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San Juan de Dios, el Tepito tapatío

Corresponsalía| El Universal
Sábado 01 de marzo de 2014
San Juan de Dios, el Tepito tapato

INMENSIDAD. El centro de abasto, que en realidad se llama Libertad, está en el centro de Guadalajara y mide cuatro mil metros cuadrados. (Foto: JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ / EL UNIVERSAL )

La piratería y el contrabando del mercado "Taiwan de Dios" está en la mira de EU

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GUADALAJARA

"En la venta de contrabando y piratería hay mucha lana, mucha. Hay gente pesada metida en el negocio, gente que usted ni se imagina". Es la voz de José María López, 'Chema'. Anda en los 55 años de edad y es parte de una tercera generación de vendedores del mercado de San Juan de Dios, en Guadalajara.

Hace unos días este lugar fue noticia internacional. Estados Unidos acusó que el mercado de Tepito, en la Ciudad de México, y el de San Juan de Dios, en Guadalajara, son ejemplos del "tipo de mercados que sustentan el contrabando y la piratería alrededor del mundo".

'Chema' escuchó la noticia, por eso no acepta la entrevista, pero la plática, "eso no se le niega a nadie". Está consciente que hablar de "ondas" ilegales es arriesgado y no quiere hacerse notar. "Hay mucha gente pesada", insiste.

El lugar de la conversación con 'Chema' es en la tercera planta del mercado, en su local de venta de televisores y reproductores en el tradicional mercado de San Juan de Dios, ahora conocido como "Taiwan de Dios" o "San Johnny".

Sentado en un pequeño banco, por su apiñonada tez escurren hilos de sudor. Aprieta un poco sus mandíbulas, "ya qué", dice, y entrecierra los ojos para recordar. Sin esperar preguntas comienza: "Nosotros vivíamos acá arriba, en la esquina de Cabañas y Mina. Desde mi abuelo ya (la familia) tenía un puesto de manta de fruta y verdura en San Juan de Dios, a un lado del templo. Después se vino la construcción del mercado y a mi padre le tocó un puesto arriba en el tercer piso y a dos tíos también.

"Yo estaba chico, y ayudaba a mi padre en el puesto. Luego, otra tía agarró uno de comida y también le ayudaba a llevar comidas que nos pedían los vendedores de aquí".

Hace una pausa. En su mirada se nota que lo que sigue es un recuerdo doloroso y entonces evoca a su padre: "Él murió y yo me quedé con este puesto".

'Chema' se detiene otra vez, como que se anima a hablar y no. Carraspea un poco y continúa. "Un día vino un cuate y me preguntó que cómo me iba. Le dije que más o menos y me dijo que si quería ganar más lana, y (entonces) me comentó lo de la fayuca.

"Le expliqué que eso estaba difícil y me dijo que no me preocupara que estaba todo cuadrado, que la venta era segura, ya que le daban mochadas a policías y a los aduaneros, y así fue como comencé en el negocio de televisiones y videos".

Al sentirse expuesto por la confesión, 'Chema' trata de justificarse, "como yo varios jalaron y vea usted, hay una planta y media que está en el negocio, más de mil puestos y con permisos del ayuntamiento de Guadalajara". "Todo es derecho".

Refiere que "entre vender fayuca y piratería hay un buen trecho, podrán parecer lo mismo, pero no es igual" y, con tono enérgico aclara; "Los fayuqueros vendemos cosas buenas, no engañamos, y los pirateros venden pura basura".

- Después de la noticia de que San Juan y Tepito son de los mercados más importantes del mundo en venta ilegal, ¿qué va a pasar?

- Aquí nunca pasa nada, se manejan intereses de un chingo de marmaja. A lo mejor se viene un operativo. Nos ha pasado 100 veces. A lo mejor se llevan algo de mercancía, pero no va a pasar nada. En serio, a nadie le importa eso.

- ¿Quién introduce la mercancía ilegal y pirata?

- Gente pesada, responde y da por terminada la plática.

Un barrio bravo

Asomarse al barrio de San Juan de Dios es, como decía José Alfredo Jiménez, conocer "un mundo raro", igual o más "bravo" que Tepito. Ahí conviven desde siempre la prostitución, cantinas, delincuencia, indigencia y comercio.

Paradójicamente, la mayor casa cuna y albergue de huérfanos de México, el Instituto Cabañas, hoy convertido en centro cultural y escenario de una cumbre presidencial, se encuentra ahí.

Frente a este "palacio de la orfandad" estaba la plaza de toros "El Progreso", construida en 1930 y derribada 50 años después para dar paso a la "Plaza Tapatía".

En su tiempo de gloria, domingo tras domingo desfilaban por la puerta principal de la Plaza Tapatía, artistas, intelectuales, políticos y público en general para ver las corridas con los toreros, los mejores, españoles y mexicanos. Por la noche, la gente se apilaba en la carnicería de la plaza para comprar un pedazo de héroe y llevarse algo de historia en el estómago.

Piratería en mitos urbanos

En San Juan de Dios hasta los mitos urbanos pueden ser piratas. Por ejemplo, los vecinos cuentan que durante la época del porfiriato, en la calle Álvaro Obregón -a unos pasos del mercado-, en la casa número 41, hubo una redada policiaca en la que fueron detenidos varios hombres vestidos de mujer, entre ellos políticos disidentes al gobierno.

Por este hecho el número 41 es usado en tono despectivo o de broma como sinónimo de homosexual.

La otra versión, la original, sitúa el suceso en el año de 1901, cuando la policía porfirista irrumpió en una casa ubicada en la cuarta calle de la Paz -hoy Ezequiel Montes-, y acabaron con un baile que ahí se celebraba. En el operativo aprehendieron a 19 hombres vestidos de mujer en compañía de otros 22.

Del suceso dio cuenta el periódico Hoja Suelta, que incorporó un grabado de José Guadalupe Posadas para adornar el titular que decía: "Los 41 Maricones".

En la actualidad esta calle, Álvaro Obregón, está inundada de vendedores ambulantes, cuya presencia no ha podido opacar a la plaza de los Mariachis, escenario de películas de la época de oro del cine mexicano y de hechos sangrientos.

Lugar con historia

San Juan de Dios, el tianguis más importante de Guadalajara, se instaló desde 1850 en las riberas del río del mismo nombre. Era visitado, incluso, por personas que venían de comunidades apartadas a la capital tapatía para surtir su canasta básica.

El río fue tapado para construir la calzada Independencia que ha sido la frontera social tapatía por definición: los "jodidos" al oriente y los ricos "al poniente".

La alta proclividad de la zona para propiciar instalación de grupos delincuenciales permitió que hace aproximadamente 25 años comenzara la venta de mercancía ilegal. Al principio fue el contrabando, la fayuca, después la piratería. Entonces vino el cambio de nombre a "Taiwan de Dios" o "San Johnny".

El más grande de AL

Desde el local de 'Chema' se aprecia el tamaño del mercado inaugurado en 1958. Sus 4 mil metros cuadrados lo convierten en el más grande de su tipo en América Latina.

En la planta baja se venden dulces y recaudo, el olor de la fruta sobresale; para acceder a la segunda planta hay una rampa. A medio camino se comienza a hacer "agua la boca". Otra vez los olores, pero ahora de la birria, carne en su jugo, carne con chile, arroz, tortillas hechas a mano, caldo michi y pescado empanizado, entre otros platillos.

Se sigue por una rampa más para ascender al tercer piso y el placer de los sentidos se ve francamente perturbado por el ruido de los diversos aparatos electrónicos.

Ahí en el tercer nivel, donde está el local de 'Chema', se encuentran los negocios donde se pueden comprar aparatos "refurbichados" (reconstruidos), otros originales contrabandeados y todos los artículos piratas imaginables: discos, películas, relojes, tenis, playeras, camisas, pantalones, de todo.

La mayoría de los mil 200 puestos lucen en sus paredes los permisos del ayuntamiento de Guadalajara, en los que la actividad autorizada es muy diferente a la que se lleva en la práctica. Pero todos son legales.

Conforme se camina por las angostas callejuelas de no más de un metro de ancho, que diariamente recorren 35 mil personas -muy pocos turistas-, los comerciantes se dan a la tarea de invitar sus clientes, a quien sea, a comprar su mercancía.

El pasado 11 de febrero, Estados Unidos incluyó a Argentina, Colombia, Ecuador, México y Paraguay entre los 11 países donde operan los mercados de piratería y contrabando que más afectan a la economía estadounidense.

La Oficina Comercial estadounidense (USTR, por sus siglas en inglés) destacó que el mercado de Tepito, en Ciudad de México, y el de San Juan de Dios, en Guadalajara, son ejemplos del "tipo de mercados que sustentan el contrabando y la piratería alrededor del mundo".

Aquí, en San Juan de Dios, don 'Chema' asegura que la noticia internacional no les "espantó el sueño". Los comerciantes saben que en caso de que a alguna autoridad se le ocurra hacer un operativo, ellos lo sabrán 24 horas antes, "son gente pesada". Para eso pagan sus cuotas.



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