San Juan del Río, Qro. La elevada tasa de migración de hombres adultos a Estados Unidos, el bajo nivel educativo de la población y las condiciones de pobreza que se viven en algunas comunidades han hecho de los municipios queretanos de Tequisquiapan y San Juan del Río los de la mayor tasa de madres solteras en el país.

Ivet Herrera Quijada y Valente Osornio Osornio, presidentes de los patronatos del sistema DIF en Tequisquiapan y San Juan del Río, respectivamente, confirmaron que en ambas localidades hay comunidades habitadas prácticamente sólo por mujeres, hombres ancianos y niños.

Herrera Quijada aseguró que de acuerdo con la encuesta que el DIF realizó sobre el tema, de cada 10 mamás que hay en Tequisquiapan, siete son madres solteras.

La migración, además de reducir la presencia de los hombres adultos en las comunidades de la zona, genera una cultura que es seguida por los adolescentes, de tal manera que entre los 17 y 18 años de edad optan por irse a Estados Unidos.

"Los hijos a temprana edad salen de la comunidad, pero antes establecen una relación sentimental con las jovencitas que en muchas ocasiones resulta en un embarazo, pero el papá ya está en el norte, por lo que ellas tienen que buscar solas el sustento".

La investigación efectuada por el DIF tequisquiapense reveló que el promedio de edad de las mamás solteras va de los 16 a los 25 años, teniendo entre uno y tres hijos.

Papás diferentes

Empero, Ivet Herrera llamó la atención sobre un aspecto: en varios casos en los que la mujer tiene dos o más hijos, éstos son concebidos con papás diferentes.

La presidenta del Patronato del DIF en Tequisquiapan encuentra en este sentido un segundo factor que provoca el fenómeno de las madres solteras: la ausencia de educación sexual en las comunidades, llegando al grado en el que voluntarias del sistema DIF han sido expulsadas de alguna localidad en rechazo a la cultura sexual que se les pretende brindar.

"En la comunidad de La Fuente, donde mayor incidencia de migración existe, las personas del DIF que llevaban el programa de Apoyo a Menores y Adolescentes (AMA) fueron prácticamente corridas".

Por lo pronto, Herrera Quijada refiere que establecieron un par de programas de capacitación para el trabajo, dirigido a las madres solteras de dos comunidades una de ellas Bordo Blanco a fin de que cuenten con un oficio que les permita sostenerse económicamente.

"Uno de los talleres es de cestería fina, que hasta ahora no se ha trabajado en Tequisquiapan, y el otro es de estética. Son 30 personas por grupo y la idea es la de darles una oportunidad para que puedan trabajar y sostenerse".

En San Juan ?también hace aire?

Osornio Osornio coincide en que la migración es un detonador para que en la zona haya muchas madres solteras. Agrega un segundo factor: la abundancia de mujeres jóvenes que trabajan como obreras en las fábricas de San Juan del Río en los terceros turnos por la noche.

El presidente del patronato del DIF en San Juan del Río comentó que no cuentan con estadísticas precisas de madres solteras, pero según los cálculos efectuados, en este municipio el promedio es de tres por cada 10 mamás.

Refirió que los hombres sanjuanenses migran a EU en importantes cantidades, quedándose allá unos ocho meses para regresar en junio y diciembre. "Los adolescentes de entre 15 y 20 años se van al otro lado, al grado de existir comunidades como El Sitio, en donde las mujeres son las que conducen la actividad económicas; allá hay mujeres dedicadas a la engorda del ganado, y niños que llegan a conocer a su padre a la edad de cuatro años".

Evaluó que un importante factor es el de la afluencia de mujeres jóvenes que vienen de las comunidades rurales a buscar empleo, particularmente en las fábricas. "Ahí se emplean con la idea de obtener mejores ingresos; mas la necesidad combinada con el bajo nivel educativo y con el hostigamiento de mandos superiores" las lleva a caer en relaciones sentimentales que a la postre resultan en embarazos.

Incluso, hay indicios de que varias mujeres caen en la prostitución, movidas precisamente por su necesidad económica; sin embargo, no se involucran pública y abiertamente, sino con personal de las mismas fábricas. Esto fue corroborado por María Inocencia Hernández Lugo, trabajadora en una fábrica sanjuanense, quien afirmó que varias de sus compañeras incurren en esta actividad.

"Muchas se esperan a que termine el turno y se quedan ahí, en la fábrica... se quedan con los supervisores o hasta con los mismos operadores, para tener más dinero".

El DIF sanjuanense estableció ya un programa de educación sexual para orientar a las jóvenes.