El futuro de la estabilidad emocional y sicológica de quienes hoy son niños se encuentra en riesgo. En la actualidad la infancia mexicana vive rodeada de un clima permanente de violencia e inseguridad que puede repercutir de forma negativa en su crecimiento y verse reflejado en la etapa de adultez.

De acuerdo con Óscar Galicia, especialista en neurociencia y académico del departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana, las futuras generaciones de adultos poseen una elevada tendencia a padecer depresión, ansiedad y predisposición al consumo de sustancias ilícitas, como consecuencia de un entorno hostil, "tenemos el caldo de cultivo perfecto para estimular los factores genéticos que subyacen estas enfermedades".

El experto señaló que resulta fundamental observar la conducta de los infantes e incrementar la comunicación utilizando un lenguaje que puedan comprender fácilmente. En conjunto con un comportamiento congruente,  donde las explicaciones y acciones de la familia no entren en conflicto, con el fin de no confundir a los menores.