A cielo abierto, 300 ton de uranio

. (Foto: CARLOS CORIA/El Universal )
CHIHUAHUA, Chih. Alrededor de 300 toneladas de uranio en polvo se encuentran a ras de suelo y a cielo abierto, en el municipio de Aldama, a escasos 20 kilómetros de esta capital, pese a que la norma establece que deben estar cubiertas por varias capas de tierra arcillosa. Aquéllas fueron arrojadas por personal del Instituto Nacional de Investigación Nuclear (ININ). La zona, de varias hectáreas de extensión, es considerada por el ININ como su segundo tiradero, para desechos radiactivos o nucleares (el otro se encuentra en el estado de México, en Maquixco), por lo que es el único sitio donde pueden ser confinados los jales o desechos de uranio. De acuerdo con la titular de Ecología local, Gloria Domínguez, la exposición constante a radiaciones de uranio provoca el desprendimiento de piel, y posteriormente la muerte. Sin embargo, la funcionaria explicó que los contenidos de radiación del polvo de uranio no son peligrosos para la población, salvo que las personas se encuentren en contacto directo con el material durante más de un año. La zona donde se encuentran esparcidas más de 300 toneladas de polvo de uranio con 0.3 milicibers, es una llanura donde los vientos y la lluvia con facilidad pueden arrastrar el material radiactivo y llevarlo hasta zonas escasamente pobladas, por lo que de acuerdo con el gobierno local, no existe un peligro alarmante por contactos con la radiación. La norma establece como medida peligrosa, para la exposición al ambiente, 700 milicibers por hora, y el material depositado en la zona de Aldama solamente alcanza los 0.3. Sin embargo, el gobierno local se opuso a que el ININ siguiera depositando el material radiactivo en la zona de Aldama, porque no tenía conocimiento de dicho procedimiento, aun y cuando el Instituto Nuclear no tiene obligación de notificar a ninguna otra autoridad sobre dichos procedimientos. Las 300 toneladas de jales o residuos de uranio fueron transportadas desde un centro de almacenamiento, ubicado en Maquixco, en el estado de México. De acuerdo con los supervisores que acompañaban a los camiones confiscados, por las autoridades estatales, el viaje desde el estado de México a esta entidad se realizaba por las noches; pero no se precisó si así lo hacían para evadir problemas con las autoridades de los estados que cruzaban. El material radiactivo fue extraído hace 15 años de la planta de Uramex (Uranio Mexicano), localizada en esta entidad, aunque debido a los bajos índices de uranio, el material no sirvió para la generación de energía nuclear. Ante ello, Uramex cerró y el material extraído originalmente tenía que ser retornado a su lugar de origen, según determinaron autoridades del ININ. Sin embargo, el procedimiento centralista no gustó a las autoridades locales, quienes al enterarse del tiradero tóxico, decidieron retener los camiones y sacarlos de la entidad, además de que deberán sacar el total de las 300 toneladas de material peligroso que ya estaba depositado en el municipio de Aldama. El descubrimiento del traslado de uranio a la entidad se hizo por parte de autoridades de Aldama, quienes detuvieron tres camiones, que transitaban por la noche, a través de la comunidad y además traían material señalado como radiactivo. La explicación de autoridades del ININ se fundamenta, principalmente, en que dicho material fue extraído inicialmente de la planta de Uramex, localizada en Aldama en esta entidad, por lo que debe ser retornado a su lugar de origen. Empero, las autoridades estatales determinaron que todo el material depositado deberá ser retirado de la entidad, mientras realizan negociaciones con el fin de decidir si se acepta que Uramex se convierta en depósito de desechos radiactivos. Las autoridades de Ecología estatal, así como del Centro de Investigaciones de Materiales Avanzados (Cimav), decidieron que el material depositado en terrenos de Uramex no tienen altos índices de radiactividad como para representar un peligro a la población, además de que en torno a la zona no hay lugares densamente habitados. Mientras tanto, habitantes de las rancherías ?El Nopal? y de la cabecera municipal de Aldama manifestaron no estar dispuestos a que su región sea utilizada como basurero de desechos nucleares o radiactivos, y advirtieron que se opondrán a cualquier intento de depositar material peligroso en su zona, principalmente en los terrenos de Uramex. El temor de la población estriba en el conocimiento empírico de la peligrosidad de la radiación, por lo que las explicaciones oficiales sobre índices radiactivos admitidos no es para ellos alentador.





