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DEA acechó durante 10 meses a “El Barbas”

Justino Miranda Corresponsal| El Universal
Viernes 29 de enero de 2010
La persecución, localización y muerte del Jefe de Jefes, Arturo Beltrán Leyva, en combate con infantes de la Marina, sólo pudo lograrse por el testimonio de un testigo protegido de la Agencia Federal Antidrogas

CUERNAVACA, Mor.— La persecución, localización y muerte del Jefe de Jefes, Arturo Beltrán Leyva, en combate con infantes de la Marina, sólo pudo lograrse por el testimonio de un testigo protegido de la Agencia Federal Antidrogas (DEA), cuyos datos develaron la operación del cártel en Morelos y la batalla que libró con la organización de Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada por el control de la plaza.

La información del testigo “María Fernanda”, fechada en febrero de 2009, forma parte de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/166/2009 que permitió la captura de al menos 50 personas vinculadas a células de los Beltrán Leyva, entre ellos mandos policiales que les dieron supuesta protección.

El testimonio de “María Fernanda” cita que durante 15 años trabajó para El Mayo Zambada y El Chapo Guzmán como jefe de la plaza en el Distrito Federal, donde recibía los cargamentos de droga que llegaban al aeropuerto capitalino.

Reveló que en junio de 2002 medió para liberar a dos narcotraficantes levantados en el Distrito Federal por Mario Pineda, El MP, cuyo hermano Alberto fue tomado como rehén de narcos colombianos en ese país por una añeja deuda de 5 millones de dólares.

“María Fernanda” logró que ambas partes pusieran en libertad a sus rehenes, con la promesa de que los Pineda pagarían la deuda a los colombianos.

“Dos días después llegó Alberto Pineda, El Borrado, a darme las gracias y me enteré que eran de Guerrero. Hicimos amistad y hablé con los jefes sugiriéndoles que Mario y Alberto Pineda podrían servir en Zihuatanejo, y fue así como quedaron en la plaza de Guerrero”.

Se les pidió que reclutaran gente para reforzar su célula de sicarios, y alrededor de 2005 nació la organización Los Pelones que opera en Guerrero y Morelos.

Aliados de Beltrán Leyva

“María Fernanda” dijo que el 2 de mayo de 2008 ocurrió la ruptura entre el cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva, y fue entonces cuando Mario y Alberto Pineda se unieron a Arturo Beltrán Leyva, El Barbas. Desde entonces, el cártel de Sinaloa inició una labor de inteligencia para localizarlos y ejecutarlos a fin de debilitar a la organización criminal del Jefe de Jefes.

Cinco días después, el 7 de mayo de 2008, Arturo Beltrán Leyva estuvo a punto de ser capturado por la Policía Federal en la comunidad de Xoxocotla, al sur de Morelos, pero sus sicarios lo impidieron. El Jefe de Jefes logró huir, pero nueve de sus guardias fueron detenidos.

Fue entonces cuando se desató una intensa persecución contra los Beltrán Leyva que culminó con la muerte de Marcos Arturo la noche del 16 de diciembre pasado en las Torres de Altitude de Cuernavaca, Morelos.

Desarticulan al cártel

El 6 de mayo de 2009, Esteban Royaceli Linares, jefe de los policías municipales de Cuernavaca al servicio de los Beltrán Leyva, convocó a su grupo para auxiliar a El Bocho con residencia en Ixtapan de la Sal, estado de México, amenazado por La Familia Michoacana.

Seis de los sicarios estaban en una casa de seguridad de Tonático, estado de México, y se trasladaron a Ixtapan de la Sal, pero fueron detenidos en retenes instalados por elementos de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE).

Ahí comenzó la debacle de Los Pelones, brazo armado de los Beltrán Leyva, porque con las revelaciones de Esteban Royaceli y Mario González Gaspar, se descubrieron las casas de seguridad de los Beltrán Leyva en los estados de México, Morelos y Guerrero.

El 7 de mayo, en un inusitado operativo, efectivos de la Policía Federal y militares catearon una residencia de la colonia Vistahermosa de Cuernavaca. Catorce presuntos miembros del cártel fueron detenidos, entre ellos los padres de Mario y Alberto Pineda.

La información que proporcionaron Royaceli y González Gaspar puso al descubierto la red de protección que desde las dependencias de seguridad pública se brindaba al cártel de El Barbas. En los días siguientes elementos de la SIEDO propinaron los golpes más severos a la organización criminal:

El 14 de mayo aprehendieron a Salvador Pintado Vázquez, comandante de la Policía Ministerial de Morelos, y un día después aseguraron a los secretarios de Seguridad Pública estatal y municipal, Luis Ángel Cabeza de Vaca Rodríguez y Francisco Sánchez González.

 

 

Aumenta la violencia

En septiembre se recrudecieron las ejecuciones y hasta octubre de 2009 sumaban más de 100 asesinatos, con sellos del narcotráfico. En ese mes peritos del Servicio Médico Forense de la PGJE levantaron cuatro cuerpos calcinados en un auto abandonado en el poblado de Amayuca, al oriente del estado. Se dijo que una víctima podría haber correspondido a Alberto Pineda, El Borrado.

En tanto el cadáver de Mario Pineda, El MP, fue encontrado sobre el canal del desagüe en el kilómetro 58 de la carretera México-Cuernavaca, del municipio de Huitzilac, el domingo 13 de septiembre. El cuerpo tenía más de 12 impactos de bala de fusil de asalto, calibre 7.62 o cuerno de chivo.

Entre sus restos se encontró un narcomensaje que lo acusaban de haber traicionado a la organización del Joaquín El Chapo Guzmán.

 



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