Acapulco.— El puerto no pierde su belleza a pesar de los acontecimientos violentos. Las isla de Roqueta se ve intacta; imponente, aún las aves vuelan sobre ella. El mar permanece quieto; azul. En contraste, los pobladores se sienten desesperados ante el clima de inseguridad que en las últimas fechas ha sido noticia internacional en Guerrero. Piden al gobierno “que haga algo, se han ido las ventas y nos duele saber que cada día hay muertos”.

Tanto en las colonias de la periferia, que por sí solas dan una imagen del Acapulco que poco se publicita y se conoce, como en la zona Diamante, donde los lujosos hoteles, los muelles, los restaurantes exóticos y caros llaman al gran turismo, la sensación de que algo está mal es la misma.

Son diferentes contextos: en la colonia El Coloso, muy cerca de “La Isla”, empresarios del centro comercial más exclusivo del puerto piden seguridad “de verdad”, mientras que en hoteles de lujo, algunos turistas sostienen que les duele su país. “No puedo creer que esto esté pasando en Acapulco, en México”.

Caroline Williams, una canadiense casada con un mexicano, dice en fluido español que le da “una tristeza inmensa saber que en México pueden coexistir dos realidades: a menos de un kilómetro de distancia se esté realizando un evento de millones de pesos internacionalmente (el Abierto Mexicano de Tenis) y por otro lado la policía esté reprimiendo las manifestaciones de los maestros”.

Comparte al salir de un centro comercial de la zona Diamante que: “de alguna manera asesinan a la educación (en relación al maestro Claudio Castillo Peña); además, no se le da la importancia a nivel mediático, que se diga que el hombre murió cuando todos sabemos que lo mataron”.

Asegura que tiene motivos personales para regresar a Acapulco, “pero si fuera un turista sin ningún arraigo, seguramente me cuestionaría volver”.

Las plumas de acceso para entrar a la calle que conduce al hotel Fairmont, donde se efectúa el MexTenis, se abren sólo si se es invitado al evento, o con mucho trámite y peticiones a los guardias. Un taxista se ríe con su pasajera y le dice: “¡¿Está rechistoso esto, no cree?!”, uno que es de aquí no puede transitar por todos lados y menos por esta zona exclusiva, que por la inseguridad de carros ajenos, ¿y a nosotros, quién nos cuida?”.

El taxista tiene razón. En su colonia, La Sabana, un asentamiento del Acapulco rural, no hay clases en todas las escuelas por la inseguridad y violencia: “La Gendarmería no le entra a la vigilancia porque tienen miedo a los malandros, prefieren andar de tránsitos en la avenida Costera”.

Aurora Romero, quien carga su aceite de papaya y otro de mariguana con romero para dar masajes relajantes, comenta que la venta ha bajado a partir de las manifestaciones que hay en el puerto “los muertos siempre hay, pero la gente por las marchas no viene. Si me hago cuatro masajes de a 70 pesos cada uno en el día, me va bien, y antes hacía hasta 15”.

Ambas mujeres piden, a su modo, que las autoridades resuelvan el conflicto: “¡Pero ya!”.

El secretario de Turismo de Acapulco, Netzah Peralta Radilla, sin embargo, se muestra despreocupado, dice que a pesar de los hechos violentos han tenido turismo. “La mejor manera de decir cómo nos va son los números. Tuvimos ayer 51.4% de ocupación hotelera, y en los últimos fines de semana, sin ser temporada alta, un 70%”.

“Es muy lamentable lo que ha sucedió (en referencia al desalojo violento de profesores que cobró una vida), pero tenemos que redoblar esfuerzos. Hemos insistido en que la gente puede protestar, pero en los canales institucionales, porque con los bloqueos nos afectan al turismo, que es la principal economía”.

Según el funcionario, la Gendarmería que llegó desde el 3 de diciembre al puerto les ha beneficiado principalmente porque los elementos especializados sirven de tránsito en Acapulco y porque no han tenido accidentes viales. Recalca que con el Abierto Mexicano de Tenis se reactivó la economía, tan sólo el año pasado tuvieron una derrama con ese evento de 300 millones de pesos.

Con los eventos venideros, como la Convención Bancaria y el Tianguis Turístico en marzo, según consideró, fortalecerán el puerto.

Aunque acepta que la violencia se ha contenido y la Gendarmería ha ayudado a ello, desde su llegada han ocurrido al menos 137 homicidios relacionados con grupos de la delincuencia organizada.