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Los niños mexicanos son repatriados de manera inmediata al país, a diferencia de los centroamericanos, debido a que autoridades estadounidenses aplican las leyes vigentes en su nación, las cuales no consideran una visa de tránsito para los menores de edad en el primer caso, señalaron expertos en migración.

Según Arlene Ramírez Uresti, profesora de Cátedra del Tecnológico de Monterrey, México y Estados Unidos tienen un acuerdo bilateral para repatriar a los pequeños en cuanto son detectados, por lo que son entregados a las estaciones fronterizas del Instituto Nacional de Migración (INM), y se desentienden de ellos.

En el caso de los infantes centroamericanos, se les otorga dicha visa en lo que se investiga su lugar de origen y son deportados a sus respectivas naciones.

La internacionalista explicó que “aunque no nos guste y se vulneren los derechos humanos de los niños, tiene lógica, pues atienden el derecho internacional”, que los faculta a no apoyar a los menores indocumentados.

Incluso, recordó que la Constitución de Estados Unidos no tiene un apartado sobre las garantías individuales, las cuales fueron agregadas en el Acta de Derechos Civiles, aprobada en el periodo del presidente Richard Nixon, durante la década de los 60 del siglo pasado y no prevé el caso de los indocumentados.

Consideró que si bien no es un fenómeno nuevo, la deportación de menores ha crecido de forma exponencial en la administración de Barack Obama, quien se encuentra a mitad de su segundo periodo y el tema cobra relevancia político-electoral y económica.

“Si el tema avanza va a frenar la permanencia [de Obama] en la Casa Blanca. (...) De cara a la discusión de la agenda bilateral y la pretensión de que los migrantes obtengan sus derechos civiles, se vuelve una moneda de cambio”, pues el voto latino es fundamental en las elecciones de EU.

Por su parte, la abogada en inmigración de California, Ginger Jacob, recordó que hace seis años se aprobó una ley originalmente elaborada para la protección de niños víctima de explotación sexual, y se incluyó un capítulo para los menores no acompañados.

Sin embargo, no contempla un proceso especial para niños provenientes de México ni Canadá.

Explicó que las autoridades de Estados Unidos consideraron que ambos países tenían las herramientas para llevar a cabo deportaciones directas, fáciles y seguras al compartir una frontera en común.