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Por la violencia abandonan casas

Luis Fierro / Corresponsal| El Universal
Sábado 30 de agosto de 2014
Por la violencia abandonan casas

INUNDADAS. En 2006 una fuerte temporada de lluvias puso bajo el agua a Riberas del Bravo. Alrededor de cuatro mil viviendas resultaron afectadas. (Foto: ARIEL OJEDA / EL UNIVERSAL )

La falta de empleo y la lluvia son otros factores que obligaron a la gente a dejar sus hogares

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CIUDAD JUAREZ

Por la violencia en esta frontera y la recesión económica en Estados Unidos —que se vio reflejada en la disminución de fuentes de empleo— unas 120 mil viviendas fueron abandonadas y se han convertido en ruinas, o son ocupadas sin autorización.

De acuerdo con el sociólogo e investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), Leobardo Alvarado, la sobre edificación de vivienda económica en la última década —que superó la demanda— y haber desarrollado la ciudad con base en intereses de grupos económicos en lugar de hacerlo a partir de una planeación urbana sustentable, generaron este fenómeno social.

“En el 2006 y 2007 la crisis económica en Estados Unidos generó una baja en la producción industrial y como consecuencia las maquiladoras redujeron su personal. Para el 2008 y 2009 se dispara la violencia en Juárez y miles de personas que habían llegado de otros estados regresan a su tierra”.

Alvarado señala que un estudio de la UACJ reveló que en Juárez, 43 mil casas se quedaron “nuevas” porque nunca nadie las compró ni vivió en ellas.

“Durante décadas, gobiernos de todos los partidos (en Juárez hay una marcada alternancia entre ayuntamientos emanados del PRI y PAN) fueron desarrollando polos económicos. Con la promesa de que determinado sector era el ‘futuro’ para la ciudad se negociaron terrenos, propiedad de grupos empresariales, se fraccionaron y se construyó vivienda. Llegaba otro grupo al poder, y se repetía la historia, en una zona distinta”, dice.

Riberas, el futuro que nunca llegó

Un caso emblemático del abandono de hogares es el de Riberas del Bravo, un fraccionamiento dividido en nueve etapas que cuenta con 13 mil casas, pero más de la mitad están desocupadas.

Ubicado en una orilla de la mancha urbana y colindante con la línea fronteriza de Estados Unidos, Riberas del Bravo fue en los años recientes el refugio de bandas criminales. Casi todas fueron desarticuladas, pero quedó la desolación.

La zona “floreció” supuestamente por un proyecto de desarrollar parques industriales. Anteriormente era una reserva ecológica que, por presiones y posiblemente por corrupción se optó por cambiar el uso de suelo y beneficiar a los grupos constructores que las edificaron y comercializaron, mediante subsidios gubernamentales y créditos del Infonavit.

Buscan recuperar viviendas

El gobierno del estado e Infonavit implementaron un programa para recuperar 20 mil viviendas; busca otorgar cinco mil a policías y, el resto venderlas a precio accesible.

Activistas del Movimiento Pacto Por la Cultura, que ha trabajado por años en sectores conflictivos de Juárez en materia de reconstrucción del tejido social, sostienen que no hay las condiciones económicas para que sean compradas.

“Antes un empleado de maquila trabajaba cinco o seis días a la semana y tenía contrato con la empresa, ahora trabajan tres días por los paros técnicos y los contratan por medio de outsourcing, así que ganan menos; no tienen forma de poder comprar una casa. Otro que podrían no lo hacen por la violencia”, explica Alvarado.

San Isidro

“Me gusta vivir aquí porque asaltan menos, donde vivía antes era peor”. Una renta de 500 pesos mensuales y el saber que será víctima de la delincuencia pero en menor escala mantienen a Silvia en Senderos de San Isidro, zona ubicada en la orilla sureste de la frontera.

Anteriormente vivía en la zona Centro, pero cansada de los atracos prefirió radicar en Senderos, a 26 kilómetros en línea recta del primer cuadro de la ciudad.

En contraste, María —quien llegó de Oaxaca con hijos y nietos— relata que no se va porque no tiene dinero. Explica que en Senderos más de la mitad de las casas están abandonadas “porque mataron a sus dueños”, ella y su familia apenas cae el sol se encierran y no vuelven a salir hasta la madrugada cuando pasa por ellos el camión que los lleva a la maquiladora en la que trabajan. Dice que en las noches pasan “cosas muy feas” por la falta de alumbrado público.

Del Real

El sueño de toda la vida de Rubén era comprar una casa bonita para que sus padres pasaran su retiro. Con esfuerzo adquirió una de dos pisos, con elegantes acabados, ubicada en Villa Residencial Del Real y se las regaló.

Tres años después, una serie de hundimientos provocaron grietas en cientos de viviendas que fueron reparadas parcialmente por la constructora.

En 2006 una fuerte temporada de lluvias puso bajo el agua a toda la zona. Alrededor de cuatro mil viviendas resultaron afectadas dentro de los 12 fraccionamientos que se edificaron sobre lo que antes se llamaba Laguna de Patos, que era un manto de agua.

Ni el ayuntamiento, que autorizó la obra; ni la constructora o el Infonavit, que las financió, se han hecho responsables por lo ocurrido.

El municipio prohibió rentar o vender las viviendas, por lo que quedaron sin valor. Unas cuantas están habitadas por invasores y algunos propietarios que no pueden comprar otra.

Archivos periodísticos indican que al momento que se edificó el fraccionamiento un grupo de empresarios, dirigidos por ex servidores públicos del área de Desarrollo Urbano, compraron los terrenos a condición de construir diques que evitaran las inundaciones y ampliar la red de drenaje pluvial, pero nunca lo hicieron.

“El sueño se volvió pesadilla, yo les renté una casa a mis padres y ahí viven, pero muchos no tuvieron otra opción que quedarse a aquí, con su casa cayéndose, inundada y en medio de delincuentes que vinieron a adueñarse de las casas vacías”, explica Rubén.



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