TABASCO

Con todos los factores hidrometeorológicos en contra, las autoridades se aferraron ayer a controlar el desfogue de las presas del Alto Grijalva sin conocer la “fecha óptima” para aumentar la extracción, ante la inminente inundación de Villahermosa y comunidades de los municipios de Cunduacán, Nacajuca y Centro.

Con el periodo crítico de lluvias encima, el panorama se complica, pues los ríos, arroyos, lagunas y vasos reguladores se encuentran llenos al comienzo de la temporada, lo que obliga a reducir con urgencia los embalses de las hidroeléctricas.

Hasta ahora, el gobierno estatal y las comisiones Federal de Electricidad (CFE) y Nacional del Agua (Conagua) han decidido que para el domingo se desfoguen hasta mil 750 metros cúbicos por segundo, con impacto total para el martes en 13 comunidades del Centro y Nacajuca.

Sin embargo, ese volumen es insuficiente para garantizar que las presas cuenten con la capacidad de almacenamiento en caso de una fuerte avenida por lluvias extraordinarias, o por un huracán. “En ese caso se abrirían abruptamente las compuertas de las presas y los efectos serían mayores para la planicie tabasqueña”, han coincidido en señalar funcionarios estatales y federales.

Se calcula que para “seguridad” de las hidroeléctricas y de la población tabasqueña, mínimo debe extraerse de las presas un volumen de 2 mil 500 metros cúbicos por segundo, durante varios días; suficiente para que la mitad de Villahermosa se anegue.

Trabajadores de CFE y Conagua señalaron que no existe otra alternativa y se realizará en el transcurso de septiembre y octubre. Informaron que mañana se reunirán nuevamente con las autoridades estatales y de las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional para discutir la mejor solución al desfogue de las presas La Angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas.

La mañana del sábado se desfogaban mil 600 metros cúbicos por segundo, y los ríos que reciben ese escurrimiento, el Samaria y el Carrizal, estaban en 36 y 37 centímetros arriba de sus escalas críticas.

El panorama de Tabasco ya es complicado, pues las corrientes de los ríos Platanar, Pichucalco, Usumacinta, San Pedro, La Sierra y Grijalva se encuentran desbordadas. Protección Civil calculó que hay 130 mil personas afectadas en 425 comunidades de Balancán, Centla, Centro, Cunduacán, Zapata, Jalapa, Jalpa de Méndez, Jonuta, Macuspana, Nacajuca y Tenosique.

Ayer comenzó la evacuación de cinco mil 200 personas en riesgo de inundación en las poblaciones de Los Sauces, Samarkanda, Medellín y Pigua, Lagartera y Amatón, en Villahermosa, por el incremento en la extracción de Peñitas. Sin embargo, habitantes se resistieron a abandonar sus casas, lo cual agravará las evacuaciones cuando el río Carrizal eleve el nivel en las viviendas.

Chiapas en alerta naranja

Daños en viviendas, derrumbes carreteros y familias evacuadas es saldo de las lluvias que azotan a 11 municipios de las regiones Istmo-Costa, Soconusco y Sierra, de Chiapas. Los derrumbes se registran en Motozintla, Jiquipilas, Chilón y Bochil.

Protección Civil exhortó ayer a pobladores de 22 comunidades de Suchiate a refugiarse de manera temporal en los albergues instalados en los auditorios locales. Reportó que 54 de 118 municipios han sido afectados desde el inicio de la temporada.

En Veracruz, las lluvias generadas por un disturbio tropical en el suroeste del golfo de México aumentaron los niveles de los ríos en el sur de la entidad, principalmente en la cuenca del Papaloapan y Coatzacoalcos.

Esta situación puso en alerta preventiva a los estados de Hidalgo, Puebla y San Luis Potosí, ante el pronóstico de fuertes lluvias. (Dinorath Mota y María de Jesús Peters)