CIUDAD VICTORIA, Tamps.- El asesino del presunto multihomicida Gerardo Reyes Uresti, ejecutado la madrugada del pasado domingo en el penal de Nuevo Laredo, usó cincel y martillo para romper candados y llegar a la celda de su víctima. Todo esto sucedió sin que los celadores lo notaran y a pesar de la presencia de videocámaras y micrófonos del sistema de seguridad penitenciario, el cual ha sido duramente cuestionado por diputados locales.

En rueda de prensa el director de los Centros de Readaptación Social del estado, Horacio Sepúlveda Acosta, aseguró que Juan Manuel Castillo Hernández, presunto asesino del supuesto multihomicida Gerardo Reyes Uresti, utilizó un cincel y un martillo para llegar a la celda de su víctima en el Cereso II de Nuevo Laredo.

Reyes Uresti fue apuñalado y degollado y su cuerpo encontrado en su celda a las seis de la mañana del domingo pasado, seis horas después de haber ingresado al Cereso acusado de al menos nueve asesinatos.

En las instalaciones del Complejo Estatal de Seguridad Pública en Ciudad Victoria, Sepúlveda dijo que el Cereso II no es un penal de alta seguridad, por lo que no se tenían medios para establecer medidas especiales al recibir a un interno considerado de alta peligrosidad. "Nosotros lo recibimos como nos lo enviaron; le dimos el tratamiento que se les da en un penal de baja seguridad, como lo es el Cereso II de Nuevo Laredo. Eso fue lo que hicimos", manifestó.

Un comunicado emitido en Nuevo Laredo por la Procuraduría estatal indica que Reyes murió "tras un enfrentamiento entre grupos rivales" que pelean el control del reclusorio. El documento carece de firma y sello oficial.

Fuentes de la Procuraduría de Justicia del estado revelaron que se investiga, entre otros, al director del penal, Guillermo Alarcón García; al comandante en turno del Cereso II, Enrique Gutiérrez, y al coordinador de Seguridad, Alejandro Velázquez García.