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Contamina "greta" a alfareros y sus familias

ÉDGAR ÁVILA PÉREZ/CORRESPONSAL| El Universal
Domingo 18 de enero de 2004

Xalapa, Ver. Algunos de los pobladores sufren cólicos estomacales, otros pérdida de peso, dolor de cabeza, dificultad para dormir y, los menos, falta de apetito, estreñimiento y dificultad para escuchar, síntomas que asociaban a diversos factores menos a que alguna sustancia tóxica pudiera estarles arrebatando la vida.

De no ser por personal de la Secretaría de Salud de Veracruz y de la Universidad Veracruzana (UV), los habitantes de la comunidad de Chavarrillo seguirían creyendo que sus males y el bajo aprovechamiento escolar de sus hijos era por causas naturales. Nada más falso, en su sangre y cuerpo había y hay altas concentraciones de plomo.

La situación no es nueva. La mayoría de los habitantes de Chavarrillo se dedican a una actividad ancestral y tradicional: la alfarería; y para darle brillo a ollas, tazas o platos de barro, así como a las tejas que utilizan en sus viviendas, aplican una sustancia de óxido de plomo, conocida como "greta", para dar el terminado a la cerámica vidriada.

Al realizar un muestreo con artesanos dedicados o relacionados con esa actividad, el sector salud y la casa de estudios obtuvieron resultados alarmantes: 100 por ciento de las mujeres y niños a los que se les realizó pruebas de sangre rebasaban los niveles de plomo establecidas por la Norma Oficial Mexicana y el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos.

La concentración promedio en niños era de 21 microgramos por decilitro de sangre, cuando los niveles permisibles deben ser de 10; mientras que la concentración en las mujeres llegó hasta los 38 microgramos de plomo.

A pesar de que la muestra era muy reducida (37 familias en una comunidad con mil 300 habitantes), se llegó a la conclusión de que la mayoría de la población, por tener contacto directo con esa actividad, estaba contaminada.

El estudio de campo en Chavarrillo fue realizado por Jorge Nicolás Chantiri Pérez, Rosa Aurora Azamar Arizmendi, Ruth Galván Ruiz y María Adriana Lozada Hernández, de la Secretaría de Salud y de la Universidad Veracruzana, quienes tomaron muestras de sangre y aplicaron cuestionarios para conocer los síntomas por la exposición aguda a plomo, así como las características socioeconómicas, hábitos y costumbres, además del comportamiento de los niños.

En su mayoría, los afectadas son niños de entre uno y 18 años el 75 por ciento y el resto mujeres en edad reproductiva de entre 28 y 35 años. Los integrantes de este grupo tienen cerca de su casa el horno de cerámica, son familiares de alfareros que utilizan la greda y mostraron una concentración promedio de 43.78 microgramos por decilitro de sangre. Otro grupo que sólo moldea las piezas y produce cerámica sin proceso de vidriado tuvo una concentración promedio de 27 microgramos.

Los expertos dictaminaron que entre los factores de exposición al plomo están el participar en la elaboración de la cerámica vidriada, tener cerca de la casa el horno de cocción y preparar, cocinar y servir alimentos en cerámica vidriada.

La intoxicación por plomo es silenciosa y por ello en los casos con concentraciones de hasta 40 microgramos por decilitro o más, los afectados no mostraron síntomas, tanto niños como mujeres, por lo que los expertos no encontraron sintomatología que indicara una clara afectación a la salud.



Plan: revertir la contaminación

A pesar de lo alarmante de los datos, los expertos determinaron que aún es posible revertir esa contaminación, aunque para ello se lleven muchos años.

Para ello, la Comisión Federal Contra Riesgos Sanitarios, Sedesol, la Dirección de Regulación y Fomento Sanitario del sector salud de Veracruz, así como la Universidad Veracruzana y el Centro estatal de Cancerología, pusieron en marcha un Plan Integral de Intervención Intra y Extrasectorial para la Disminución de Niveles de Plomo en la Sangre.

El plan pretende sustituir el producto utilizado para elaborar la cerámica vidriada con otro material, así como ofrecer dietas especiales a la población afectada.

La estrategia también incluye la vinculación intersectorial para la atención médica integral y mecanismos de comunicación de riesgos a la población.

Para ello, se inició la capacitación al personal médico operativo, la búsqueda intencionada de casos, evaluación médica y manejo de pacientes con niveles de plomo confirmados y sospechosos, y se efectuaron cuatro cursos-taller sobre el uso de esmaltes y colores sin plomo.

Asimismo, con personal del Centro estatal de Cancerología se realizaron visitas domiciliarias con el objeto de hacer recomendaciones nutricionales.

La doctora Ruth Galván Ruiz explicó que, por ahora, el objetivo primordial es seguir vigilando sus hábitos higiénicos y dietéticos de los habitantes de esa población, así como ir retirando el producto con plomo.

Galván Ruiz reveló que el plan ha enfrentado problemas para retirar el plomo de los alfareros, debido a que los esmaltes y colores sin plomo son difíciles de conseguir y tienen precios más altos.

"Pero también la no aceptación del producto nuevo. La greta con plomo ya la conocen los pobladores y el brillo y el color que da a sus productos; sin embargo, los nuevos productos, aunque son magníficos, a ellos les cuesta trabajo empezar de cero", añadió. Rosa Aurora Azamar Arizmendi, quien también participó en la investigación, dijo que otro problema al que se enfrentaron fue el temor y resistencia de los pobladores al considerar que se les pretendía arrebatar el sustento de toda su vida y, sobre todo, desaparecer su ancestral tradición alfarera.



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