CHIHUAHUA, Chih.— Decenas de pequeñas comunidades rurales están en un alto riesgo de desaparecer bajo el agua ante el inminente derrame de la presa La Boquilla, la más grande del estado y ubicada sobre el río Conchos —corre por varios municipios del estado—, lo cual se espera ocurra en las próximas 24 horas. Desde hace 15 años, ese vaso no presentaba esta situación.

En el municipio de Cuauhtémoc, donde el arroyo San Antonio desbordó, una persona fue arrastrada por la corriente, y es buscada por Protección Civil y bomberos.

Un total de 20 municipios del centro y sur del estado se mantienen en alerta verde por parte de la Unidad Estatal de Protección Civil, ya que se pronostican más lluvias para los siguientes días, lo que agravará la situación, luego de que cuatro presas empezaron a derramar excedentes.

De acuerdo con información de Protección Civil, en el municipio de Satevo al menos 10 poblados están incomunicados por las inundaciones, y sus habitantes son evacuados en helicópteros, mientras que otros reciben por esta misma vía víveres y medicamentos.

El gobernador del estado, José Reyes Baeza Terrazas, informó que todas las corporaciones de seguridad se mantienen en alerta máxima.

Asimismo, desde la tarde del lunes comenzó la evacuación de pobladores que viven al margen del río Conchos; sin embargo, el radio se amplió notablemente a partir del mediodía del martes.

“Falta menos de un metro para que comience a verter, desde hace 15 años no lo hacía, en este momento ya tenemos cientos, por no decir miles, de hectáreas inundadas, principalmente de cultivo nogalero”, comento el mandatario.

El Ejercito mexicano ya prepara la aplicación del Plan DN-III de auxilio a la población afectada, y varios secretarios estatales se han concentrando en Ciudad Camargo para coordinar los trabajos de evacuación, instalación de albergues, cocinas móviles, reparto de cobijas y alimentos, entre otras medidas.

El cauce del río Conchos atraviesa las inmediaciones de las ciudades de Camargo, Julimes, Rosales, San Francisco, Meoqui, en la región centro, y llega hasta la fronteriza Ojinaga. Así mismo, decenas de poblados de menos de 500 habitantes se localizan en la región inmediata a la presa Boquilla, los cuales se verán sumamente afectados, advirtió el mandatario.