Víacrucis migrante rompe cerco federal y avanza hacia el DF
CHOQUE. El retén del personal del INM y policías federales fue instalado en el tramo de la carretera El Espinal-Juchitán, a la altura del monumento a Juárez, sin embargo, fue roto a empujones por migrantes, activistas e integrantes de la Sección 22. (Foto: QUADRATÍN )
Oaxaca.—El grupo de centroamericanos que participa en el denominado Viacrucis del Migrante, respaldados por la Sección 22 y organizaciones sociales, rompieron a empujones el cerco policial que instaló en El Espinal personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Policía Federal.
En este punto del Istmo de Tehuantepec, donde se mantuvieron después de una caminata de tres horas que arrancó después de las ocho de la mañana del miércoles, los migrantes hicieron que la policía se replegara.
Ahora caminarán el tramo de El Espinal-Juchitán, para dirigirse hacia la ciudad de México, donde prevén varias actividades de protesta en contra del programa Frontera Sur.
Encabezados por los sacerdotes Alejandro Solalinde y Heyman Vázquez, de Chiapas, así como el respaldo de profesores y activistas defensores de derechos humanos, los integrantes de la caravana Viacrucis del Migrante atravesaron el retén policiaco.
A las 17:00 horas, los centroamericanos salieron del templo de El Espinal —donde se detuvieron por seis horas— para continuar su caminata.
Por la noche, ingresaron a Juchitán y pernoctarán en la parroquia de San Vicente Ferrer. Se reservaron las actividades del jueves en la búsqueda de llegar al Distrito Federal.
El grupo está conformado por unas 200 personas provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Cuba; se encuentran 35 niños y 34 mujeres de distinta nacionalidad.
El retén del personal del INM y policías federales fue instalado en el tramo de la carretera El Espinal-Juchitán, a la altura del monumento a Juárez.
La policía y el personal de Migración, después de los empujones, se replegaron y no intervinieron para impedir el paso de la marcha.
Feliz de romper valla
En declaraciones a EL UNIVERSAL, el padre y activista Alejandro Solalinde afirmó sentirse feliz “porque durante varios días hemos visto como se ha configurado el operativo de policías estatales y federales en contra de nosotros (la caravana), pero gracias al apoyo y solidaridad de organismos de derechos humanos internacionales y del país, logramos romper la valla”, comentó.
Aseguró que en un momento quedó atrapado a riesgo de ser aplastado, pues los agentes estaban parados con sus escudos bloqueando el paso y frente a ellos estaba una primera franja de los defensores de derechos humanos y la Sección 22, que iniciaron la presión para avanzar.
“En un punto estaba atrapado entre los empujones, era un sándwich, fue entonces cuando la coordinadora de la CNDH en Oaxaca, Elizabeth Lara, apuntando a la cara del encargado del operativo, Segismundo Doguin (delegado del INM), dijo: ‘Tengan cuidado con el respeto a los derechos humanos, si algo le pasa al padre, vamos contra ti’, y fue cuando Doguin dio la orden de permitirnos el paso”, relató.
Indicó que el objetivo de la caravana es llegar a la ciudad de México para denunciar las constantes vejaciones que sufren los migrantes durante su paso hacia Estados Unidos. Para ello tomarán camiones, pero si vuelven a ser bloqueados aseguró que tienen otra opción “la Sección 22 ya nos dijo que si eso pasa ellos nos ofrecerán sus autobuses y que no se van a echar para atrás, para que nosotros pasemos”.
En este sentido, el INM comunicó ayer que protegerá y salvaguardará los derechos humanos de todos los extranjeros que transiten por México ante el Víacrucis del Migrante.
En un comunicado, señaló que también, como parte de su compromiso y mandato de ley, ofrece a todos aquellos extranjeros que administrativamente no cuenten con estancia regular, facilitar la comunicación con sus representaciones consulares para otorgarles el retorno asistido.
El pasado martes, el comisionado del INM, Ardelio Vargas, declaró que el operativo que mantenían en el Istmo de Tehuantepec era en el marco de la ley de migración y no un capricho.