HIDALGO DEL PARRAL, Chih.— Conforme se conoce la dimensión de los daños ocasionados por las lluvias del fin de semana, aumenta la inconformidad social entre los pobladores, quienes responsabilizan a los gobiernos federal, estatal y municipal de no haber advertido lo que ocurriría la noche del sábado.

Ayer por la mañana se elevó a tres la cifra oficial de muertos. Rescatistas aseguraron que por lo menos serían seis, lo que ha generado protestas de algunos sectores, que consideran que la situación es minimizada por las autoridades.

Una fuerte lluvia azotó la tarde de ayer la ciudad de Chihuahua; en unas 40 viviendas el agua alcanzó más de un metro de alto.

Policías del municipio de Chihuahua y bomberos rescataron a una veintena de personas que quedaron atrapadas en un camión de pasajeros que fue arrastrado por la corriente.

En Parral, donde las autoridades de los tres niveles de gobierno aseguran que esta demarcación será reconstruida, el gobernador del estado, José Reyes Baeza, y el secretario federal de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, fueron abordados constantemente por damnificados al realizar un recorrido por las zonas afectadas.

Las lluvias dejaron alrededor de mil viviendas dañadas, tres puentes destruidos, un tren carguero descarrilado y al menos 15 cadáveres del panteón municipal fueron arrastrados.

La Secretaría de Gobernación emitió declaratoria de emergencia para tres municipios: Hidalgo del Parral y Allende, en Chihuahua, y Villa de Arriaga, en San Luis Potosí. (Con información de Horacio Jiménez)