MONTERREY

Una ex trabajadora del departamento de Limpia de Ciudad Guadalupe, Nuevo León, cumplió 92 días en plantón y con una dieta solamente a base de líquidos, para exigir a la administración municipal el pago de una justa indemnización ante el presunto despido injustificado que sufrió hace cuatro años.

Desde el 9 de febrero de este año, María de Jesús Contreras Juárez, “Doña Mary”, se mantiene bajo una carpa en la plaza principal de Ciudad Guadalupe, frente al Palacio Municipal, pues el alcalde priísta César Garza Villarreal le ha dicho para entregarle una indemnización debe ganarle en los tribunales, porque no puede disponer libremente del erario.

La huelguista, que refiere sentir mareos y jaquecas, recibió el apoyo de ciudadanos de Guadalupe y activistas de diversas organizaciones defensoras de derechos humanos, quienes ante la ausencia del alcalde Garza Villarreal, plantearon el caso al director político de la Secretaría del Ayuntamiento, Héctor Arredondo Cano, y al coordinador de Asuntos Comunitarios, Hugo Leal Martínez.

Rogelio Ramírez Rodríguez, de Empresarios en Acción, dijo que “Doña Mary” no tuvo más remedio que recurrir a la huelga de hambre porque la administración municipal —primero con Ivonne Álvarez y ahora con César Villarreal— se han cerrado a buscar un arreglo.

Jesús González Ramírez, de la agrupación Contingente Monterrey, señaló que aparte de este asunto que les preocupa seriamente porque está en riesgo la vida y salud de Contreras, son varios los casos de graves violaciones a los derechos humanos que se presentan en Guadalupe, como la muerte de Eustacio Sorola Hernández, quien apareció sin vida tras ser detenido el 31 de julio de 2013 en el exterior de su domicilio en la colonia Zozaya por la policía de Guadalupe, presuntamente por ingerir bebidas alcohólicas en la vía pública

El hombre estuvo 12 horas en las celdas municipales y al sentirse mal de salud fue llevado en una patrulla a la Cruz Verde. La policía señaló que tras ser atendido de un problema de deshidratación fue liberado, sin embargo, Eustacio Sorola nunca llegó a su domicilio y apareció muerto dos días después en las orillas del río La Silla.

Sobre el caso de “Doña Mary”, Héctor Arredondo Cano mencionó que están dispuestos a resolver el problema por la vía conciliatoria: “Se ha ofrecido a Doña Mary la reinstalación, respetándole la antigüedad y hay disposición de negociar los salarios caídos”, pero ella no menciona una cifra sobre sus pretensiones, sólo dice que le den lo que marca la ley.