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"Todo fue muy horrible; parecía que iban a entrar las balas por la ventana"

Laura Sánchez e Isaías Pérez / Enviados| El Universal
Jueves 12 de marzo de 2015

Video. Integrantes de supuestos grupos criminales se enfrentan a balazos y con granadass en calles de La Paz, en donde no se había registrado la violencia del narco

SALDO. Momentos después del enfrentamiento contra las fuerzas federales, los presuntos integrantes del crimen organizado, que se transportaban en una camioneta blanca, fueron sometidos en el piso. (Foto: DAVID MAUNG / EL UNIVERSAL )

Ciudadanos dicen sentirse paranoicos ante los hechos violentos en La Paz

La Paz.— Pareciese que esta ciudad ya no hace alusión a su nombre: ella, una mujer joven de cabellos alborotados, llora y arropa a sus tres hijos con una cobija de lana artificial. Los militares la han sacado de su casa, a gritos. Hace frío y empuja a la pared de la esquina de su cuadra a los niños de no más de cuatro años.

Trata de protegerlos en caso de que regresen las ráfagas de balas que la obligaron a salir de su cama. Por eso los abraza desesperada, mientras ahoga el sollozo que trae atorado en la garganta para no angustiarlos. A su lado, su vecino sólo alcanzó a salir en ropa interior y con el torso descubierto; titiritea y se abraza a sí mismo.

Este miércoles por la madrugada, justo afuera de su casa, se registró un enfrentamiento entre militares y sicarios. Tal parece que su barrio, al que llaman El Santuario, ha dejado de serlo.

Según versiones de elementos del Ejército, en la capital de Baja California Sur, el enfrentamiento se suscitó cuando transitaban por las calles del centro de la ciudad y fueron atacados a balazos por presuntos miembros del crimen organizado, que se transportaban a bordo de una Pick Up blanca.

La balacera duró más de tres minutos, por lo que los vecinos se tiraron debajo de sus camas. Un video grabado por una ciudadana paceña da testimonio de la angustia causada por los sonidos de los balazos, mientras esperaban aterrados a que terminaran.

Momentos después del enfrentamiento, los hombres de la camioneta blanca fueron sometidos en el piso. Ambos de complexión robusta, camisetas negras levantadas hasta el pecho y pantalones de mezclilla, fueron atados con las manos en la espalda.

Según versiones de las autoridades, en el lugar se habían dado a la fuga otros dos hombres, por lo que iniciaron una movilización en el barrio El Santuario. La Gendarmería, el Ejército, la Marina y autoridades federales, locales y municipales llegaron al lugar.

Tres calles fueron bloqueadas y desalojadas. Las personas que vivían en el área, sin embargo, los sacaron en piyama y a algunos en ropa interior. Niños, mujeres mayores y hasta mascotas esperaron por horas en el piso de una colonia aledaña a que las autoridades catearan sus casas.

“Se escucharon los balazos horribles parecían bombas, fue muy horrible, parecía que iban a entrar las balas por la ventana”, cuenta una mujer mayor que por temor omitió su nombre.

Al lugar llegó personal del área de peritos, algunos en shorts y tenis. Al parecer no sólo los ciudadanos fueron sacados de su cama a medianoche.

Los radios empezaron a sonar y decenas de policías corrieron a sus unidades: un nuevo reporte circulaba desde la central. Una denuncia de un artefacto en medio del corredor turístico, causaba una nueva movilización.

Una granada fue descubierta por un turista que caminaba frente al hotel Pekín, uno de los más famosos del malecón de La Paz. El área fue acordonada y según las autoridades está relacionada con el primer enfrentamiento.

Durante la noche el artefacto fue resguardado por las autoridades municipales, y fue hasta el día siguiente a las 10:00 horas que fue retirado en maletines por elementos del Ejército, quienes durante otra inspección detectaron que otra granada también fue lanzada al malecón.

Más tarde, fueron detenidas las dos personas que se habían dado a la fuga y que presuntamente lanzaron las granadas. Uno de ellos resultó herido durante la detención, pero se desconoce su estado de salud.

Algunos ciudadanos de La Paz se han vuelto paranoicos. Tienen miedo. Desde junio del año pasado iniciaron enfrentamientos armados en el puerto, que siempre se había caracterizado por su tranquilidad, y que era destino de miles de estadounidenses.

En entrevista, el procurador del estado, Adonai Carreón, aseguró que la violencia está controlada, pese a que cifras del gobierno federal señalan que en 2009 se registraron 34 homicidios en Baja California Sur; para 2014 la cifra fue de 120, lo que representa un aumento de 350%.



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