularización de vehículos “chocolates” o “chuecos” y la afiliación masiva de juarenses al Seguro Popular.

 

A unos días de que se cumplan 11 meses de la tragedia, en la colonia donde se perpetró la masacre, aún se recuerdan los momentos de terror que vivieron en la calle Villa del Portal, en las casas marcadas con los números 1306, 1308 y 1310.

“Al lugar llegaron cuatro vehículos con seis personas cada uno, portaban los llamados cuernos de chivo y los atacaron sin piedad”, informó un vecino que no se identificó y quien dijo que desde entonces las casas donde asesinaron a los jóvenes están abandonadas, “todavía tenemos miedo y nadie entra a esas casas”.

Hasta el momento han sido detenidos cinco presuntos homicidas, José Arroyo Chavarría; Israel Arzate, El Country; Alfredo Soto Arias, El 17; Aldo Hernández Lozano y Heriberto Martínez; y uno más, Adrián Ramírez, El Rama, murió durante un enfrentamiento con el Ejército el 1 de febrero, cuando fue capturado Arroyo.

Matanzas flagelaron a Chihuahua

Después de la matanza en Villas de Salvárcar, otras masacres también sacudieron a la entidad.

El 12 de marzo de 2010, un grupo armado llegó al velorio de un joven, en la colonia Parajes del Sur, y disparó contra los asistentes. En el ataque murieron ocho personas que tenían entre 16 y 28 años de edad.

El 3 de junio un comando llegó a la unidad deportiva Emiliano Zapata y acribilló a cuatro jóvenes. Los testigos de los hechos aseguran que los delincuentes arribaron y solamente dispararon “indistintamente”.

Siete días después de ese ataque, el día 10 de junio, los internos de un centro de rehabilitación fueron en esa ocasión las víctimas. Ese día, un grupo llegó al lugar Vida y Fe y mató a 19 internos, además de herir a otros cuatro, según reportes del Cuerpo de Inteligencia Policial (Cipol).

En ese mismo mes, seis días después, cuatro hombres y dos mujeres murieron acribillados al salir de otro centro de rehabilitación, también ubicado en Ciudad Juárez.

El 17 de septiembre un grupo armado ingresó al centro V Bar, sobre la avenida Paseo Triunfo de la República, y mató a siete hombres y una mujer que se encontraban ahí.

Seis días más tarde, otra masacre a jóvenes estremeció a la ciudad. Ésta se registró en dos viviendas de la colonia Horizontes del Sur cuando un comando entró a una fiesta y mató a 14 jóvenes, además de dejar a otras 15 personas heridas.

Según vecinos que presenciaron los hechos, fue en la madrugada cuando un convoy de siete camionetas y autos llegó al lugar. Los delincuentes, encapuchados y vestidos con ropa oscura, atacaron con rifles de alto poder y pistolas a los asistentes que celebraban el cumpleaños número 15 de uno de los jóvenes.

Personal del Servicio Médico Forense (Semefo) y de servicios periciales de la fiscalía general de la entidad encontró en el lugar de los hechos 70 cartuchos pertenecientes a armas de gruesos calibres: 7.62 x 39 y .223.

 

 



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