“Como cada año, se nos mete el agua”
LA PAZ, BCS.— Unos 15 kilómetros al norte de La Paz, la señora Esthela Sánchez relata que las lluvias de la depresión tropical Lowell, que desde el martes pasado comenzaron a presentarse en este municipio, causaron ayer estragos en su modesta vivienda. “Como cada año, siempre se nos mete el agua”, expresa, al tiempo que refiere que aunque está “acostumbrada” a los huracanes, no dejan de ser molestia los encharcamientos o inundaciones que provocan y hacen difícil la entrada a su casa, además de algunas filtraciones de agua por las paredes o puertas. Todavía faltan horas de lluvia, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en el territorio sudcaliforniano, ya que se pronostica que el meteoro salga a mediodía de este jueves. Pero a Esthela ya le tocó tomar el pico y la pala para evitar una inundación mayor en su casa. Colocó tablas en las puertas y ventanas. Con todo, el agua le alcanzó a entrar, aunque —afirma— “no como otras veces, y si éste hubiera sido huracán nos lleva”. Se mantienen alerta Como Esthela, Nelly Calderón y su familia se mantuvieron alerta ante el paso de la depresión Lowell. Se mantienen informados por la radio local y cuidando que el agua se meta lo menos posible a su vivienda. Y en su caso, afortunadamente, así fue. Pero esta temporada, menciona, las lluvias le causaron más daño a su corazón que a su casa. En 2007, tras el paso del huracán Henriette por estas mismas fechas, cuando azotaba costas paceñas desapareció la embarcación Vea, donde viajaba su hijo Ramón León Calderón, junto con tres personas más. “Nunca aparecieron ni la lancha ni sus cuerpos”, expresa, por lo que asegura tener fe en que aparecerán algún día. Así que para Nelly, Lowell dejó a su paso no sólo inundaciones, sino el recuerdo del capítulo más amargo de su vida.





