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Mantienen a cielo abierto 110 ton de basura radiactiva

Luis Carlos Cano C./Corresponsal| El Universal
Jueves 26 de abril de 2001
Denuncia descuido de las autoridades en Chihuahua, el dirigente ambientalista Félix Pérez

CIUDAD JUÁREZ, Chih. A pesar del peligro de contaminación que representa para el medio ambiente de la región, 110 toneladas de materiales contaminados con cobalto 60 se encuentran al aire libre en el ejido Samalayuca, al sur de Juárez, dijo Félix Pérez Verdugo, dirigente de la Coalición Binacional contra Tiraderos Tóxicos y Radiactivos.

Se trata principalmente de varilla para construcción que estaba en la sierra de Nombre de Dios, cerca de la ciudad de Chihuahua, pero hace tres años que lo trasladaron al sitio donde está el cementerio nuclear de Samalayuca y ahí permanece desde entonces al aire libre, sin ningún tipo de protección, señaló el ambientalista.

Ese material duró también desde 1985 a 1998 en esa sierra, en donde aún quedan por lo menos 35 toneladas del mismo en esa región, luego de que la mayor parte la trajeron a Samalayuca, indicó.

Pérez Verdugo explicó que en el desierto de Samalayuca construyeron en 1984 las 10 fosas para sepultar más de 10 mil toneladas de materiales contaminados con cobalto 60, entre ellos algunos vehículos, lo cual se hizo después del accidente que ocurrió en 1983 en Ciudad Juárez con un equipo médico que contenía una cápsula de ese material radiactivo.

Ese accidente con cobalto 60 fue generado por un trabajador del Centro Médico de Especialidades de esta frontera, quien vendió por kilos a una recicladora de materiales de desecho, un aparato de rayos "x" que tenía la cápsula de cobalto, el cual fue compactado con otros metales de desecho.

Posteriormente, de la recicladora conocida como Yonke Fénix, este material fue trasladado a la empresa Aceros de Chihuahua, que lo fundió y fabricó materiales de construcción, pero éstos salieron contaminados con el cobalto 60.

El material contaminado fue descubierto en el estado de Nuevo México, en Estados Unidos, cuando al revisar con un detector Geiger un cargamento de sillas de metal hechas en México se dieron cuenta que éstas tenían cobalto 60.

Félix Pérez dijo que luego de eso se reunió todo el material contaminado y fue construido el cementerio de Samalayuca para depositarlo ahí, en donde aún permanecen las 110 toneladas de varilla contaminada que trajeron de Nombre de Dios.

Asimismo, señaló que la responsable de ese depósito es la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguarda, y se supone que con frecuencia revisa el estado de las instalaciones del depósito de desechos, pero no hay vigilancia permanente, las cercas están en mal estado y cualquiera puede brincar al lugar, además de que sólo tienen un viejo y despintado letrero donde alertan del peligro, pero no se puede leer muy claro.

El activista señaló que ese depósito se encuentra en la zona desértica arriba de los mantos freáticos y no se han hecho los estudios necesarios sobre este peligro.

"Sabemos que esos materiales ya no tienen la misma intensidad de contaminación que años atrás, pero aún son peligrosos, según sondeos que hemos hecho junto con especialistas de Estados Unidos, por eso es necesario que los entierren en una fosa especial", agregó.



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