cancún, QR. Convertido en moderno Tarzán, sin más armas que su destreza y astucia, José Juárez espera la embestida de Nikita , un tigre siberiano de 250 kilos con el que lucha a pie firme o en el suelo, elude las zarpas de la fiera, la mira a los ojos y evita las dentelladas metiendo los brazos hasta la unión de las mandíbulas, inmovilizándolas.

Por momentos Pepe Tigre parece a merced del felino, pero siempre se sobrepone, aunque sus victorias no son de alarido, sino de un reiterado respeto entre hombre y fiera.

"Nikita no sabe que puede destruirme", dice Pepe Tigre todavía agitado por el "juego".

José Juárez no es propiamente un domador de fieras, y hasta antes de 1982 no sabía que algún día tendría que verse entre tigres y jaguares en su propio restaurante Pepe`s, en la zona hotelera de Cancún.

Con el tiempo la "familia" creció, tanto que el negocio se convirtió en jaulas y más jaulas en lugar de sillas y mesas para los comensales. En tales circunstancias, el restaurante cerró y durante estos años Pepe sólo ha dado demostraciones, en el mar o en el establecimiento, a pequeños grupos para obtener recursos que apenas permiten mantener una dieta mediana a los "muchachos", 10 tigres y cinco jaguares.

Sólo Nikita debe comer al día 10 kilos de carne cruda, de preferencia pollo, pero le dan entre 5 y 7 kilos.

La vida de Pepe Tigres comenzó a cambiar en 1982.

Nikita era propiedad de un capo de las drogas que tenía su residencia en Cancún cuando fue detenido.

"No recuerdo el nombre del narco, pero sí que le puso Nikita Kruschev debido a que es un tigre ruso, de Siberia. La PGR no sabía qué hacer con el animal. Yo trabajaba entonces para la Dirección Federal de Seguridad", dijo José Juárez.

"Pero no era sólo el tigre siberiano. Fue confiscada también una tigresa de Bengala llamada Nicolasa , y un jaguar de nombre Daniel . Ofrecí cuidarlos durante un tiempo. Y el tiempo se alargó. En realidad no son míos. Son de la nación... pero debo procurarles un lugar seguro. Desde hace 10 años lucho por la autorización para un zoológico", agregó.

Pepe , dicen por ahí que estás a punto de tener tu propia jaula.

Es lo que quisieran algunos que pretenden quedarse con las 12 hectáreas que desde 1989 tengo en posesión pacífica y pública, por cesión de derechos de los ejidatarios de Alfredo V. Bonfil, en el kilómetro 12.5 de la carretera Cancún-Aeropuerto. En ese lugar intento poner el Zoológico de Cancún y será la casa definitiva de los tigres y jaguares.

¿Pueden llevarte a la cárcel?

Tengo ese temor. Enfrento tres denuncias penales presentadas en 2001 en las que me acusan por despojo (del predio donde se ubican los felinos). Y el gobierno del estado quiere cobrarme 10 millones de pesos por la titulación del predio, cuando a mi vecino Augusto Pastaccini Dadario, cónsul de Italia, le cobraron la décima parte. No es justo.

Las denuncias contra Pepe Tigre fueron interpuestas por Diego Morales Chávez (averiguación previa 1355/2001), Rodolfo José Millán y Rosa María Flores Bravo.

Si éstas prosperan, lo que empezó hace años como un acto de buena fe "puede convertirme ahora en un delincuente".

Yo no he despojado a nadie", dice Pepe Tigre .