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Golpeada por los hombres y por la pobreza extrema

Xóchitl Álvarez Corresponsal| El Universal
Domingo 08 de marzo de 2015
Golpeada por los hombres y por la pobreza extrema

La joven madre anhela estar nuevamente con sus hijos, por lo que se esfuerza en mejorar su vivienda, requisito que le demanda el DIF para recuperarlos. . (Foto: XÓCHITL ÁLVAREZ. EL UNIVERSAL )

Su precaria situación provocó que a Jazmín la separaran de sus dos hijos pequeños

León.— En unos días Jazmín cumplirá 20 años. Parece de más edad porque desde niña ha tenido una vida difícil, con mucha pobreza que le duele, tanto como los golpes que sufrió durante su niñez en su casa y luego con el padre de sus hijos. “Me salió golpeador y drogadicto”, dice.

Vive en la comunidad Ladrilleras del Refugio y es peón de su padre. Produce 300 ladrillos semanales, por los que le pagan de 400 a 500 pesos.

“Soy ladrillera”, comenta y muestra sus manos partidas por el batido de la tierra con estiércol y agua para hacer los adobes. Trabaja seis días por semana, de 9:00 a 15:00 horas; después, se dedica al quehacer de su casa. Es madre de Karen, de 3 años, y de Eduardo, de 9 meses; su razón de vivir.

“¿Dónde están tus hijos?”, se le pregunta. Salta de prisa a una habitación con tejabán dividida en dos cuartos por un ropero y del tocador toma dos fotos que pega a su pecho; las lágrimas bañan sus mejillas, respira y suelta:

“Son mis hijos, ahora no los tengo, se los llevaron los del DIF en diciembre (pasado), que porque estaban en una pobreza extrema; dicen que me los van a devolver cuando se mejore la casa y tenga un empleo estable”. Ahora le permiten que los visite los miércoles en la Casa Cuna Amigo Daniel.

Antes, Jazmín acudió a la Casa Cuna a pedir el servicio de guardería y se lo negaron porque no había cupo, entonces recurrió a su prima y una hermana, para que los cuidaran.

“Hace tres meses una trabajadora social se los llevó porque las bardas del cuarto tienen huecos y no tenía dónde hacerles de comer ni dónde hicieran sus necesidades”. Un médico vio que estaban sanos y nutridos, afirma.

Sueña con tener una casa con piso, bardas sin hoyos y un baño con paredes y techo para recuperar a sus bebés. Ya logró comprar una estufa de segunda, por la que pagó 200 pesos.

Necesita con urgencia materiales para terminar el cuarto de baño, porque ya compró un “inodoro” de segundo uso, sin tapa en el tanque.

Pidió ayuda al DIF estatal para mejorar su casa, pero no le respondieron. Trabaja duro, pero vive en extrema pobreza y no es candidata a ser beneficiaria de los programas sociales.

Comenta que necesita un empleo que la trabajadora social valide, porque aunque domina el oficio de elaborar ladrillo, éste no se lo toman en cuenta.

“Estoy luchando para recuperar a mis hijos, son todo para mí, quiero que estén conmigo. No saben lo que es perder un hijo”. Cada semana que los visita, va con la esperanza de que le digan: “ya te puedes llevar a tus hijos”.



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