Se trabaja para normalizar clases, afirma Guerrero
El secretario de Educación en Guerrero, Salvador Martínez Della Rocca, respondió al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) al llamado urgente que realizó el organismo a las autoridades mexicanas para que existan condiciones para el regreso a clase de todos los niños en Guerrero: "No hemos dejado de trabajar en el tema".
Admitió que la situación en Acapulco es grave, pero aseguró que hay una estrategia coordinada con la federación para que los maestros y niños de al menos 110 escuelas que desde el 3 de diciembre están sin clases por cuestiones de inseguridad en el puerto, puedan regresar a las aulas con la garantía de que podrán trabajar sin problemas.
Sostuvo que el próximo miércoles habrá otra reunión informativa con los supervisores de la región Coyuca de Benítez- Acapulco, que es donde está concentrado el mayor problema de la falta de clases por cuestiones de inseguridad derivada de la pugna de grupos de la delincuencia organizada y sus actividades, y confió que para ese día el reporte de escuelas cerradas haya disminuido.
"No he dejado de trabajar en el tema, el asunto es muy complicado, pero tenemos diálogo constante con el subsecretario de gobernación federal, Luis Miranda. Hablaré con él, de la importancia que conlleva que la Unicef ya retomará el tema y confiamos que para la próxima semana ya podamos informar que todos los maestros y los alumnos regresaron a sus aulas", dijo.
La Unicef lamentó que desde el 3 de diciembre más de 100 escuelas que se ubican en la región Acapulco-Coyuca de Benítez permanecen cerradas por la inseguridad generada por la violencia del crimen organizado, dejando sin clases a cerca de 10 mil niños.
Della Rocca aseguró que con la presencia del Ejército, la Gendarmería, la Fuerza estatal que realizan rondines por las colonias periféricas de Acapulco, donde se concentra el problema, los índices de criminalidad puedan disminuir en esas zonas, donde se registran hechos de violencia explícita.
Además con las medidas que plantean, como botones de pánico en los planteles, guardias de seguridad privada y los teléfonos de seguridad que dieron a maestros y padres de familia que enfrentan ese problema, las clases se puedan retomar y así recuperar el tiempo que han perdido los estudiantes.
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