Chihuahua, Chih.- A 18 kilómetros de la capital del estado, en el poblado de La Mesa, municipio de Aldama, fue construida una capilla dedicada a Jesús Malverde el santo de los narcos, a la que acuden sus devotos para pedir su protección y ayuda para concluir con éxito los negocios y evitar a la policía y a la muerte.

En la capilla, ubicada a 20 metros de la carretera Chihuahua-Aldama, se encuentra la imagen de Malverde en una litografía enmarcada sobre un pedestal; a su derecha está una figura de la muerte y, cerca, a la izquierda un cuadro de la Virgen de Guadalupe; al frente, dos reclinatorios.

En las paredes de ladrillo, al fondo y a los lados hay tres crucifijos, y en el piso, pintado de anaranjado fosforescente, un tubo de acero enclavado al concreto y protegido con un candado "para que las limosnas no se les peguen, como sucede en la capillita de San Judas", dice Jorge Arturo González Rodríguez, un residente de La Mesa que construyó la capilla.

Al pie del cuadro de Malverde está impresa una oración para pedir favores al santo de los narcos y una indicación en la que se pide acompañarla con tres padrenuestros y tres avemarías.

La capilla de Malverde recibe 15 visitas diarias, según González Rodríguez, encargado de cuidarla y mantenerla limpia, y quien asegura que su construcción fue ordenada por el propietario del terreno en el que se encuentra.

El cuidador de la capilla relata que los días que acude a hacer la limpieza se encuentra veladoras y cirios encendidos, lo cual significa que sus devotos han acudido a pedirle favores; sin embargo, comenta que muy seguido la gente deja ahí sus paquetes de cerveza.

Bandido generoso

Según la leyenda, Jesús Malverde nació en Culiacán, Sinaloa, en 1870, y murió el 3 de mayo de 1909, luego de haber sido herido durante un enfrentamiento a balazos con fuerzas estatales del gobernador Francisco Cañedo.

Herido, huye a la sierra en donde es perseguido por las fuerzas del orden, y el gobernador Cañedo ofrece una cuantiosa recompensa por su captura.

Consciente de que está a punto de morir, Malverde pide a quien lo acompaña, un compadre, que lo entregue y que utilice la recompensa para ayudar a los necesitados.

Tras su muerte, se edificó una primera capilla en Culiacán, Sinaloa, como "santo laico" y protector de quienes se dedican a actividades peligrosas, como los policías y los bandidos.

Sus adoradores le han compuesto un corrido y unas Mañanitas , además de que se fabrican en su nombre perfumes, lociones, amuletos, estampas y veladoras que se pueden conseguir hasta por internet, y que se utilizan para hacer limpias a los negocios y a las personas.